sábado, 4 de agosto de 2007

REFLEXION SOBRE EL PROYECTO "ESCUELA DE FORMACION ESCATOLOGICA"


REFLEXION SOBRE EL PROYECTO "ESCUELA DE FORMACION ESCATOLOGICA"

Semana de Interiorización dado en el Centro Diocesano de San Juan Bautista Misiones, desde el 22 al 29 de septiembre de 1991.

Durante los días 22 y 23, leímos, reflexionamos, oramos y compartimos el Proyecto de Formación Escatológica con el siguiente esquema:

A) Introducción: Formación Escatológica
B) Aspectos de la Formación Escatológica

1. Maestro de Formación
2. Vertiente profética
3. Develamiento del Espíritu
4. Conversión
5. Inculturación
6. Comunidad Apostólica
7. Discernimiento
8. Seguimiento radical de Jesús

C) Metodología: Reflexión sobre la Praxis

El Pueblo Santo tiene su dinamismo, su crecimiento hacia lo definitivo aunque ya lo vive, Está en un proceso de formación escatológica. Su vida tiene un proceso para ser cada vez más Pueblo Santo.

Dos dimensiones:

Personal: hombres nuevos que han sido rehabilitados; no hay dimensión que Dios no quiera rehabilitar. Todos llamados a ser Jesús, el Hombre Nuevo. No hay nada en el. hombre que no sea tocado por Dios, El designio de Dios toca todo lo del hombre. En todas las áreas. Dios tiene una manera definitiva para que el hombre madure.
Social: las estructuras escatológicas, las relaciones humanas sociales de hombres nuevos creadas para servir, sus propias necesidades, están en función de la misión escatológica de Jesús; ayudan a vivir esa misión. La CAF es la esencial. Surgen otras complementarias.

¿Cuáles son las dimensiones que este Pueblo Santo ya vive mediante el Espíritu? No vas a ninguna escuela para aprender.

Vertiente profética: Anunciar al Padre al mundo. El Espíritu la da y se aprende viviéndolo.
Develamiento del Espíritu: En este Pueblo Santo se devela el Espíritu para dar a conocer al Padre.
Conversión Escatológica: Opción definitiva por Jesús. Ya la hemos hecho pero hay que vivirla en plenitud.
Inculturación: Elegir ser pobres, promover la cultura escatológica; lo que da sentido al pueblo es su cultura. Hay que buscar instrumentalidades, el Pueblo Santo ha de crear su propia cultura, la cultura escatológica.
▬FORMACIÓN ESCATOLOGICA:
Inculturación
Conversión
Develamiento del Espíritu
Vertiente Profética
Maestro de Formación
_______________________________________________
PUEBLO SANTO
► Mujeres y hombres nuevos: (Rehabilitación en todas las dimensiones humanas)
► Estructura Escatológicas: (En servicio de todas las dimensiones humanas)
Estructura básica: La Comunidad
__________________________________________________
Comunidad Apostólica
Discernimiento
Seguimiento Radical de Jesús
Reflexión sobre la praxis



Toma de conciencia →Verificación → Profundización →
Instrumentalidad → Puesta por obra → Rectificación (Esta secuencia no es inflexible)

Crecimiento vivencial en las dimensiones de la Formación Escatológica del Pueblo Santo.

Escuela de Formación Escatológica: Es un momento denso, reflexivo y potenciador del caminar del Pueblo Santo.
Discernimiento: Necesario para no equivocarse. Escuchamos muchas voces pero es necesario asegurarse de que es la del Espíritu. Se necesita docilidad.

Seguimiento radical de Jesús: Novedad de la persona y misión de Jesús.

Reflexión de la Praxis: En la Escuela de Formación le vamos a dar prioridad a esta dimensión como nuestra metodología pero no nos limitamos a ella.

La Escuela de Formación es un tiempo fuerte donde el Pueblo Santo toma conciencia de su caminar como pueblo.

La metodología principal es la reflexión sobre la praxis, por eso si tienes vida de comunidad apostólica y no tienes praxis, no puedes entrar en la Escuela de Formación Escatológica.
Finalidad esencial de esta metodología: Crecimiento vivencial en las dimensiones escatológicas del Pueblo Santo.

¿Cómo hacemos? Tomamos conciencia del paso del Espíritu en nosotros.
►Historia de fe personal
► Historia de fe de la Comunidad Apostólica.

Tomas conciencia de tu praxis y reflexionas si ha habido crecimiento de estas dimensiones escatológicas.
Verificamos qué estamos llevando a cabo en este Pueblo Santo, si somos coherentes con la fe de Jesús.

Criterios de verificación: Los que brotan de la fe de Jesús. Si eres incoherente tienes que rectificar para profundizar en la fe auténtica que te lleve a una praxis nueva.
Si da coherencia, no hay que rectificar, pasas a profundizar para seguir avanzando.

Instrumentalidad: Instrumentos que ayudan para crecer en estas dimensiones. Sin estudios no sabes formular, desarrollar las dimensiones de la cultura; las vives pero no las sabes formular. Historia, cristología, sociología, etc. todas las disciplinas son necesarias para que se desarrolle el Pueblo Santo, para favorecer y fomentar su crecimiento.

Tienes que apropiarte de esos instrumentos y después viene la puesta por obra de lo que aprendemos; no podemos seguir en lo mismo: hemos de avanzar con nuevo impulso. Esta secuencia no es inflexible, no siempre se da en este orden, son aspectos interrelacionados.

La Escuela de Formación ya está en marcha, nosotros como Comunidad Apostólica, nuestros animadores, otras CA que van caminando. Necesitamos que la Escuela de Formación avance para crecer más en la Formación Escatológica que ya estamos viviendo y poder poner por obra las vivencias que ya tocaron fondo.


ASPECTOS DE LA ESCUELA DE FORMACION:

1. Vivencia formadora: Formación Escatológica - definir esa formación.
2. Contexto formador: Pueblo Santo en camino- no aparte de él.
3. Método formativo: Reflexión de la Praxis - no es el único.
4. Instrumentos formadores: Viejos y nuevos- nos dieron ya resultado.

5. Destinatarios actuales: CAF y comunidades cristianas de Santa María, San Francisco y San Miguel.
6. Sistematización de la Escuela de Formación Escatológica: Adecuar los instrumentos formadores teniendo en cuenta los actuales destinatarios de modo que se potencien las distintas vivencias formadoras, usando una metodología básica de reflexión sobre la praxis y se mantenga el contexto formador de Pueblo Santo en camino.
(A nivel personal trabajamos, oramos y reflexionamos. Anotamos fijándonos en el punto 6.) Después compartimos los aportes de todos.


PROCESO DE SISTEMATIZACION DE LA ESCUELA DE FORMACIÓN ESCATOLOGICA:

Fe-Realidad-Actuar
1- Tomar conciencia del dinamismo del Pueblo Santo
►comunitario
► personal - por historia de Fe

Fe de Jesús- reflexión- verificar.
2- Verificar o confrontar ese dinamismo con las dimensiones de la formación escatológica. Descubrir el crecimiento, estancamiento, retroceso o carencia con respecto a esas dimensiones.

Reflexión-Rectificar.
3- Potenciar el dinamismo del Pueblo Santo en esas dimensiones. Rectificar y profundizar ese dinamismo listando y priorizando los aspectos de vida comunitaria y personal que ese dinamismo trae, se hace desde el discernimiento. Se debe tener en cuenta el presente y el futuro próximo (en la historia de fe).

Reflexión instrumentalizada, renovada, vivencial. Fe- Realidad- Actuar.
4- Adecuar esas prioridades al proceso de la Escuela de Formación. Toma de conciencia de esos aspectos, profundización en sus contenidos. Instrumentalizar para su mejor apropiación desde la perspectiva de las dimensiones escatológicas y su consecuente puesta por obra.

Nueva praxis retomada.
5- Nueva toma de conciencia del dinamismo de Pueblo Santo para mantener la formación escatológica en crecimiento. Esto se hará después de un tiempo apropiado para que surja la nueva praxis.


ILUMINACIÓN DE ESTE PROCESO:

1. Toma de conciencia: Cualquier grupo que sea, ha de comenzar por este punto. Somos pueblo de la pertenencia de Dios que habita en nosotros. Con la historia de fe captamos ese paso del Señor por la propia vida y la de la comunidad. Nosotros como CAF ya tenemos elaborado el punto 1; podemos constatar el paso del Señor sobre nosotros,

2. Verificar si ha sido un dinamismo correcto o no, si ha sido el adecuado en sus nueve dimensiones escatológicas. El profetismo, nuestros discernimientos etc.
Constatamos si:
- hay crecimiento
- estamos estancados
- hay retroceso
- hay carencia (si no se dan algunas)

Hasta ahora es un instrumento de diagnóstico.

3. Ahora potenciamos todo lo que sentimos: en lo que estamos estancados o dimos marcha atrás, etc. Listamos y priorizamos lo que hay que hacer para que haya crecimiento; el que nuestra vida está en juego lo veo en el discernimiento; tengo un marco cronológico que el Espíritu me deja ver ahí y yo hago la rectificación.

4. Adecuar. Tomo conciencia de esos aspectos de mi vida personal y comunitaria. Si no los asumo, no voy a colaborar. Es preciso profundizar en su contenido de vida comunitaria para ver lo que tengo delante.
Instrumentalizamos para apropiarnos. Busco medios adecuados de esa vivencia y ser consecuente. Tomo conciencia, instrumentalizo y pongo por obra la nueva praxis para apropiarme después de un tiempo (vuelta al punto 1).

Después de reflexionar sobre estos 5 puntos, retomamos personalmente el primero para hacer cada uno la historia de fe personal. Después de la oración personal compartirnos.

Iluminación sobre los 4 puntos restantes para interiorizarlos personalmente y en clima de oración responder personalmente al 2.
1. Toma de conciencia del dinamismo del Pueblo Santo. (historia de fe) (praxis: Fe- Realidad-Actuar).
2. Verificar o confrontar ese dinamismo o (historia de fe o praxis Fe- Realidad- Actuar) con las dimensiones o (vivencias) de la Formación Escatológica (ver crecimiento, retroceso, estancamiento o carencia).


ILUMINACION SOBRE LAS DIMENSIONES:

I.- FORMACIÓN ESCATOLOGICA

¿Para que nos capacitamos, crecemos, nos formamos?
Intencionalidad del dinamismo de tu vida.
¿Para qué se formaba Jesús?
Para el Padre, su persona, su Reinado, su designio. Para poder vivenciar más al Padre y darlo a conocer. Que yo pueda hacer su voluntad en mi vida y enseñar a otros. Todo esto puede estar implícito o no estar o estar explícito como en Jesús.

1. Maestro de formación
¿Quién es el protagonista en mi crecimiento, en mi formación? Jesús, el Espíritu.
La fe radical te dice que es así. A menos fe radical, más protagonismo propio.
(Miramos bajo estos aspectos: crecer, estancarnos, retroceder).

2. Profetismo escatológico
Es la consecuencia de la formación escatológica.
Vivenciar al Padre y anunciar su designio y anunciarlo con la vida en medio del mundo.
Vivenciar al Padre y su Reinado en medio del mundo.

¿He tomada plena conciencia de mi misión? ¿He pactado con el mundo haciendo "cositas"?
Miro en mi historia de fe, cómo va mi misión (¿he crecido?, ¿me he estancado?, ¿he retrocedido?). Es seguro que al vivir la misión de Jesús en el mundo vas a ser rechazado.
Irrupción del Espíritu en la historia: (signos de los tiempos). Irrupción del Espíritu en nuestras personas.

¿He sido capaz de discernir esto?
Que cuando el Espíritu se mueva nosotros lo captemos.

¿He sido consciente de la irrupción del Espíritu en mi vida?
1- Vivenciar al Padre: ¿He sido capaz de vivenciarlo?
2- Discernir la irrupción del Espíritu: ¿He sido capaz?
3- Captar la irrupción del Espíritu en mi persona: ¿He sido capaz?

3. Develamiento del Espíritu:
Revelación:
1 - Captar la presencia del mismo Dios en ti (por fe y con docilidad). Actitud - Esperar - Acoger el momento. Es el Espíritu el que devela el Amor del Padre, te muestra que El es tu sostén, tu fuerza. Estas experiencias te hacen crecer en tu profetismo escatológico. Pero ha de ser una presencia consciente, si no la tienes, no puedes ser profeta escatológico. Esto se capta en docilidad.
2. La verdad según Dios. La forma como yo me realizo plenamente. Los criterios que orientan mi vida.
3. Camino a seguir: Jesús que lleva al Padre porque el Padre ha de obrar en mí si lo acojo en fe y docilidad.

Proyecto Escuela de Formación
1- Acoger los momentos de develamiento.
2- Asumir la verdad revelada.
3- profundizar en el propio Padre
4. Lugares donde acontece:

- mi persona {Puede acontecer...
- mi comunidad {plenamente
- el mundo → chispazos

Captar y Asumir: dos actitudes fundamentales
¿Capto la presencia, la verdad, el camino?
¿Hasta dónde he captado y asumido estas cosas?
No basta captar, hay que asumir.

4- Conversión escatológica: La que trae Jesús no Juan Bautista
►Nacer de nuevo, de arriba → hombre nuevo
► Opción de vida definitiva por Jesús (centro, fuente, meta)
► Mis obras son coherentes con mi opción de vida, mi hacer estructural

Juan Bautista nos invita a convertirnos en lo moral, a lo que es bueno y ayuda a tu prójimo. Jesús ya asume esto. ¿Qué tengo que hacer...? Cumple los Mandamientos.
Eso no te hace discípulo de Jesús. Has de nacer de arriba, tener una opción definitiva por Jesús.
Él, el centro de mi vida, la fuente, el comienzo, la meta. El Señor es todo en mí, por Jesús el Padre habita en mí. Mis obras son coherentes con mi opción de vida. Lo que sale de mis manos tiene que tener como centro a Jesús. El comienzo es Jesús, la meta, Jesús. Esto quiere decir que hay una persona que está naciendo. El hombre nuevo que tiene la vida del Espíritu, se hace por obra del Padre, de arriba.

Pregúntate:

¿Es Jesús el centro, la fuente, la meta de mi vida?
¿He hecho yo una opción definitiva por Jesús?
¿Mis acciones son coherentes con mi opción de vida? ¿De dónde brotan: de Jesús o de mi mismo?
Rom. 8, 4. Puede haber una dicotomía entre mi vida y mis obras. Tienes que tener coherencia.
¿De dónde sale mi hacer? ¿De mí? ¿De Jesús?
¿Soy consciente de que de veras salen de Jesús?
¿Hacia dónde tienden mis obras? ¿Hacia Jesús y todo lo que eso implica?
¿Tienden hacia mis propias metas?
¿Estoy consciente de que esto es obra del Padre?
Tengo que pedir que se me conceda porque si no, no entenderé qué está pasando.

Mira tu historia de fe:

¿Descubres que naciste de nuevo de la C.A.?
Ese nuevo nacimiento, ¿está en crecimiento?, ¿estancado?, ¿en retroceso?
¿Me siento todavía demasiado hombre viejo? ¿Salen de mí, por mi propia iniciativa las obras?

La estructura escatológica que crea el hombre nuevo, son aquellas que ayudan a vivir la misión escatológica de Jesús. Ser profeta escatológico es comprometerse en trabajar por estas estructuras, Si no te has convertido, no puedes ayudar a crearlas. Trabajar para que yo sea más bueno es poner parches; trabajar para que las estructuras del hombre broten de Jesús y lleven a Jesús, ese es la acción verdadera.

La sociedad no esta interesada en reformar desde la raíz sino desde las ramas y así los pobres no saldrán de su miseria mientras haya estructuras que no son escatológicas. La comunidad cristiana cambia de raíz lo que toca. La conversión escatológica tiene que llevarse a nuestras obras.

5- Inculturación:
Aspectos:
► Asumir los valores del pobre (inserción)
► Promover los valores de los que eligen ser pobres por el seguimiento de Jesús
(pequeño rebaño)
► Construir una cultura escatológica de pobreza evangélica.

Pobre: mucha gente es pobre. Hay que asumir sus valores no sus antivalores para ser solidarios con ellos. Si estás a la espera del develamiento del Espíritu, es aquí donde va a acontecer, en el contexto donde el Espíritu actúa con fuerza: “Deja tus bienes, dalo a los pobres y sígueme”.

Elegir ser pobre. Si no es por Jesús, nadie lo va hacer. Seas rico o pobre has de optar por Jesús. Cuando se ha tenido una conversión escatológica, hay valores diferentes, más congruentes con el Pueblo de Dios; se asume conscientemente tener en común la riqueza. Valor del pequeño rebaño. Mi profetismo escatológico tiene que promover estos valores.

Construir una cultura escatológica
Poco se ha hecho en esta tercera tarea. Valores sueltos no se pueden asumir. La cultura tiene que tener patrones de comportamientos, normas, una manera de ser, de interpretar la vida, una manera de expresarse el hombre en lo que se da a conocer.

El mundo es eficaz en construir su cultura, el pequeño rebaño es ineficaz. E1 mundo tiene su conjunto de medios (propaganda, slogan, etc.) y mete todos estos valores de forma arrolladora.

Juan Pablo II habló de la "civilización del Amor", conjunto cultural que le da sentido al hombre. Habría que presentarlo de otra manera. Esto es la obra del Pueblo Santo, si no hay pueblo, no hay cultura. A medida que se forma, se va expresando y de a poco creando su cultura. El propio pueblo tiene que ser el autor de su propia cultura es trabajo de la comunidad apostólica.

¿Cómo has hecho la inculturación?
¿Estás promoviendo valores del pequeño rebaño?
¿No te atraen esos valores del pequeño rebaño?
¿Te contentas sólo con estar entre los pobres?

Hemos de meternos en el pueblo santo, en el pequeño rebano.

6. Comunidad Apostólica:
Cuestiónate en cuanto a:
► mi pertenencia
► mi corresponsabilidad
► vertientes comunitarias:
-Ascendientes (apropiarme de mi identidad)
-Descendientes (frutos)
Mi pertenencia:
¿Me siento pertenencia de mi comunidad apostólica?
¿Es parte de mi vida o no?
¿Dónde nace el hombre nuevo, dónde crece?
¿Por qué es necesaria la C.A.? ¿Dónde se llega a conocer al Padre? ¿Fuera de ahí?
¿Me siento miembro de la comunidad apostólica?
¿Me hago corresponsable de la misión de la comunidad apostólica?
¿Asumo que pertenezco a ella y me hago corresponsable para que marche la comunidad apostólica?

Mi corresponsabilidad para poder apropiarme del Espíritu. El Espíritu se revela en la comunidad. Cuanto más me apropio de ella, más va ser mía la revelación del Espíritu a ésta.

Vertientes
¿De dónde salió mi comunidad? Salió de otras vivencias comunitarias anteriores, yo he de apropiarme de esto, acá está mi identidad. Vivencias fundantes que le dan sentido, identidad a tu persona y a tu comunidad.

¿Te has apropiado de las vivencias fundantes que le dan identidad a tu persona y tu comunidad? La comunidad no se queda de balde, está trabajando, se ve en sus frutos, multiplicamos nuestras vivencias.., comunidades cristianas, organización popular, (taller ), servicios (salud, tierra, jóvenes y niños, etc.).

¿De veras yo siento que esto es un fruto que sale se mi comunidad apostólica?
¿Me siento implicada en esto?

7- Discernimiento:
¿Estoy interesado en escuchar al Espíritu?
¿Soy dócil y sé escuchar al Espíritu eficazmente?
¿La cruz o el sufrimiento te paralizan y es un obstáculo para tu discernimiento?
Queremos discernir porque va a pasar el Espíritu y hay mucho viento pasando por ahí y debemos saber entre los diferentes soplos, captar el autentico, entrar en el dinamismo del Espíritu. Escucha dócil y eficaz al Espíritu. Eficaz = saber escuchar.

¿Por qué estoy interesado en vivir en discernimiento?
A lo mejor estás demasiado interesado en manejarte por ti mismo. Discernir al Espíritu, esta es una vivencia escatológica. El Espíritu es mi Maestro de Formación y El me va a develar al Padre. Jesús está interesado en el discernimiento.

¿Estoy interesado en escuchar al Espíritu?
¿Soy dócil y sé escuchar al Espíritu eficazmente?
¿Pongo los medios eficaces para distinguir de otros soplos o estoy perdido?
Si estás perdido no vas a crecer en este dinamismo. Hazte esta pregunta en tu historia de fe: la vivencia de la cruz. Debes hacer las paces, asumir la cruz como camino al Padre, todo esto es gracia. “Otro te llevará donde tú no quieres…”.
Si no es así, nos quedamos con discernimiento de principiante. Si tú lo has asumido, el Señor te da el gozo.
¿Por qué nos rebelamos contra Dios? No queremos sufrir. No has asumido la cruz.
¿De veras el sufrimiento te paraliza a ti y es un obstáculo en tu discernimiento?

8- Seguimiento Radical de Jesús:
Novedad de:
►la persona de Jesús
► la misión de Jesús
El Hombre Nuevo – Jesús.
Características:
►Consciente
► Da luz y vida
► Uno con el Padre
La misión nueva:
Pecado del Mundo: - - - - - - - - La Buena Nueva:
1- Pobres, desprecio - - - - - - - -La predilección del Padre
2-Cautivos por Satanás
Un plan de engaño: - - - - - - - - -La libertad elige:
► Riqueza - - - - - - - - - - - - - - ►Pobreza
►Honores - - - - - - - - - - - - - - ►Menosprecio
►Soberbia - - - - - - - - - - - - - -►Humildad
3- Ciegos: abandono - - - - - - - -Ofrece seguimiento
4- Oprimidos: injusticia tolerada - Ofrece el pequeño
...............................................rebaño donde el Padre
...............................................cuida por sus pequeños
5- Rostro de Dios: vengativo - - - Ofrece perdón gratuito,
............................................................rehabilitación

Lo nuevo que Jesús nos trae. Él ofrece, añade algo a la historia de salvación. No es un profeta más. Viene a darnos una Buena Noticia. No hay otra mayor que esta. Jesús es el Hombre Nuevo. Nosotros, hombres y mujeres nuevos a semejanza de Jesús. Se da todo lo definitivo en esa relación con el Padre. Jesús da luz y vida, uno con el Padre.
¿Tú das luz y vida?
¿Eres uno con el Padre?
¿Estás lleno del poder del Espíritu?
Esto lo consigues en la medida que te apropias de Jesús, esta vida de Jesús se da en ti. El seguidor de Jesús auténtico por la fe radical se apropia de Jesús y en El se dan estas características.

La misión nueva: Desarrolla la misión escatológica.
¿He sido yo hombre nuevo?
¿Qué dan estas características en mí?
¿Mi crecimiento es con relación a desarrollar la misión escatológica?

Pecado del mundo:
- personal
- social ............. La Buena Noticia
Interrelación de estos dos aspectos Lc 4, 18-21.

Frente al pecado del mundo, la alternativa de Jesús te presenta el camino con una opción libre, quita la carga. Jesús ofrece una alternativa: Buena Noticia, reinado del Padre y su persona. El pecado del mundo es un peso insoportable. Jesús quita esto, ¿cómo? Hay una Misión Nueva que quita esto, reforma desde las raíces tu persona y la sociedad.

1. Pobres - Buena Noticia- Predilección del Padre. Tú has de mostrar al Padre. El Padre dice que los pobres son los pequeños, tú lo has de decir con tu vida, como Jesús lo hacía.
2. Cautivos - Buena Noticia. Libertad, elige pobreza, menosprecio, humildad, fe radical. Todo esto te hace verdaderamente libre.
- el que no vende lo que tiene…
- el que no se hace niño…
- el que no elige ser humillado….
El profeta escatológico lo ha de vivir y en comunidad no solo.
¿De veras que yo opté radicalmente por Jesús, vivo esto?

3. Ciegos - Buena Noticia. Ofrece seguimiento. Yo soy la luz del mundo. Les ofrece camino de vida. “Sígueme” nos dice Jesús. Yo tengo que presentar este camino a la gente, a mis hermanos. Soy profeta escatológico, me tengo que meter por Él:
- apropiarme de la persona de Jesús
- apropiarme de su misión

¿Qué les he estado ofreciendo a mis hermanos?
¿Acepto todo esto o me rebelo?
Cuando voy a los pobres, ¿qué les ofrezco?
Tu misión no es dar tu amor a los pobres. Tu misión es dar el amor del Padre. El Padre ama, cuestiona, perdona.
¿Qué tipo de amor he mostrado a los pobres?

4- Oprimidos: ofrece el "pequeño rebaño" donde el Padre cuida de los pequeños, los hermanos se desvelan por sus hermanos. Esto no está en el mundo, sino en el "pequeño rebaño”. La única forma de salir de la opresión es dejar la conducción de tu vida al Padre. No nos gusta porque queremos tapar las injusticias con justicia particular y hay que sanar de raíz. El mundo bajo la regencia de Dios.
¿Tú vives en este pequeño rebaño?
¿Tu misión es llevar a la gente a este pequeño rebaño? Este es el Pueblo Santo.

5. Rostro de Dios - Buena Noticia. Año de Gracia. Era un rostro de juez severo lo que se presentaba, Jesús para quitarlo dice, vengo a proclamar el Año de Gracia (no dice nada de desquite que el texto si dice. Dios no viene a desquitarse, viene a perdonar. Año de perdón gratuito - rehabilitación del hombre y de la sociedad. Este perdón se adquiere si le das tu adhesión a Jesús. Para unos apropiarnos de la persona de Jesús, para otros acoger esto que dijimos. La persona que entra en el perdón de Jesús, se rehabilita.

¿Qué rostro tiene Dios para ti? que me perdona, me rehabilita, me ama. Si no tienes una experiencia de Dios, no lo vas a mostrar como es, sino que vas a dar tu imagen falsa. Verificar si nuestro seguimiento de Jesús es radical o hay incoherencias. Miro mi historia de fe.

Metodología: Reflexión sobre la praxis:
Metodología formativa de la formación escatológica:
Fe - Realidad - Actuar... Praxis - Historia de fe
↑ - - - - - - - - - - - -↓
Reflexión
¿He crecido usando esta metodología? ¿Cómo la hago?
Vas a tu historia de fe, reflexionas sobre ella, es la que Jesús enseñaba.
¿Yo he hecho esto para crecer en el seguimiento de Jesús?
¿Qué he hecho yo si mi fe es la de Jesús?
¿He reflexionado sobre mi praxis?

Esta metodología te ayuda a detectar puntos de coherencia con Jesús para potenciar.
Detectar incoherencias para corregir.
La cultura escatológica la vamos a crear con esta metodología, es la metodología básica de la teología de la liberación. Es una reflexión sobre la praxis de la comunidad cristiana.

miércoles, 6 de junio de 2007

Proyecto de Formación Escatológica

ESCUELA DE FORMACIÓN:
LINEAS GENERALES PARA UN PROYECTO DE FORMACION ESCATOLÓGICA


Formulado el 30 de Agosto de 1991. (No figura el lugar donde se dio)

INTRODUCCIÓN

Formación Escatológica.

Jesús dice: "Entonces el Reino de las Cielos podrá ser comparado a diez jóvenes que solieron con sus lámparas para recibir al novio. De ellas, cinco eran descuidadas, y las otras previsoras.
Las descuidadas tomaron sus lámparas como estaban, sin llevar más aceite. Las previsoras, en cambio, junto con las lámparas llevaron sus botellas de aceite. Como el novio demoraba en llegar adormecieron todas y terminaron por quedarse dormidas.
Pero al llegar la media noche, alguien gritó: “¡Viene el novio, salgan a recibirlo!” Todas las jóvenes se despertaron inmediatamente y prepararon sus lámparas. Entonces las descuidadas dijeron a las provisoras: "Dennos aceite, por que nuestras lámparas se están apagando.” Las previsoras dijeron: "Vayan mejor a comprarlo, pues el que nosotras tenemos no alcanzará para ustedes y nosotras.”
Mientras iban a comprarlo, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él a la fiesta de las bodas, y cerraron la puerta.
Cuando llegaron las otras jóvenes, dijeron: "Señor, Señor, ábrenos” pero él respondió: "En verdad, no las conozco".
Por eso, añadió Jesús, estén despiertos, porque no saben el día ni la hora.” (Mt.25, 1-13).

Por medio de esta parábola, Jesús nos enseña que las jóvenes descuidadas no se preocuparon de prepararse para la venida del novio. Querían que el novio las recibiera a la hora de ellas. Las previsoras, en cambio, estaban preparadas para cualquier hora, porque, dicen ellas, la venida del novio llega de ahora en más.

Aquí hay una aplicación útil para nosotros. En el ahora de este mundo, los elegidos aguardan en acogida confiada lo que el Señor, en su hora de gloria, llevará a término entre nosotros. Pero claro, todo lo que llegue a plenitud tiene su historia de maduración. Es decir, lo definitivo llega a su plenitud, desde su historia de imperfecta realización entre nosotros. O, en palabras evangélicas, la lámpara de aceite necesita mantenerse encendida para que la fiesta de bodas entre en su plenitud con la llegada del novio.

Surge entonces la inquietud de formarnos para lo definitivo, para lo escatológico. ¿Será necesaria esa formación? Solamente Jesús tiene la respuesta. El, por medio de su vida y su mensaje, trae al mundo lo definitivo según Dios. Lo definitivo es el mismo Padre, que Jesús da a conocer a los suyos: Dios - con- nosotros. Pero el Padre no se da a conocer excepto en aquellos que, por su vida y los frutos de esa vida, ya muestran que el Padre los atrajo, mora, y obra en ellos, debido a sus semejanzas con Jesús.

Aquellos que viven de esa manera, viven ya en el reinado del Padre. Jesús da remate escatológico a ese Reinado de Dios en la historia. Aún así, el Reinado del Padre existe en el ahora de este mundo, en espera de su plenifícacion; existe en proceso de maduración, como lámpara de aceite que no se puede dejar agotar, porque el novio llega a la hora menos pensada. Hay que ser previsor: llevar aceite y saber preparar la lámpara.

Los que viven así, fueron formados para lo definitivo, para la fiesta de bodas, que ya comenzó cuando los invitados se pusieron en marcha para recibir al novio. Decididamente, vivir en el Reinado de Dios en este presente exige una formación que capacite para acoger y vivenciar lo definitivo de ese Reino en todas sus manifestaciones. Y esto definitivo, como ya dijimos, no es más ni menos, que el mismo Padre de Jesús con-nosotros.

ASPECTOS DE LA FORMACIÓN ESCATOLÓGICA

1- Maestro de Formación

"Jesús dijo además: “Escuchen esta comparación del Reino de Dios. Un hombre echa la semilla en la tierra; esté dormido o despierto, de noche o de día, la semilla brota de cualquier manera y crece sin que él se dé cuenta. La tierra da fruto por sí misma: primero hierba, luego espiga y por último la espiga bien granada de trigo. Y cuando el fruto está maduro, mandan a recoger porque ha llegado el día de la cosecha" (Mc. 4,26-29).

¿Cómo es posible esto? "Esté dormido o despierto, de noche o de día, la semilla brota de cualquier manera y crece sin que él se dé cuenta." El Reino avanza sin más. Otro lo dinamiza; no es el hombre. La realidad humana del presente va adquiriendo, más y más, los rasgos que la caracterizarán definitivamente. Esta obra va a cargo del Espíritu. El transforma nuestra realidad en realidad escatológica.

Por lo tanto, toda formación escatológica, desde el comienzo hasta el final, va a cargo del Espíritu de Jesús. Esto tiende a desconcertarnos al principio porque quisiéramos ser autogestores de nuestro crecimiento, pero esto no es posible. El maestro de formación es el Espíritu Santo que moldea a aquellos que acogen su protagonismo.

2. Vertiente profética

El mismo Espíritu sondea y se adueña de la historia humana de modo que la creación entera, como dice Pablo, gime con dolores de parto en espera ansiosa que los hijos de Dios salgan a la luz. La historia está en función de que los elegidos vivencien con mayor autenticidad al Padre de Jesús-con-nosotros.

Sin embargo, no sólo la creación, sino también nosotros, hijos de la luz, gemimos interiormente anhelando el día, en que Dios lleve a su plenitud lo definitivo que desde ahora ya vivenciamos (Rom.8, 23). Podemos decir, en otras palabras, que somos profetas escatológicos a semejanza de Jesús, ya que también anunciamos con nuestra vida lo definitivo, según Dios, que ya hemos asumido. No obstante, nadie gime a no ser que la irrupción de lo definitivo cueste sangre. Cuesta porque, a diferencia de Jesús, violenta lo definitivo según el mundo que, en parte, hemos apropiado.

El profeta es un hombre en el mundo, deshaciéndose de lo que asumió según el mundo, y acogiendo lo que el Espíritu hace crecer en él según Dios. De modo que el profeta escatológico porta la presencia del Padre al mundo, siendo así su portavoz. El mundo, en resumidas cuentas, al sentirse desenmascarado en lo que falsamente presenta como lo definitivo para el hombre, recibe con violencia a tales profetas.

La formación escatológica exige entonces que aprendamos a ser profetas de lo definitivo. Esto requiere un conocimiento de la irrupción del Espíritu en la historia y en nuestras personas; es decir, requiere un conocimiento de la historia vista desde la fe, y un conocimiento de la historia de nuestra fe.

3. Develamiento del Espíritu

Dijo Jesús a sus discípulos: “Tengo muchas cosas más que decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Y cuando venga El, el Espíritu de la Verdad, los introducirá a la verdad total. El no vendrá con un mensaje propio sino que les dirá lo que ha escuchado, y les anunciará las cosas futuras. Me glorificará porque recibirá de la mío para revelárselo a ustedes. Todo lo que tiene el Padre también es mío. Por eso les he dicho que recibirá de lo mío para anunciárselo” (Jn 16, 12-15).

Jesús aclara a sus discípulos que el Espíritu les irá revelando la verdad total. Ella procede del Padre, pero le pertenece a Jesús. El Espíritu toma de lo de Jesús para revelárselo a los suyos. Pero en realidad, ¿qué está aconteciendo? El Espíritu devela su propia realidad en los discípulos. Oculta y misteriosa permanece la presencia de Dios en sus elegidos. Solamente Dios mismo es capaz de dar a conocer a sí mismo. El Padre es la Verdad que el Espíritu de Jesús manifiesta.

En momento de gracia el velo que separa al Padre de nosotros se levanta lo suficiente para que podamos apropiarnos algo más de la presencia de Dios-con-nosotros. En eso consiste el meollo del proceso formativo en lo escatológico. Acoger los momentos de develamiento del Espíritu, asumir la verdad revelada en esos momentos, profundizar en el propio Padre de Jesús que nos marca camino a seguir; todo esto forma en lo definitivo.

Conviene notar que el proceso de develamiento del Espíritu acontece en mi persona, en la comunidad de los elegidos y, también, en el mundo en donde el Señor derrama su Espíritu haciendo brotar chispas de lo escatológico: inquietudes de justicia, paz, libertad. El hombre, no acostumbrado al protagonismo de Dios en su vida y en la historia, tiende a ignorar el develamiento del Espíritu, a cerrarse a la verdad revelada por Dios y a marcar su propio camino a seguir.

Todas estas tendencias obstaculizan el proceso de formación escatológico. Por lo tanto, es necesario perfeccionar el don de acogida al soplo del Espíritu donde quiera que se deje percibir. Así, la historia no sólo será vista desde la fe, sino apropiada en lo que del mismo Espíritu devela; y, a la vez, la historia de nuestra fe será verdaderamente conocida en cuanto haya sido asumida.

4. Conversión

“El ultimo día, el más solemne de la fiesta, Jesús, de pie, decía a toda voz: "Venga a mí el que tiene sed; el que crea en mí tendrá de beber. Pues la Escritura dice: de él saldrán ríos de agua viva” (Jn.7, 37-38).

Ir a Jesús, converger en El. Todo hombre con sed está invitado a entrar en Jesús. Toda obra del hombre adquiere sentido en cuanto converge en Jesús. Eso se llama conversión escatológica. Toca lo más profundo del hombre y toca todo fruto del hombre en Jesús.
Cuando Jesús habla en esta forma: "El plazo está vencido, el Reino de Dios se ha acercado. Tomen otro camino y crean en la Buena Nueva" (Mc.1, 15), no habla precisamente de una opción moral del hombre. Esto se supone. Habla de una opción definitiva por El, de una fe radical amorosa. De ahora en más, el Señor es dueño de mi vida, orienta mi libertad hacia El, y exige que todo fruto que yo dé permanezca (Jn.15, 16). Esto último sólo es posible si mi fruto brota de Jesús y converge en El.

De la misma manera, nada de esto es posible sin un nuevo nacimiento. En Jesús, irrumpe en la historia humana todo hombre nuevo. Nacido de arriba, del Amor compasivo del Padre por el mundo (Jn.3). Y la vida y la obra del hombre nuevo difieren diametralmente de la del hombre viejo, de aquel que converge en sí mismo. La vida del hombre nuevo brota de Jesús por haber yo ya entrado en El. La obra del hombre nuevo es definitiva, permanece, por tener su origen en Jesús y convergir en Jesús.

Por eso podemos decir que las estructuras humanas, no sólo el hombre, requieren una conversión escatológica. La piedra de toque, el criterio de autenticidad para todo lo que el hombre crea es el siguiente: ¿de quién brota, hacia quién converge? Si Jesús no es la fuente y la meta, la obra perecerá; no permanece. Así, la historia nos enseña que tanto esfuerzo de reestructuración social, hacia una sociedad más justa y fraterna, termina en una nueva sociedad, prontamente desvirtuada por nuevos brotes de injusticia y egoísmo.

¿Qué pasó? La sociedad fue reformada, más no radicalmente. Porque, la transformación social radical exige hombres nuevos, capaces de dar frutos que permanezcan: estructuras sociales radicalmente nuevas. Formarnos escatológicamente implica, por tanto, una reorientación de nuestra persona y nuestro fruto hacia Jesús, para no arar en el agua, sino en tierra buena, donde la semilla llega a madurar dando frutos que permanecen. Para lograr este fin, no debemos olvidar la instrumentalidad eficaz de los Ejercicios Espirituales de Ignacio. Cuando son dados y recibidos en su radicalidad cristocéntrica, Dios, por su misericordia, da a luz hombres nuevos.

5- Inculturación.

La gente decía: “¿No es éste el carpintero…?” (Mc, 6,3). Jesús, el carpintero, el Hijo de Dios, carpintero. ¿Qué enseñanza se esconde aquí? Aquí se revela el punto de partida y de llegada de toda obra que sale de las manos del hombre nuevo. Ya vimos que para dar frutos que permanezcan, la fuente y la meta tienen que ser el mismo Señor. Pero eso se logra en medio del contexto de acción del hombre nuevo, encarnado como pobre. La obra del hombre nuevo fluye de la inquietud que el Espíritu hace surgir en ese contexto de pobreza evangélica, y termina en la mayor santificación de esos sus predilectos. Así aconteció con Jesús, el carpintero, y así debe acontecer con nosotros, sus elegidos.

Bienaventurados los que eligen ser pobres, porque en ellos se devela el Espíritu (Mt.5, 3). Hay que hacer realidad esta enseñanza vivencial del Maestro. Por eso, formarnos escatológicamente requiere que asumamos los valores del pobre en seguimiento del ejemplo de vida de Jesús. También requiere que nos sensibilicemos a la cultura humana que promueve los valores del pequeño rebaño que elige ser pobre. Elegir ser pobre, como ya sabemos, es una bienaventuranza, tanto para el pobre, como para el que se inserta entre los pobre. Todos están llamados a valorar y a mantener ese contexto donde el hombre nuevo da frutos que permanecen.

La cultura de los que eligen ser pobres se llama cultura de la pobreza evangélica. Está en ebullición en esos restos comunitarios, formados por pobres que han optado definitivamente por el Señor. Es la cultura escatológica. Aquí el Señor nos lleva a redescubrir y a forjar los valores más auténticos de su Pueblo Santo, pobre y humilde. Sin embargo, esta cultura de pobreza evangélica madura en medio de un sinnúmero de antivalores. Unos, frutos de la desesperación del pobre; otros, fruto de la incidencia de la cultura moderna adveniente, caracterizada en su raíz por lo más humanamente alienante; el hombre viejo como centro de convergencia para toda esa cultura, carece de trascendencia auténtica.

Hay que aprender, por lo tanto, a quedarse con lo bueno y a despechar lo malo, de entre todo lo que late en ese contexto cultural, donde el pequeño rebaño del Señor, pobre y humilde, labra su porvenir. No se puede menospreciar la ayuda que las Ciencias y las Letras prestan a este acontecer. Ellas no son la piedra de toque para lo bueno; eso sólo es el Señor. Pero sí ofrecen unas herramientas culturales, para equipar a los elegidos del Señor para la tarea de hacer crecer y madurar la cultura de pobreza evangélica. El Espíritu revela definitivamente el secreto del Reino en medio de este contexto cultural salvífico de pobreza evangélica.

En resumen, pues, el hombre nuevo se forma para la inculturación en cuanto asume los valores de los pobres, promueve los valores de los que eligen ser pobres, y se capacita para construir, en el Señor, la cultura escatológica de pobreza evangélica.

6- Comunidad Apostólica

“Entonces llegaron su madre y sus hermanos; se quedaron afuera y lo mandaron a llamar. Como era mucha la gente sentada en torno a Jesús, le transmitieron este recado: "oye, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están afuera y preguntan por ti." El les contestó: "¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?" Y mirando a los que estaban sentados en torno a El, dijo: "Aquí están mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Mc.3, 31-35).

La familia de Jesús la constituyen esos hombres y mujeres que el Padre atrae hacia su Hijo y hacen la voluntad de Dios en seguimiento de Jesús, el único Maestro. Ellos forman una comunidad de hermanos y hermanas enviados por el mundo a anunciar el Reino que vivencian. Son comunidad apostólica, son gente pobre y humilde, miembros del Pueblo Santo, herederos del secreto del Reino. Aquí el hombre nuevo nace, crece, y madura. La comunidad apostólica, en fin, es el contexto idóneo y definitivo para crecer en la vida en el Espíritu.

Aunque parezca contradictorio, uno no se forma para la vida de comunidad apostólica, más bien la comunidad apostólica te forma. Es decir, su vivencia es formadora de hombres nuevos. No obstante, la historia de fe de la comunidad apostólica destila numerosas vivencias comunitarias que exigen profundización y crecimiento.

Muchas de esas vivencias comunitarias manifiestan las vertientes de ascendencia y descendencia comunitaria. A primera vista, lo que acabo de mencionar no queda claro. Intentaré aclarar su sentido. Toda comunidad apostólica tiene su origen en vivencias comunitarias fundantes, y toda comunidad apostólica tiene como fruto, vivencias comunitarias complementarias. Podríamos llamar vivencias comunitarias ascendientes a aquellas que marcan con rasgos fundantes a la comunidad apostólica. A la vez, llamaríamos vivencias comunitarias descendientes a aquellas que surgen para complementar la vida del hombre nuevo en todas sus dimensiones.

Con ejemplos aclararíamos mejor lo dicho. Nuestra comunidad apostólica tiene como vivencias ascendientes: la vida de comunidad apostólica de Ignacio con sus primeros compañeros, de Juana de Lestonnac con sus primeras compañeras y, por supuesto, la vida de comunidad de Jesús con sus primeros amigos. Además, nuestra comunidad apostólica tiene como vivencias descendientes: las comunidades cristianas, sus varios servicios y su nueva organización popular.

La formación escatológica, entonces, requiere una previa vivencia de comunidad apostólica, la cual debe ser sometida al escrutinio de la historia de fe comunitaria. Por medio de ese instrumento de reflexión sobre la praxis vivida, saldrá a la luz el paso del Espíritu sobre la comunidad, revelando las vivencias comunitarias más significativas. Estas exigen profundización y crecimiento. El trabajo no quedará completo hasta que no se ahonde en las raíces vivenciales fundantes y se poden las ramas que dan frutos complementarios.

Igual que dijimos con anterioridad que las Ciencias y las Letras no se deben menospreciar como instrumentos auxiliares para la mejor construcción de la cultura escatológica de pobreza evangélica, debemos recalcar aquí que los estudios, por ejemplo, bíblicos, eclesiológicos o históricos, prestarían un servicio similar para una mejor profundización y crecimiento de la comunidad apostólica en todas sus vertientes vivenciales.

7. Discernimiento.

Jesús dijo a Nicodemo: "Por eso no te extrañes de que te haya dicho: necesitan nacer de nuevo, de arriba. El viento sopla donde quiere y tu oyes su silbido; pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así le sucede al que ha nacido del Espíritu" (Jn.3, 7-8).

La libertad de Dios es soberana. Nadie conoce sus proyectos. Superan nuestra comprensión, así como el cielo supera a la tierra en altura (Is. 55,8-9). Dada nuestra incapacidad de ahondar en la libertad de Dios, que reside en el misterio absoluto de amor que es el Padre de Jesús, el hombre nuevo accede a la libertad divina, al acoger con docilidad el soplo del Espíritu. El lugar idóneo y definitivo para percibir el Espíritu y crecer en docilidad a El como ya vimos, no es otro que la comunidad apostólica.

Hablamos de una comunidad apostólica formada por mujeres y hombres nuevos, inculturada, orante y discerniente; abierta al develamiento del Espíritu en la vida de cada uno de sus miembros, en su propia vida y en las chispas escatológicas del Espíritu en el mundo. Esta clase de comunidad, sin duda, paso a paso, según la medida de su gracia, será llevada por el Espíritu adonde no quiere ir (Jn. 21,18) debido a su vocación profética escatológica.

Solamente el Espíritu de Jesús es capaz de mantenernos en la trayectoria de la cruz del Señor. Sin discernimiento, el hombre regresa a sus propios proyectos; para él comprensibles, razonables y plenificantes. Con discernimiento sin embargo, el hombre nuevo es impulsado por el Espíritu a caminar por un camino estrecho, que a la larga se vuelve incomprensible para el caminante, debido a la fidelidad extrema en el amor a la manera de Jesús que el trayecto exige. Este caminar plenifica a la comunidad apostólica, solamente cuando ella se mantiene adherida a la vivencia amorosa de la fe radical en el Señor. Si no se mantiene, el desánimo y el paso atrás no tardan en aparecer.

Por último, el discernimiento nos permite apropiarnos de la voluntad del Señor. Al acoger con docilidad el soplo del Espíritu, entramos de lleno en la libertad de Dios, y nos apropiamos, por la fe, del designio de Dios. Nada es más definitivo que el designio misterioso de Dios para santificar al hombre. Este es un designio escatológico; pasa por la cruz del Señor, y nos lleva directamente al Padre de Jesús.

La formación escatológica no puede ignorar el aprendizaje del discernimiento. El discernimiento es un instrumento connatural al hombre nuevo, fruto de la iluminación del mismo Espíritu, y garantizado por la fidelidad del Señor a sus elegidos. No deja, de todos modos, de estar minado por sutiles engaños. Por eso conviene precisar las claves y procesos auténticos de discernimiento, para distinguirlos de aquellos cargados con falsedades sutiles. El estudio y apropiación de espiritualidades auténticas, que aclaren el proceso de discernimiento, auxilia a la comunidad apostólica a mantenerse fiel al silbido del viento; por tanto, deben incluirse como parte del proyecto de formación escatológica.

8- Seguimiento radical de Jesús.

"Jesús les habla de nuevo y dijo: "Yo Soy la Luz del mundo, El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida"(Jn 8, 12).

Todos los que el Padre atrae convergen en Jesús, hombre que da luz y vida, uno con el Padre, lleno del poder del Espíritu. Un hombre así es un hombre nuevo. Irrumpe en la historia por obra del Amor compasivo de Dios al mundo. Todos los que lo siguen se apropian por la fe radical de su novedad y quedan constituidos en mujeres y hombres nuevos, a semejanza del Señor.

A Jesús, como hombre nuevo, le corresponde una misión nueva: dar remate al Reinado del Padre (Jn, 4,34). Hasta el tiempo de Jesús, Dios habló al mundo, por medio de los profetas. El último de los profetas fue enviado por Dios al mundo, para dar a conocer al mismo Dios. En esto consiste lo definitivo y último de la historia de salvación: Dios se anuncia a sí mismo por medio de la vida y mensaje de su Hijo Único, Jesús (Heb. 1,1-2). Tal misión la asume y la pone por obra Aquel que propiamente podemos llamar, el Profeta Escatológico. Todos los que siguen a Jesús, comparten también con El, en la medida de su adhesión al Señor por la fe radical, su profetismo escatológico. Anunciamos, pues, al Padre de Jesús por medio de nuestra vida y mensaje. Tal misión la realiza el mismo Dios-con-nosotros, por medio de nuestra docilidad al Espíritu de su Hijo Jesús (Jn.14).

El profetismo escatológico de Jesús pone fin a las amarras del pecado del mundo, los hombres, doblados por el peso del desprecio a los pobres; los engaños sutiles y mortales de Satanás; el abandono del pueblo por sus pastores asalariados; la injusticia tolerada y generalizada que sufren los débiles por opresores idolatras; y el desfigurar impunemente el rostro compasivo de Dios por los líderes religiosos; en fin, los hombres, cargados con el peso del pecado del mundo, no encuentran salvación. Claman junto con Pablo: "¡Desdichado de mí! ¿Quién me librara de mí mismo y de la muerte que llevo en mí? A Dios demos gracias, por Cristo Jesús, nuestro Señor"(Rom 7, 24-25).

A Dios demos gracias, pues Jesús ofrece a los pobres la predilección de parte del Padre; a los cautivos de Satanás, ofrece la sentencia contra el amo de este mundo y la libertad desde la elección por la pobreza evangélica, la elección por el menosprecio del mundo y la elección por la dependencia humilde y radical en El; a los abandonados por sus pastores, ofrece la luz: el seguimiento radical a El desde una opción definitiva en fe radical amorosa; a los oprimidos por la injusticia, ofrece la liberación, por medio de una vida alternativa, al formar parte del pequeño rebaño en donde el Padre cuida personalmente de cada uno de sus hijos, y en donde ninguno de los hermanos pasa necesidad; y, finalmente, a todos, ofrece el perdón gratuito de los pecados, en sobremedida, ya que brota del corazón compasivo del Padre, con tal de que los hombres le den adhesión a su Hijo (Lc 4, 18-21).

Esta misión, como vemos, anuncia el fin del cautiverio de los hombres y el comienzo de una vida nueva en el Espíritu. Es la misión escatológica; no habrá mayor ofrecimiento de liberación a los hombres de parte de Dios. Jesús, profeta escatológico, hombre nuevo, recrea sus rasgos en sus elegidos. Nosotros, por tanto, mujeres y hombres nuevos, profetas escatológicos, caminamos guiados por el Espíritu, a una siempre mayor semejanza con Jesús en su vida y mensaje. Por medio de nosotros, pues, el Señor continúa poniendo fin a las amarras del pecado, y ofreciendo luz y vida al mundo.

Es obvio, entonces, que la formación escatológica tiene que formar en la novedad de la persona y misión de Jesús. Ninguna escuela de formación está capacitada para eso. Recordemos que el formador es el Espíritu, el contexto es la comunidad apostólica formadora, y el camino a seguir es Jesús. Siempre y cuando eso se da, la escuela de formación puede ofrecer criterios para verificar nuestra adhesión a la novedad de la persona y misión de Jesús. Y, en caso de incoherencia, brindar pistas para rectificar nuestra adhesión. Acá será necesaria mucha creatividad en el Señor para lograr que la verificación y rectificación sean vivenciales y toquen fondo.

Los estudios cristológicos, especialmente aquellos que intentan pincelar el Espíritu del Jesús histórico, encarnado entre los pobres, vengan de teólogos académicos o de teólogos populares, pueden ser de utilidad para ilustrar quién es este Hombre. Más útil todavía serán los ensayos en cristología basados en la praxis de seguimiento radical de Jesús en comunidad apostólica. Nuestra comunidad comienza a tener esos escritos; otras comunidades harían bien en reflexionar y escribir sobre sus vivencias de seguimiento radical de Jesús.

Recapitulación: metodología de reflexión sobre la praxis y conclusión - Camino a Emaús.

“Ese mismo día, dos discípulos iban de camino a un pueblecito llamado Emaús, a unos treinta kilómetros de Jerusalén, conversando de todo lo que había pasado. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar a su lado, pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Jesús les dijo: "¿Qué es lo que van conversando juntos por el camino? Ellos se detuvieron con la cara triste. Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó:- ¿Cómo? ¿Así que tú eres el único peregrino en Jerusalén que no sabe lo que pasó en estos días? "¿Qué pasó?", pregunta Jesús. Le contestaron: "Todo ese asunto de Jesús Nazareno. Este hombre se manifestó como un profeta poderoso en obras y en palabras, aceptado tanto por Dios como por el pueblo entero. Hace unos días, los jefes de los sacerdotes y los jefes de nuestra nación lo hicieron condenar a muerte y clavar en la cruz. Nosotros esperábamos, creyendo que El era el que ha de libertar a Israel; pero a todo esto van dos días que sucedieron estas cosas. En realidad, algunas mujeres de nuestro grupo nos dejaron sorprendidos. Fueron muy de mañana al sepulcro y al no hallar su cuerpo, volvieron a contarnos que se les habían aparecido unos ángeles que decían que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo tal como habían dicho las mujeres; pero a El no lo vieron. Entonces Jesús les dijo: "¡Qué poco entienden ustedes y cuánto les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No tenía que ser así y que el Cristo padeciera para entrar en su Gloria?" Y comenzando por Moisés y recorriendo todos los profetas, les interpretó todo lo que las Escrituras decían sobre El. Cuando ya estaban cerca del pueblo al que ellos iban, El aparenta seguir adelante. Pero le insistieron, diciéndole: "Quédate con nosotros, porque cae la tarde y se termina el día." Entró entonces para quedarse con ellos. Una vez que estuvo a la mesa con ellos, toma el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero ya había desaparecido. Se dijeron uno al otro: "¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y en ese mismo momento se levantaron para volver a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los de su grupo. Estos les dijeron: "¡Es verdad! el Señor resucitó y se dejó ver por Simón." Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan” (Lc. 24, 13-35).

Los dos discípulos de Emaús habían sido formados por el Espíritu de Jesús, vivían en una comunidad apostólica formadora y seguían a Jesús, el Camino al Padre. Después de un tiempo, a raíz de una fuerte crisis que padeció su comunidad apostólica cuando murió el Señor, ellos se encontraron desanimados y decididos a dar un paso atrás en el seguimiento radical de Jesús. Tan grave era su situación, que necesitaban prontamente reafirmar su adhesión definitiva y amorosa al Señor, para no perderse del todo. Así que Jesús, por el camino a Emaús, inició con ellos lo que nosotros queremos iniciar: una escuela de formación escatológica.

¿Cómo lo hizo el Señor? Usó la metodología de la reflexión sobre la praxis. Primero, les pide que expongan la realidad acontecida: la muerte de Jesús. Claro, como la realidad siempre es vista por el creyente a través de los ojos de la fe, ellos a su vez expresan implícitamente la fe que da sentido, o no, a la realidad. En este caso, su fe no es capaz de dar sentido a la muerte de Jesús. Además, desde el principio Jesús conoce, a la vez que ellos, su actuar: escapar lo antes posible de Jerusalén al remanso de paz llamado Emaús. Ahora hay que reflexionar sobre esta praxis.

La reflexión toma dos vertientes. Primero el Señor les da la oportunidad para verificar si su praxis es auténtica, al confrontar su fe con la fe de Jesús, les dice: ¿No anunciaron los profetas la muerte y resurrección del Cristo? Segundo, cuando el Señor nota que los discípulos acogen la confrontación, comienza entonces el proceso de rectificar la poca fe de los discípulos. Jesús por medio de un estudio bíblico, histórico y cristológico, lleva a sus amigos a profundizar y crecer en la fe auténtica: aquella que da sentido al designio definitivo de Dios para la salvación de los hombres.

Pero, no sólo por iluminación se convierte el hombre, sino por una invitación amorosa a poner por obra la adhesión definitiva a Jesús. La iluminación tiene que ser vivencial. Por eso, Jesús tiene una comida eucarística, con mayor razón fraterna, con ellos, como signo de acogida y perdón a sus amigos. Al ser dóciles a la invitación de ser uno con Jesús, convergir en El, los discípulos despiertan y renuevan su opción definitiva y amorosa por Jesús. El Señor los rehabilitó.

Sigue ahora una nueva praxis, una praxis impulsada por la fe radical. Ahora tiene sentido ser uno con Jesús, hasta en su muerte. Volvamos, pues, dicen los discípulos, y compartamos nuestra nueva vida en el Espíritu con nuestros hermanos en la comunidad apostólica de Jerusalén.

Nosotros, también, daremos a luz nuestra escuela de formación escatológica. El Señor, en nuestros días, sigue con nosotros camino a Emaús.

lunes, 1 de enero de 2007

FORMACION DEL SEGUIDOR RADICAL DE JESUS

Formulado el 7 de junio de 1989. Incluye una Reflexión sobre la Praxis que se dio el 29 de mayo de 1989, donde dice: VISIÓN DE FE → OBRAR DEL PADRE. Fue incluida en este folleto, pues una indicación al margen de la página indicaba que ahí debe ir esa reflexión sobre la praxis.

PROYECTO DE FORMACION DE LA CAF

1. FORMACIÓN EN EL PARAGUAY DE LA ODN, AÑOS 1976 - 1986.
Pastoral Vocacional.
Acompañamiento.
Formación académica.
Experiencia comunitaria y pastoral.

2. Etapas de la trayectoria pastoral en Santa María: 1986- 1988
1. Gestación
2. Integración
3. Transición
4. Misión

3 .Vivencias fundamentales del Proyecto en Santa María:

1. Conversión.
2. Seguimiento radical a Jesús.
3. Comunidad Apostólica.
4. Discernimiento.
5. Inculturación.

4. Formación 1986 -1988:

Ø Acompañamiento.
Ø Formación académica.
Ø Inserción limitada en la vivencia del Proyecto.

5. Formación 1989:

1. Enfoque: Para la misión.
2. Meta: La vivencia del Padre.
3. Comienzo: Decisión de fe radical.
4. Praxis: Praxis de Jesús con sus discípulos.
5. Crecimiento:
Ø Iluminación.
Ø Oración y pruebas a la manera de Jesús con sus discípulos.

Desarrollo del 2.3 Transición a nivel pastoral:

Etapas ministeriales:
1- Sensibilización
2- Concientización
3- Inicio de las comunidades cristianas -reunión en familia.
4- Lanzamiento de las comunidades cristianas zonales
5- Consolidación y maduración.


FORMACIÓN DEL SEGUIDOR RADICAL DE JESÚS

Enfoque: Para la misión.
Meta: Vivencia del Padre.
Comienzo o inicio: Decisión de fe radical.
Praxis: Praxis de Jesús con sus discípulos.
Crecimiento: Iluminación
- Oración
- Pruebas
1. ENFOQUE

¿Qué enfoque tiene la formación? La formación es para la misión, no es para que seamos mejores personas. La misión es el contexto donde se va dar. Jesús llama a los discípulos para seguirle, no los manda a Nazaret, sino a Galilea, donde El está realizando su misión (Jn 4, 34). Para Jesús, llevar a cabo la obra de Aquel que le envió, es lo que le define cuando él mismo es el que llama. En ese momento tiene claro cuál es la obra para la que vino al mundo; este es el momento de dar identidad a los discípulos que llama. Aquí se van a formar. Entran en el momento público.

Lc 5, 10b. Ser pescadores de hombres, saben que van a ser formados para ser pescadores de hombres.
Mt 5, 13-16. Ser sal y luz y que la gente vea sus buenas obras. Función pública, en las buenas obras alabarán al Padre los hombres.
Lc 10, 2. Pide obreros para la cosecha, gente formada para la obra del Padre, para traer crisis al mundo, un juicio radical para el mundo.
Jn 9, 39. Traer crisis, estar preparado para esto.
He 9,15. Elegidos para ser testigos del Señor.

Debe estar claro el enfoque. Dios ya nos dice para que nos llama. El sígueme te mete en una opción radical, el que entra en el sígueme, entra en la fe radical de Jesús. El lo hace con su Madre y a través de muchos años. Jesús ayuda al discípulo a que tome todo lo que El había vivido y que es fundamental para la opción por el Reino. Jesús tuvo que ser creativo y sin salir del contexto donde el Padre lo mantiene: Galilea. Esto hace que los discípulos no pierdan la riqueza del momento. Somos comunidad en misión, en seguimiento radical a Jesús y a su vez es formadora.

2. META

La formación persigue capacitarnos para acoger la misión como la vivencia primaria de nuestra vida. Lo entendemos en Jesús: Jn 4, 34. Mi alimento…Jesús había interiorizado la misión, tanto que no estaba fuera de El, sino que le da la energía. La misión forma parte de lo más profundo en mí, me sostiene, me motiva y hasta me impulsa. No es algo que vas hacer: tú no eres formado para hacer cosas, sino que la obra del que me envía se convierte en mi alimento. Misión y mi propia identidad están unidos (el alimento).

A la larga se va a entender que el Padre va a ser la vivencia primaria de la vida. Su misión es fundamental para Jesús, fallece, muere, no aguanta más. El entiende así y quiere que ellos se capaciten para lo mismo; misión y fe radical no se pueden separar.

La tragedia en la Iglesia ha sido que la misión ha sido algo externo: obras, cosas, eso no era vital, no estaba en ti. La meta era hacer grandes cosas. Mi meta es revelar al Padre: esa es mi misión. Al principio el discípulo no lo va a entender. Poco a poco es que lo entiende. Pablo que es apóstol, enviado, seguidor formado, iguala su misión con el conocimiento personal de Jesús (en el apóstol “alcanzar”. La misión de Pablo es ser uno con Jesús. La misión de Jesús, ser uno con el Padre, esto es su alimento. A través de Jesús entramos en el Padre. La meta no es hacer comunidades cristianas sino revelar, dar a conocer al Padre a través de Jesús.

La comunidad para Jesús es la estructura. La meta es comunicar, transmitir la vivencia del Padre. Hasta que no fuimos podados y vivimos esto, no supimos cuál era nuestra meta. No estábamos preparados para dar una formación.

Sabemos vivencialmente cual es nuestra meta; no tenemos otra cosa que ofrecer, sólo la vivencia del Padre; no es hacer obras sino trasmitir esa vivencia. Esto es un aprendizaje que tiene su ritmo, sus etapas que no se pueden saltar. Todo esto es gracia, lo haces por el obrar de Dios en ti, esto no se puede olvidar, es iniciativa libre del Padre que lo da cuando quiere. Es el ahora de Dios. Jesús puso medios humanos, hay que ponerlos, pero como dice el Señor, nadie viene a mí si el Padre no lo quiere. Es un proceso de gracia.

Fil 3, 12. Para Pablo la meta es alcanzar a Jesús, quien ya le dio alcance. Si el Padre no está en él, no puede correr tras el Señor. Llegar al Padre es un proceso que dura toda la vida; por eso corre sin parar. También a nosotros el Padre nos ha metido en este proceso, nos ha dado alcance en Jesús. En cuanto se separa la formación de la misión, se frustra la unidad de la formación.

Vivir la misión desde ahora, desde el sígueme. La formación va a ser para mí, misión y la misión formación. Por eso Jesús no permite que el discípulo se forme lejos de la misión. De ser así nunca va a encontrar al Padre. El Padre está en Galilea, en la misión.

Cuando se funda un Instituto se vive esto, pero a lo largo del tiempo queda la estructura y eso no forma, se debilita la gracia. Lo que da vida es el obrar del Padre. Si no se entra en el proceso de fe radical, si no nos convertimos para las cosas que dan vida, hemos fallado en lo que es la auténtica conversión. La auténtica conversión da vida. El que esta experiencia sea comunitaria es lo que hace que sea formativa. Es pura gracia que Dios nos haya dado esta comunidad en la que todos vivimos por lo mismo.

3. COMIENZO DE LA FORMACION DEL SEGUIDOR DE JESUS

Todo parte del sígueme de Jesús, eso es esencial. La formación comienza cuando la persona de "poca fe" es llamada a dejarlo todo para así acoger a Jesús y su misión en comunidad como lo primario. Esto es el comienzo del discipulado.

Mc 10, 21. Poca fe porque así llama Jesús a sus discípulos cuando los llama. Tiene la fe suficiente para seguirle, pero el Señor te lo presenta de forma radical: “A mí y a mi misión, has de poner como lo primero”.

Jesús lo miró, sintió compasión: “Déjalo todo, olvídate de tu vida de antes, acógeme a mí y mi misión aunque no lo entiendas ahora y vive esto con otros hermanos que yo escogí”. No se puede seguir a Jesús a medias, no estas siguiéndole, estás metido en un proceso que te arrastra: "Que el Padre y su obra sea mi alimento".Esto es un proceso para el que el Señor te prepara.

Jesús lo prepara al joven rico haciéndole un hombre bueno, vida de cumplimiento de los mandamientos, está en búsqueda y Dios le responde a través de Jesús. Cuando experimentamos nosotros esto, se da en nosotros un cambio radical, algo pasa en mi vida, se tiene 1 o 2 veces en la vida, no más. Si no has sentido esta experiencia alguna vez en la vida de seguidor de Jesús, algo está pasando en tu vida, estás metida en un proceso de vida religiosa pero algo está fallando.

¿Comienza nuestro discipulado con esta experiencia radical? ¿Llevamos hacia esto a las jóvenes que están en nuestro Instituto? ¿Lo tenemos como criterio de admisión a nuestra comunidad? Las que no son tan jóvenes ¿también han pasado por esto? No mucha gente te va a aceptar estas cosas como comienzo de un proceso de formación; aspiran simplemente a que sean buenas religiosas. La experiencia ignaciana, base de nuestra espiritualidad apunta a esta radicalidad. En los grandes seguidores de Jesús, se ha dado dos o tres veces; es algo tan radical que no se puede dar repetitivamente.

Exigencias mínimas para iniciarse en el discipulado

Hay ciertas exigencias mínimas para vivir esta experiencia desde el Evangelio, que Jesús consideraba fundamental para su seguimiento.

1. Un cierto grado de capacidad para la madurez humana

Sólo hay un caso en el Evangelio que Jesús no acepta a la persona para su seguimiento por no tener esta madurez: el endemoniado de Gerasa (Lc 8, 26-59). Jesús no lo acepta porque algo anda fallando humanamente en él. Los discípulos la poseen, pero en distinto grado. Algunos, como Natanael, en alto grado (Jn 1, 47). Jesús le ve como hombre integro. Otros, como los hijos de Zebedeo, en menor grado. Son gente vengativa (Cf.Lc 9, 51-55).

2. Apertura al cuestionamiento de actitudes y de comportamiento

Al aceptar personas inmaduras como los hijos de Zebedeo, la comunidad ha de estar abierta al cuestionamiento. Jesús les cuestiona muchas veces a los discípulos y ellos tienen la capacidad de abrirse, de cambiar. Esto es necesario: nadie es completamente maduro o de fe total, vamos creciendo. Hay cierta gente que no posee esta madurez y se caracterizan porque Jesús los cuestiona desde el principio. El Señor los invita pero no lo siguen. Jesús los cuestiona inmediatamente:
Ø El hombre rico: Jesús le cuestiona su apego al dinero Mc 10, 21.
Ø El hombre acomodado: Lc 9, 57-62.
Ø El hombre inseguro: Lc 9, 63.
Ø El hombre de su casa: Lc 9, 59.

Al hombre acomodado Jesús le dice que vive una vida dura, que pasa necesidad, que no tiene vivienda fija. A este hombre se le acaba su vocación apenas Jesús le dice estas cosas. Este tipo de gente son oportunistas, quieren un Maestro rey, no siervo sufriente.
El hombre inseguro: Tiene su seguridad en el pasado; visitar a mi gente, estar con ellos. Pero la realidad es que no puedes mirar para atrás. Este tipo de persona es inseguro para el Reino; no se afirmaba en el ahora y Jesús lo cuestiona, pero él no lo sigue.
El hombre de su casa: “Deja que me vaya a enterrar a mi padre...“deja que los muertos entierren a sus muertos: tú, tienes que salir a anunciar el Reino de Dios”. Jesús le cuestiona este apego. No está abierto al Señor.

Los discípulos de Jesús tienen estas mismas actitudes pero se dejan cuestionar. Podemos distinguir algunas características:

Ø La poseen: "los de poca fe" (Mc 8, 14-21).
Ø Algunos son prepotentes (Mc 10, 35-40).
Ø Buscaban prestigio (Mc 9, 33-39).
Ø Tenían autosuficiencia (Mc 6, 52).
Ø Fanfarrones, sobradores (Mc 14, 29-30)

¿Cuál es la diferencia?
La diferencia es que Jesús los podía cuestionar y ellos aceptaban el cuestionamiento y cambiaban de conducta. Algunos ejemplos:
Ø Mc 10, 35-40. Prepotencia: sentarme a la derecha o izquierda de Jesús. Son los infantiles hijos de Zebedeo.
Ø Quieren poder: Los Zebedeos se sienten mbarete (fuertes). En vez de esto Jesús les advierte que van a recibir persecución y sufrimiento. Ellos están dispuestos y se quedan porque aceptan que Jesús les cuestione.
Ø Mc 9, 33-39. Buscan prestigio
Ø Mc 6, 52. Sus criterios eran los primeros: su mente era cerrada, eran autosuficientes y fanfarrones Mc l4, 29-30. Jesús reprocha a Pedro.

Ellos siguen a Jesús pero hay que pulir mucho. Jesús los acepta como son, pero no los deja ahí. A través de su cuestionamiento los va haciendo cambiar. Hay que tener ese mínimo de apertura al cuestionamiento.

Otros siguen a Jesús pero dejan de poseer la apertura, en los que triunfa la idolatría, Jn 6, 60-66: “Este lenguaje es duro…”. “¿Les desconcierta lo que les dije…?”. A partir de ese momento muchos dieron un paso atrás. Jesús cuestiona al ver la cerrazón de mente y ellos lo dejan. Jesús pregunta a los doce y ellos se quedan, se dejan cuestionar por El. En realidad, tenía mucho que cuestionar.

Ø Los que se van: Son sinceros, ven que no pueden seguir con esto y abandonan.
Ø Los que se quedan: Judas no se deja cuestionar y sólo se queda a fastidiar (Jn 13,25-27). Jesús lo venía cuestionando; él no ve, no cree, es idólatra. La cerrazón de mente no la pudo superar su poca fe, se queda en la cerrazón, Jesús lo pone en cuestionamiento hasta el último momento.
Ø Si te dejas cuestionar: tu seguimiento va avanzando.

4. PRAXIS
No solo es la práctica de vida que está siendo influenciada por una visión de fe, hay una interrelación en las dos; la fe te da la visión de la vida y la pones por obra y a la vez profundizas más en la vida. Algunos la definen como "acción bien pensada", visión desde la fe, desde la realidad. El discipulado tiene su praxis, su práctica de vida, donde la fe ilumina y la vida también. Las Bienaventuranzas te dan una visión de la vida sobre la realidad humana. Felices los pobres...Esto te lleva a la acción. ¿Qué hacer? Ser solidarios con los pobres. En la medida que vives te solidarizas con los pobres, vas a entender mejor por qué son felices los pobres.

La visión del Padre sobre la verdad de la vida le lleva a Jesús a situarse en la vida junto a los pobres, no solo que Jesús quisiera solidarizarse con los pobres. Cuando lo descubres en tu vida, es cuando lo entiendes. El discipulado tiene su praxis: La praxis del discipulado consiste en un seguimiento radical de Jesús; en el interiorizar la verdad del Padre y las obras del Padre. La visión del Padre te lleva a las obras del Padre. Al hacer las obras del Padre entras de fondo en su Verdad, en su visión y eso te lleva a obrar más de fondo en las obras del Padre. La Teología de la liberación está basada en esto.

Este seguimiento se desarrolla de la siguiente manera:

El discípulo es invitado a mantenerse en el despojo inicial, “déjalo todo y sígueme” y a entrar en un proceso de convivencia con Jesús y su comunidad (Mc 10, 28-30). Tendrás una comunidad de los que aceptan la Buena Nueva y me siguen, tú convives con esos que me siguen. Esto es indispensable, ese despojo inicial se te va a ir, si no participas de la vida de comunidad con los seguidores de Jesús.

Esta convivencia lo llevará a situarse en eventos y contextos que muestran a Jesús en misión. Cuando entras en el obrar iluminado por la visión de fe, comienzas a entrar en esto. Hay que mantenerse en esa entrega primera. Jesús está en nuestro medio porque tenemos una comunidad donde se comparte la fe de Jesús; esta comunidad te lleva a esos eventos y contextos donde Jesús se muestra en misión unido a nosotros (Lc 5, 11; 7, 21-22). Los discípulos dejan todo y entran en convivencia con él y los que entran constituyen su comunidad.

Después Jesús entra en misión, hay que interpretar los signos: "Los ciegos ven, los sordos oyen, la Buena Nueva llega a los pobres " (Lc 7, 21-22). La misión que el Padre le revela se da a conocer a través de sus obras. Los discípulos no saben nada de lo que está pasando. Jesús quiere que experimenten cómo El se entrega a la misión del Padre; ellos han de entrar a través de esta experiencia. Jesús tiene la pedagogía de enseñar a través de la experiencia de la misión: “Feliz el que no se confunde cuando me ve en misión y no se escandaliza”.

Al Señor no le interesa que no le entiendan en el momento, a todos nos pasa que a veces, por seguir a Jesús, entramos en eventos que nos desconciertan. Pero si no te metes no tendrás material para la reflexión y la interiorización. No es una formación desde un monasterio sino desde la misión.

La gracia arrastra a un constante acoger lo mostrado (Lc 7, 23; Mc 4, 11; Jn 6, 65). Jesús los mete en esas situaciones para que la gracia opere, la gracia opera donde el Padre se revela, en la praxis del Hijo.

Acoger es asumir, integrar, hacerlo tuyo lo que Jesús vive. Hazlo tuyo. Esto no es fácil es conflictivo. No es sencillo interpretar a Jesús. Mc 4, 11.Ustedes están en el secreto del Reino de Dios. Convivencia con Jesús y te da a conocer al Padre, a través de eventos de la misión: “Ustedes están dentro del proceso de gracia porque están en seguimiento mío”.

Lo mostrado en el seguimiento de Jesús se acoge inicialmente como acciones y actitudes a repetir. Se acoge acríticamente, sin un buen juicio de lo que acontece, como un niño acoge lo que los padres hacen sin haberlo asumido de veras (Mc .9, 17-18; Jn 13,15-17; Jn l3, 7; Fil 3,17).

Los discípulos no pueden, ellos repiten. Comienzan así repitiendo pero no han entrado en ese sentir de Jesús. La verdad y la obra del Padre no había llegado a ellos en profundidad. Así comenzamos nosotros repitiendo lo que hace Jesús. Esto si te metes en un contexto de misión, si no es así, ni esto, porque no hay nada que repetir.

En un segundo momento del proceso de formación en el discipulado, lo mostrado se acoge como opciones de vida a asumir (Mt 5, 1-12). Este ya es el discípulo que ha caminado algo, es más profundo. Aquí pongo yo mi vida y hago mía esta opción de vida de manera consciente, en donde quiero yo poner mi vida.

Finalmente lo mostrado se acoge como Aquel que obra en nosotros: el Padre
Ø Jn 14, 10-12: "Las palabras que les he dicho no vienen de mi, el Padre hace sus obras en mí. El que cree en mi, hará cosas mayores."
Ø Si llegamos a acoger esto, acoger las obras del Padre en mí, haré lo mismo que Jesús porque he llegado a su fundamento.
Ø Mc 16, 15: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Nueva...”. Que muestren las obras del Padre a todo el mundo. Ya son apóstoles hechos y derechos.
Ø Lc 6, 40: Pues el discípulo si se deja guiar será como su Maestro, ya llegas al fundamento de Jesús, ya saliste de la formación.
Esto es una acogida más profunda no solo es opción de vida, es llegar a la roca de Jesús, al secreto de su vida. Acoger lo mostrado, cómo el Padre que obra en nosotros, pocos descubren esta Verdad. Este es el discípulo maduro el que llega ahí. Todo este proceso tiene una manera de inyectarle fuerza. En la misión cuanto he descubierto del actuar del Padre, al Padre se le descubre en el obrar, hay que ponerse en el contexto que el Padre quiere para ti, no en el que tú quieres.

Meta. Todos, unos más que otros, tenemos experiencias de andar en el seguimiento de Jesús moviéndote en el Padre. Esto incluye todo lo demás. Jesús hace desde el Padre sus opciones de vida porque el Padre le mueve. En nosotros se repiten las actitudes pero no acríticamente, sino desde el Padre, desde Dios y en Dios. Llegar a la meta exige una fe radical, entrega incondicional, docilidad radical.

Esta última vivencia concluye el discipulado, el proceso de formación del discípulo y desencadena el apostolado: la misión en dispersión (Mc 16, 15). En otras palabras, el discípulo ya se asemeja a su Maestro: es hora de que se independice (Lc 6, 40).


Reflexión sobre la praxis

VISION DE FE → OBRAR DEL PADRE

Ver la realidad a la luz de la fe

Pecado social: sin la luz de la fe, la misma realidad te parece lo normal de la vida. La verdad del Padre en lo positivo del Reino va a ser visto por la gente sin fe, como falsedad, mentira. El Padre opta por los pobres y estos son felices. Esto no se percibe como verdad en los que no tienen fe. Lo normal de la vida es que esto es mentira, por eso no me hago solidario con ellos.

Visión de fe Visión del Padre

Esta visión de fe va a canalizar nuestra vida y nos ha de llevar a la acción que no es un simple hacer cosas, sino ver la vida tal como la ve el Padre. Esto nos llevará a ser solidarios con los pobres. Hay mucha gente solidaria con los pobres, como los marxistas o los filántropos, pero no tienen esta misma captación desde la visión del Padre.

La visión de Jesús es la que impulsa y canaliza nuestra acción. Hacemos las obras del Padre en Jesús y éstas van a ser las obras del Padre en nosotros mediante Jesús. Si yo entro desde la visión de Jesús a las obras del Padre, esto me hará entender mejor la visión del Padre y éste a su vez me impulsará a hacer con más hondura las obras del Padre.

Si reflexionamos sobre estas cosas, hacemos teología. Jesús hacía teología en parábolas, así hablaba de las vivencias de fe. Esta praxis es formativa. Si quieres ser discípulo de Jesús, entra en la praxis divina.Una formación que no esté en contacto con esto es aérea. La acción hay que asumirla, acogerla, reflexionarla, orarla.

Despojo inicial y convivir con Jesús en comunidad. Hay que dejar lo que me da seguridad y lo que me da sentido y aceptar que ese despojo inicial interno es radical. Normalmente hay poca conciencia de la profundidad que esto implica. Para entrar en la praxis de Dios hay que comenzar por acá; no importa que este despojo no haya sido tan perfecto, tan pleno, si aceptas que en la convivencia con Jesús has de encontrar tu seguridad. Esto ya es un comienzo

Misión: intimidad con el Padre

Cada vez el Padre va hacer con más eficacia sus obras en ti. Unidas misión y entrega, unidas y en tensión. Es una tensión que me dinamiza, semejante a la que hay entre oración y acción.

¿Cómo podemos encajar todo esto en nuestra formación del presente?

Te metes en la comunidad de Jesús para situarte en la vida, te hace entrar en contextos, situaciones, a la larga en opciones y situarte como Jesús se sitúa. Quiénes son:
Ø sus amistades,
Ø situaciones,
Ø contextos,
Ø opciones de Jesús en misión.

Esto tiene una relación. Lo primero que vas a ver es el obrar del Padre; lo segundo, la visión del Padre.

Es más difícil para ti cambiar tus criterios que tus acciones. Para que yo vea la vida desde los criterios de Jesús, ha de haber en mi un cambio, una conversión. Puedo actuar como Jesús pero no desde Jesús. Esto es gracia: poder obrar desde Jesús y ver la vida como Jesús (la visión del Padre) y esta realidad exige una conversión más difícil en cuanto a los criterios.

No entro en el contexto donde se revela el secreto del Reino, el contexto de Jesús.
Ø Puedo tener un noviciado apartado del mundo.
Ø Puedo tenerlo enraizado en el mundo.

En los dos sitios ¿qué quiero? Situarme desde Jesús. El primero es más artificial, en el segundo lo hago más auténticamente. El situarnos nada más, no es la clave, es una condición necesaria, lo que te da al entrar en el secreto del Reino, gracia y conversión, tiene que ver mucho con el proceso de fe.
Ø ¿por qué hemos hecho Ejercicios Espirituales?
Ø ¿por qué situarnos entre los pobres?

Entrar en proceso de gracia y disposición de disposición que te lleva a donde está la revelación del Padre:
La misión: se puede vivir en lo fundamental y desde dentro sentir que crece y lo vives plenamente. Lo fundamental es vivir los designios del Padre que el Reino de Dios vaya creciendo.
Ø La obra principal por lo que se llega a esto es la conversión.
Ø Lo fundamental se puede vivir en cualquier contexto.
Ø Lo fundamental, la evangelización, tiene su modo de realizarse, la formación de comunidades cristianas es el medio más característico.
Lo secundario es importante, educar, atender enfermos, investigar, etc. todo esto es importante pero no es lo fundamental, es intento de que el Reino de Dios llegue a los hombres de forma más indirecta. Cualquier contexto no ayuda, las comunidades se han de formar en el contexto de la misión de Jesús.
La formación que estamos dando, ¿les va hacer asumir todo esto que tenemos? ¿Entiendo la vida desde Dios? ¿Me solidarizo con los pobres porque el Padre esta actuando en ellos?

El Padre obra en Jesús y se revela a los demás desde El. Dios entiende la vida comprometiéndose con el hombre. Evangelizar a los pobres es una obra del Padre en Jesús. El discípulo también es llevado a reconocer el obrar del Padre en el, nos lleva a co-obrar con Dios.

Esto se da en un proceso no de una vez. Esto se hace en el Espíritu y el que vive así vive en comunión con Dios, en oración. Esto es ser contemplativo en la acción. Todo esto es gracia (Jn 6, 65). Si el Padre te elige para esto, entras en la vivencia de un secreto, en el secreto del Reino (Mc 4, 11). Ustedes están en el secreto del Reino porque el Padre te lo tiene que revelar. Para el hombre es enigma el obrar desde Dios, es un misterio que El mismo te lo ha de revelar. El secreto no es algo específico, sino una manera de vida.

Si tienes tu propia visión de la vida, creerás que todo depende de tu propio esfuerzo. Nosotros estamos metidos en este secreto porque Dios nos lo ha querido revelar, no porque me guste a mí. Esto se descubre en Jesús. La gracia arrastra a un constante acoger lo mostrado (Mc 1, 11; Lc 7, 23). Jesús lo revela su persona a través de sus palabras y acciones. La gracia exige docilidad y al principio se resiste. Si el Padre libremente me ha elegido, sólo tengo que acogerla; pero cuando vienen las dificultades quiero manipular esa gracia.

Pablo lo experimenta "Ay de mi si no evangelizo"…No son criterios de elección, me guste o no, esto me ata, no me deja libre. No puedo decir sí o no. Dios me ha elegido y no me va a soltar. ¿Tengo claro que Dios me ha elegido para esto? Ahí va a estar mi fuerza, mi seguridad, es que Dios es fiel. ¿Te ha ido revelando esta gracia, el secreto del Reino? ¿Sientes que algo de esto ya es tuyo?

Tenemos que formarnos para vivir desde Dios. Si nuestro crecimiento en la fe no es desde el obrar del Padre en mí, la formación en lo fundamental se me está escapando. Es fundamental crecer en la fe que te lleva a una entrega radical y voy descubriendo cuáles son las obras de Dios. Voy siendo dócil para que el Padre vaya haciendo las palabras que a El le gusten, en mí. Moisés tiene dificultades para vivir esto, pero cuando opta por creer en Dios, entra en la visión de fe y continuamente tiene que morir a sí mismo. Va a Egipto dejando Madian y entra en el obrar del Padre.

Algunas cuestiones para orar
¿Has experimentado esto en tu vida?
¿Has experimentado la muerte en ti?
¿Has entrado- en este proceso de fe?
¿Sientes que has sido elegida para esto?
¿Lo experimento como gracia?

5- CRECIMIENTO

En la praxis del discipulado y acontece de tres maneras:

Primero, a través de la iluminación de lo vivido con Jesús para facilitar su acogida como vivencia personal y comunitaria (Mc 4, 34). Hay una iluminación de lo que Jesús hace, de lo que es estar en misión, si no, no captan, no pueden acoger que la verdad del Padre es lo que guía su vida. Es a través de compartir lo vivido con Jesús, que sus discípulos pueden captar y acoger la verdad
Ø sin iluminación de parte de Jesús (Mc 6, 30-31).
Ø con iluminación de parte de Jesús (Lc 10, 17-21).
A través de un cuestionamiento e iluminación de parte de Jesús con relación a lo vivido por los discípulos, pero a duras penas compartido (Mc 9, 33-37).

Explicación: Jesús explicaba en privado a los discípulos.
Ø Jesús escucha el compartir de los discípulos pero no les ilumina (Mc 6, 30-31).
Ø Otras veces le comparten y El les ilumina. Ellos se han entregado incondicionalmente al Padre: “Alégrense más bien porque sus nombres están escritos en el libro de la vida, porque están en la presencia del Padre”. Ellos han sido receptivos al mensaje del Padre, les está interpretando lo que pasó en su misión (Mc 9, 33-37).
Ø Otras veces no le cuentan a Jesús y El les cuestiona. Ser importante... el ser el más niño delante del Padre. Todo esto ayuda a crecer al discípulo que repita lo de su Maestro, pero no de manera acrítica.

Segundo: entrar en oración a la manera de Jesús, para intimar con el Padre y su Reinado. Esto quiere decir:
Ø En la oración Jesús se familiarizaba con su experiencia de fe vivida en la praxis del Reino (Mc 6, 42-46). Es una experiencia de fe de que el Padre obra para llevar adelante su obra. Ha acontecido algo que no es ordinario. Inmediatamente Jesús se fue al cerro a orar. Ahí ha pasado algo que El tiene que interiorizar, dejar que el Padre le ilumine lo que aconteció. Ahondar en lo que el Padre se traía entre manos. Esto exigía de Jesús la oración en libertad, era una exigencia que Jesús tenía siempre.
Ø En la oración Jesús discernía el designio de misión según el Espíritu del Padre:
- Con referencia a la elección (Lc 6, 12-13).
- Con referencia al destino (Mc 1, 35-38).
- Llamó a sus discípulos y escogió a doce como apóstoles. Para hacer esa elección desde el Padre, Jesús entra en oración (Lc 6, 12-13).
- Todos te buscan. ¿Me quedo o me voy? elige irse porque el Padre lo quiere (Mc 1, 35-38).
Sin praxis Jesús no se va a orar, la praxis le exige.
Ø En la oración Jesús expresaba sus vivencias fundantes:
- El Padre y su reinado (Lc 11, 2-4).
- Alabanza al Padre Mt (11, 25).
- Fidelidad del Padre en la crisis (Jn 17).
- Fidelidad del Padre en la liberación (Lc 23,34).
- Fidelidad del Padre en el perdón (Lc 23,34).

Vivencias fundantes: lo que está en la raíz del ser de Jesús es el Padre y su Reino. Lo resume en el Padre Nuestro: “Venga tu reino” (Lc 11, 2). Antes de enseñarlo a sus discípulos, el Padre Nuestro es oración de El. Esto no se descubre sin entrar en las obras del Padre.
Mt 11, 25: “Yo te alabo Padre...” es vivencia fundante que surge de la misión. Para Jesús no son cosas distintas lo que hace (la misión) y lo que le sostiene (la fidelidad del Padre). Es todo uno
Lc 22, 39. Getsemaní, en la crisis se dirige al Padre, el Padre rige en su vida, la crisis se resuelve recurriendo a su vivencia fundante, y es en la misión donde se experimenta la crisis y su apoyo en el Padre.
Jn 11, 4l: “Te doy gracias Padre porque siempre me escuchas”.
Lc 23, 34: “Padre perdónalos...”. El Padre es fiel en toda situación. Jesús tiene la vivencia de que el Padre obra perdonando al mundo.

Sin misión Jesús no hubiera tenido que orar, ya que esta oración no es simple petición. Es muy importante familiarizarme con las experiencias de fe que he vivido en la misión, expresar mi vivencia fundante. No se puede institucionalizar la acción del Espíritu en mí, y a través de mí. La misión revela al Padre, la oración profundiza lo que el Padre hizo en mí y a través de mí.


Jesús esperaba que la oración de los discípulos surgiera libremente, en la medida que radicalizaban su fe (Lc 11, 1). Jesús no quería que se formaran de fuera sino desde dentro. La misión no puede sino llevarte a la oración. La oración es exigida no por otro, sino por el Espíritu en mí. La petición de enseñar a orar viene de los discípulos, no de Jesús. Es más auténtico el proceso porque van a orar por la exigencia del Espíritu, no de la estructura.

Para los discípulos, la oración comunitaria era principalmente celebración de la vivencia de fe (Lc 22, 14-17).

La oración de discernimiento comunitario surge con el apostolado, no con el discipulado (He.15, 28). Jesús oraba poco comunitariamente, El celebra lo que vive: su fe en la praxis del Reino. Los discípulos no están abiertos al Espíritu, van a iniciar el discernimiento, El lo hacía solo y les enseña a ser dóciles y abrirse al Espíritu. Cuando el discípulo es apóstol, ya se puede porque no es pelea comunitaria. Si nosotros no estamos metidos en la praxis del Reino no haremos oración desde el Espíritu, sino desde la estructura.

Tercero: El crecimiento acontece por medio de pruebas en la fe:
Ø Crisis de Jesús y sus discípulos (Mc .10, 38-39; Jn 6, 66-67).
Ø Crisis con Pedro (Mc 8, 33).
Ø Crisis con los fariseos (Mc 8, 12).
Ø Crisis con el pueblo (Jn 6, 15).
Con relación a nosotros:
Ø el Padre poda nuestra fe (Jn l5, l-2)
Ø la comunidad acompaña o nos ayuda por medio de su discernimiento y su fe a acoger la corrección del Padre para nuestro crecimiento, santidad. (He12, 7-10).

Vienen pruebas en la fe debido a la praxis de la misión en que han entrado.
Ø La crisis de la crucifixión. Y nos hace crecer en la fe, "¿Pueden beber la copa que yo beberé?" (Mc 10, 38-39).
Ø Muchos de los setenta y dos se marchan, dejan de seguir a Jesús. La praxis del Reino lleva a una confrontación que lleva a unos a dejar y otros a seguir y en estos hay un crecimiento (Jn 6, 66-67).
Ø ¿Por qué esta gente pide una señal? No quieren entrar en la radicalidad de la exigencia del Padre (Mc, 8, 12).
Ø Detrás de mí Satanás. Se trata de un discernir completamente humano (Mc 8, 33).
Ø Iban a tomarlo por la fuerza. Jesús tiene ruptura con el pueblo pues no han entendido, no han entrado en ese proceso (Jn 6,15).

Para nosotros será lo mismo. El Padre se encargará de lo que pasa con Jesús nos pase también a nosotros y la comunidad. La comunidad nos va a acompañar, porque estamos ciegos; nos va a ayudar a ver que la poda del Padre es para crecimiento no para nuestra muerte (He. 12,7-10) ¿A qué hijo no lo corrige su padre? Sólo la comunidad nos lo puede decir porque nosotros no vemos nada.

PROCESO DE CRECIMIENTO EN SANTIDAD - 1ra parte

Esta ha sido la primera jornada de oración, reflexión y evaluación de la comunidad apostólica de Santa María, tuvo lugar en San Juan el 30 de Julio de 1989.


EL PROCESO DE CRECIMIENTO EN SANTIDAD. Los planes se nos trastocan porque Dios es el Dueño. Esto nos entra en la cabeza pero no en la vivencia. Dios me presenta algo nuevo, pero no entronca con facilidad en lo que tenía antes. Va a exigir que muera a algo en lo que me sentía a gusto. Huimos cuando nos damos cuenta de eso en la vida, en la persona, en la comunidad. Esto son las resistencias. Pero cuando he agarrado el hilo, el Señor vuelve y me sorprende con algo nuevo.

Haber escogido un proceso de crecimiento en santidad no es nada fácil porque siempre veremos que nuestros planes se nos vienen abajo. Nuestra tendencia natural es querer agarrarnos a lo seguro, así leo en la vida de Jesús. Las luces, la manera que teníamos es de la etapa anterior. Viene ahora una nueva; si estás en tu seguridad, te resistes, te aferras a las estructuras que tenías. Si no hay una fe fuerte buscas escapismos, huidas o aferrarte. Eso significa que la comunidad se está resistiendo al proceso de santidad. Si nos empeñamos en lo nuestro, vienen las discusiones, el encerrarnos, el escape.

¿Somos conscientes del proceso en que estamos?

Si sigues como antes entras en crisis. Las crisis personales se darán siempre y hay que saber como resolverlas para salir de ellas. Hay que hacer el esfuerzo de abrirte a la comunidad, no tenerlas solo, buscar ayuda; vas a morir a ti mismo.

Las estructuras encarnan los valores. Los valores son cosas que te atraen y te arrastran. Las maneras de aterrizar los valores son las estructuras; esto es momentáneo: la estructura está limitada por el tiempo. Pero si las estructuras se estabilizan, si no se cambian a tiempo, no ayudan a que se vivan los valores.

La formación como está estructurada ahora no está haciendo justicia a los valores que decía. No se está asumiendo como comunidad y, al no sentirnos responsables, la cosa no anda.

La praxis de la misión en la formación no se está dando: el que todos nos sintamos responsables de todos. No es cosa de los que saben… vengo a recibir... nadie tiene mucha experiencia de comunidad apostólica, todos vamos buscando. Todos tenemos vivencia y si no dialogamos, la cosa no anda. La cuestión de la pertenencia es un problema serio. Yo soy pertenencia de la comunidad y la comunidad es mía.

¿Yo vivo pendiente por qué no anda mi comunidad?

La misión es otra estructura. Como valor es hacer la obra del Padre. Esto tenemos que aterrizar y requiere distintas cosas según el querer del Padre; te va a cambiar y te va a dejar inseguro, lo cual es parte del proceso de santidad. Se te tiene que salir de las manos. Tú no puedes controlar la misión porque es de El. Si no vives en el Espíritu estás perdido. Si nuestra estructura está fija o te aferras a ella, no es del Espíritu.

Yo no hago diferencias entre fe y valores humanos. La fe implica crecer en todos los valores humanos. La persona que no crece en la fe tiende a encerrarse. Todo valor se vive si eres dócil al Espíritu, si no vives en el egoísmo. El que no se abre al Espíritu vuelve a vivir en su yo. El que entiende la pedagogía de Dios, crece en la fe y en valores humanos. Hay comunión de vida, bienes, visión; eso es consecuencia de la docilidad al Espíritu. No se puede crecer en lo humano si hay resistencia a la santificación.

¿Cuál es mi papel? Me siento responsable ante el Señor que la comunidad no se quede en lo suyo, cada persona en lo que le hace sentir a gusto. Si dejo que la comunidad esté a gusto, eso trae la muerte. Debemos entrar en el proceso de desadueñarnos de nuestro yo: de nuestras luces, trabajo, ideas...Si queremos un crecimiento radical no podemos tender a lo que nos hace estar a gusto; así el Espíritu se nos escapa. Es necesario, que la comunidad se haga responsable de su proceso de santificación. Esto implica morir continuamente y ayudar al hermano. Todo el mundo tiene algo que aportar, algo porque es desde la vivencia no desde el conocimiento, encontrarnos a mitad de camino, lo paraguayo y lo español... cada uno dando pasos para encontrarnos a mitad de camino.

No tengo gran claridad si soy el indicado para animarles como animador. Tiendo a crear dependencia, tal vez se necesite una persona con menos fuerza, menos experiencia para que la gente se sienta con más ganas de participar, para que se sienta que si no lo hacemos nosotros, no se hace.

He llegado a un límite que si la comunidad no toma conciencia de este proceso de santificación y asume esta pedagogía de Dios, yo no voy a poder seguir; depende de todos nosotros, porque no puedo dar luz, estirar, empujar, yo solo. Nuestros problemas son signos del proceso que estamos viviendo en este crecimiento.

Opción personal y comunitaria por el proceso de santidad.

Dios se adueña de mí, de nosotros. Ante la pedagogía de Dios "tus planes fracasan". Hay que tener una actitud muy de fondo que “como el grano de trigo que muere…" y dejarnos llevar por el Espíritu en la estructura, en lo personal, en el cambio de nuestra misión, de nuestras relaciones y criterios. Todo esto permite que el Padre haga su obra en nosotros. Esto es la misión.

Dios te cambia el plan: ¿te enojas o te pones apático? hay que tomar conciencia que "mi" plan va a fracasar: voy a morir a mi propia persona, mi manera de ser, de trabajar, de colaborar en la comunidad, de relacionarme con el hermano.

Santidad. Dios se adueña de mí y esto, en la práctica, es morir a lo mío para que salga lo de Dios. Dejarme guiar por el Espíritu en todo. Este es el proceso de santidad. Si entramos por él, el Padre hará su obra en mí. Como es difícil y duele mucho, cuando entramos en esto vienen los
Ø Escapismos
Ø Resistencias
Ø Falta de integración
Ø Falta de transparencia
Como vimos, han salido resistencias de todo lo que este proceso de santidad implica. Por ello tenemos que reflexionar sobre lo concreto.