lunes, 1 de enero de 2007

FORMACION DEL SEGUIDOR RADICAL DE JESUS

Formulado el 7 de junio de 1989. Incluye una Reflexión sobre la Praxis que se dio el 29 de mayo de 1989, donde dice: VISIÓN DE FE → OBRAR DEL PADRE. Fue incluida en este folleto, pues una indicación al margen de la página indicaba que ahí debe ir esa reflexión sobre la praxis.

PROYECTO DE FORMACION DE LA CAF

1. FORMACIÓN EN EL PARAGUAY DE LA ODN, AÑOS 1976 - 1986.
Pastoral Vocacional.
Acompañamiento.
Formación académica.
Experiencia comunitaria y pastoral.

2. Etapas de la trayectoria pastoral en Santa María: 1986- 1988
1. Gestación
2. Integración
3. Transición
4. Misión

3 .Vivencias fundamentales del Proyecto en Santa María:

1. Conversión.
2. Seguimiento radical a Jesús.
3. Comunidad Apostólica.
4. Discernimiento.
5. Inculturación.

4. Formación 1986 -1988:

Ø Acompañamiento.
Ø Formación académica.
Ø Inserción limitada en la vivencia del Proyecto.

5. Formación 1989:

1. Enfoque: Para la misión.
2. Meta: La vivencia del Padre.
3. Comienzo: Decisión de fe radical.
4. Praxis: Praxis de Jesús con sus discípulos.
5. Crecimiento:
Ø Iluminación.
Ø Oración y pruebas a la manera de Jesús con sus discípulos.

Desarrollo del 2.3 Transición a nivel pastoral:

Etapas ministeriales:
1- Sensibilización
2- Concientización
3- Inicio de las comunidades cristianas -reunión en familia.
4- Lanzamiento de las comunidades cristianas zonales
5- Consolidación y maduración.


FORMACIÓN DEL SEGUIDOR RADICAL DE JESÚS

Enfoque: Para la misión.
Meta: Vivencia del Padre.
Comienzo o inicio: Decisión de fe radical.
Praxis: Praxis de Jesús con sus discípulos.
Crecimiento: Iluminación
- Oración
- Pruebas
1. ENFOQUE

¿Qué enfoque tiene la formación? La formación es para la misión, no es para que seamos mejores personas. La misión es el contexto donde se va dar. Jesús llama a los discípulos para seguirle, no los manda a Nazaret, sino a Galilea, donde El está realizando su misión (Jn 4, 34). Para Jesús, llevar a cabo la obra de Aquel que le envió, es lo que le define cuando él mismo es el que llama. En ese momento tiene claro cuál es la obra para la que vino al mundo; este es el momento de dar identidad a los discípulos que llama. Aquí se van a formar. Entran en el momento público.

Lc 5, 10b. Ser pescadores de hombres, saben que van a ser formados para ser pescadores de hombres.
Mt 5, 13-16. Ser sal y luz y que la gente vea sus buenas obras. Función pública, en las buenas obras alabarán al Padre los hombres.
Lc 10, 2. Pide obreros para la cosecha, gente formada para la obra del Padre, para traer crisis al mundo, un juicio radical para el mundo.
Jn 9, 39. Traer crisis, estar preparado para esto.
He 9,15. Elegidos para ser testigos del Señor.

Debe estar claro el enfoque. Dios ya nos dice para que nos llama. El sígueme te mete en una opción radical, el que entra en el sígueme, entra en la fe radical de Jesús. El lo hace con su Madre y a través de muchos años. Jesús ayuda al discípulo a que tome todo lo que El había vivido y que es fundamental para la opción por el Reino. Jesús tuvo que ser creativo y sin salir del contexto donde el Padre lo mantiene: Galilea. Esto hace que los discípulos no pierdan la riqueza del momento. Somos comunidad en misión, en seguimiento radical a Jesús y a su vez es formadora.

2. META

La formación persigue capacitarnos para acoger la misión como la vivencia primaria de nuestra vida. Lo entendemos en Jesús: Jn 4, 34. Mi alimento…Jesús había interiorizado la misión, tanto que no estaba fuera de El, sino que le da la energía. La misión forma parte de lo más profundo en mí, me sostiene, me motiva y hasta me impulsa. No es algo que vas hacer: tú no eres formado para hacer cosas, sino que la obra del que me envía se convierte en mi alimento. Misión y mi propia identidad están unidos (el alimento).

A la larga se va a entender que el Padre va a ser la vivencia primaria de la vida. Su misión es fundamental para Jesús, fallece, muere, no aguanta más. El entiende así y quiere que ellos se capaciten para lo mismo; misión y fe radical no se pueden separar.

La tragedia en la Iglesia ha sido que la misión ha sido algo externo: obras, cosas, eso no era vital, no estaba en ti. La meta era hacer grandes cosas. Mi meta es revelar al Padre: esa es mi misión. Al principio el discípulo no lo va a entender. Poco a poco es que lo entiende. Pablo que es apóstol, enviado, seguidor formado, iguala su misión con el conocimiento personal de Jesús (en el apóstol “alcanzar”. La misión de Pablo es ser uno con Jesús. La misión de Jesús, ser uno con el Padre, esto es su alimento. A través de Jesús entramos en el Padre. La meta no es hacer comunidades cristianas sino revelar, dar a conocer al Padre a través de Jesús.

La comunidad para Jesús es la estructura. La meta es comunicar, transmitir la vivencia del Padre. Hasta que no fuimos podados y vivimos esto, no supimos cuál era nuestra meta. No estábamos preparados para dar una formación.

Sabemos vivencialmente cual es nuestra meta; no tenemos otra cosa que ofrecer, sólo la vivencia del Padre; no es hacer obras sino trasmitir esa vivencia. Esto es un aprendizaje que tiene su ritmo, sus etapas que no se pueden saltar. Todo esto es gracia, lo haces por el obrar de Dios en ti, esto no se puede olvidar, es iniciativa libre del Padre que lo da cuando quiere. Es el ahora de Dios. Jesús puso medios humanos, hay que ponerlos, pero como dice el Señor, nadie viene a mí si el Padre no lo quiere. Es un proceso de gracia.

Fil 3, 12. Para Pablo la meta es alcanzar a Jesús, quien ya le dio alcance. Si el Padre no está en él, no puede correr tras el Señor. Llegar al Padre es un proceso que dura toda la vida; por eso corre sin parar. También a nosotros el Padre nos ha metido en este proceso, nos ha dado alcance en Jesús. En cuanto se separa la formación de la misión, se frustra la unidad de la formación.

Vivir la misión desde ahora, desde el sígueme. La formación va a ser para mí, misión y la misión formación. Por eso Jesús no permite que el discípulo se forme lejos de la misión. De ser así nunca va a encontrar al Padre. El Padre está en Galilea, en la misión.

Cuando se funda un Instituto se vive esto, pero a lo largo del tiempo queda la estructura y eso no forma, se debilita la gracia. Lo que da vida es el obrar del Padre. Si no se entra en el proceso de fe radical, si no nos convertimos para las cosas que dan vida, hemos fallado en lo que es la auténtica conversión. La auténtica conversión da vida. El que esta experiencia sea comunitaria es lo que hace que sea formativa. Es pura gracia que Dios nos haya dado esta comunidad en la que todos vivimos por lo mismo.

3. COMIENZO DE LA FORMACION DEL SEGUIDOR DE JESUS

Todo parte del sígueme de Jesús, eso es esencial. La formación comienza cuando la persona de "poca fe" es llamada a dejarlo todo para así acoger a Jesús y su misión en comunidad como lo primario. Esto es el comienzo del discipulado.

Mc 10, 21. Poca fe porque así llama Jesús a sus discípulos cuando los llama. Tiene la fe suficiente para seguirle, pero el Señor te lo presenta de forma radical: “A mí y a mi misión, has de poner como lo primero”.

Jesús lo miró, sintió compasión: “Déjalo todo, olvídate de tu vida de antes, acógeme a mí y mi misión aunque no lo entiendas ahora y vive esto con otros hermanos que yo escogí”. No se puede seguir a Jesús a medias, no estas siguiéndole, estás metido en un proceso que te arrastra: "Que el Padre y su obra sea mi alimento".Esto es un proceso para el que el Señor te prepara.

Jesús lo prepara al joven rico haciéndole un hombre bueno, vida de cumplimiento de los mandamientos, está en búsqueda y Dios le responde a través de Jesús. Cuando experimentamos nosotros esto, se da en nosotros un cambio radical, algo pasa en mi vida, se tiene 1 o 2 veces en la vida, no más. Si no has sentido esta experiencia alguna vez en la vida de seguidor de Jesús, algo está pasando en tu vida, estás metida en un proceso de vida religiosa pero algo está fallando.

¿Comienza nuestro discipulado con esta experiencia radical? ¿Llevamos hacia esto a las jóvenes que están en nuestro Instituto? ¿Lo tenemos como criterio de admisión a nuestra comunidad? Las que no son tan jóvenes ¿también han pasado por esto? No mucha gente te va a aceptar estas cosas como comienzo de un proceso de formación; aspiran simplemente a que sean buenas religiosas. La experiencia ignaciana, base de nuestra espiritualidad apunta a esta radicalidad. En los grandes seguidores de Jesús, se ha dado dos o tres veces; es algo tan radical que no se puede dar repetitivamente.

Exigencias mínimas para iniciarse en el discipulado

Hay ciertas exigencias mínimas para vivir esta experiencia desde el Evangelio, que Jesús consideraba fundamental para su seguimiento.

1. Un cierto grado de capacidad para la madurez humana

Sólo hay un caso en el Evangelio que Jesús no acepta a la persona para su seguimiento por no tener esta madurez: el endemoniado de Gerasa (Lc 8, 26-59). Jesús no lo acepta porque algo anda fallando humanamente en él. Los discípulos la poseen, pero en distinto grado. Algunos, como Natanael, en alto grado (Jn 1, 47). Jesús le ve como hombre integro. Otros, como los hijos de Zebedeo, en menor grado. Son gente vengativa (Cf.Lc 9, 51-55).

2. Apertura al cuestionamiento de actitudes y de comportamiento

Al aceptar personas inmaduras como los hijos de Zebedeo, la comunidad ha de estar abierta al cuestionamiento. Jesús les cuestiona muchas veces a los discípulos y ellos tienen la capacidad de abrirse, de cambiar. Esto es necesario: nadie es completamente maduro o de fe total, vamos creciendo. Hay cierta gente que no posee esta madurez y se caracterizan porque Jesús los cuestiona desde el principio. El Señor los invita pero no lo siguen. Jesús los cuestiona inmediatamente:
Ø El hombre rico: Jesús le cuestiona su apego al dinero Mc 10, 21.
Ø El hombre acomodado: Lc 9, 57-62.
Ø El hombre inseguro: Lc 9, 63.
Ø El hombre de su casa: Lc 9, 59.

Al hombre acomodado Jesús le dice que vive una vida dura, que pasa necesidad, que no tiene vivienda fija. A este hombre se le acaba su vocación apenas Jesús le dice estas cosas. Este tipo de gente son oportunistas, quieren un Maestro rey, no siervo sufriente.
El hombre inseguro: Tiene su seguridad en el pasado; visitar a mi gente, estar con ellos. Pero la realidad es que no puedes mirar para atrás. Este tipo de persona es inseguro para el Reino; no se afirmaba en el ahora y Jesús lo cuestiona, pero él no lo sigue.
El hombre de su casa: “Deja que me vaya a enterrar a mi padre...“deja que los muertos entierren a sus muertos: tú, tienes que salir a anunciar el Reino de Dios”. Jesús le cuestiona este apego. No está abierto al Señor.

Los discípulos de Jesús tienen estas mismas actitudes pero se dejan cuestionar. Podemos distinguir algunas características:

Ø La poseen: "los de poca fe" (Mc 8, 14-21).
Ø Algunos son prepotentes (Mc 10, 35-40).
Ø Buscaban prestigio (Mc 9, 33-39).
Ø Tenían autosuficiencia (Mc 6, 52).
Ø Fanfarrones, sobradores (Mc 14, 29-30)

¿Cuál es la diferencia?
La diferencia es que Jesús los podía cuestionar y ellos aceptaban el cuestionamiento y cambiaban de conducta. Algunos ejemplos:
Ø Mc 10, 35-40. Prepotencia: sentarme a la derecha o izquierda de Jesús. Son los infantiles hijos de Zebedeo.
Ø Quieren poder: Los Zebedeos se sienten mbarete (fuertes). En vez de esto Jesús les advierte que van a recibir persecución y sufrimiento. Ellos están dispuestos y se quedan porque aceptan que Jesús les cuestione.
Ø Mc 9, 33-39. Buscan prestigio
Ø Mc 6, 52. Sus criterios eran los primeros: su mente era cerrada, eran autosuficientes y fanfarrones Mc l4, 29-30. Jesús reprocha a Pedro.

Ellos siguen a Jesús pero hay que pulir mucho. Jesús los acepta como son, pero no los deja ahí. A través de su cuestionamiento los va haciendo cambiar. Hay que tener ese mínimo de apertura al cuestionamiento.

Otros siguen a Jesús pero dejan de poseer la apertura, en los que triunfa la idolatría, Jn 6, 60-66: “Este lenguaje es duro…”. “¿Les desconcierta lo que les dije…?”. A partir de ese momento muchos dieron un paso atrás. Jesús cuestiona al ver la cerrazón de mente y ellos lo dejan. Jesús pregunta a los doce y ellos se quedan, se dejan cuestionar por El. En realidad, tenía mucho que cuestionar.

Ø Los que se van: Son sinceros, ven que no pueden seguir con esto y abandonan.
Ø Los que se quedan: Judas no se deja cuestionar y sólo se queda a fastidiar (Jn 13,25-27). Jesús lo venía cuestionando; él no ve, no cree, es idólatra. La cerrazón de mente no la pudo superar su poca fe, se queda en la cerrazón, Jesús lo pone en cuestionamiento hasta el último momento.
Ø Si te dejas cuestionar: tu seguimiento va avanzando.

4. PRAXIS
No solo es la práctica de vida que está siendo influenciada por una visión de fe, hay una interrelación en las dos; la fe te da la visión de la vida y la pones por obra y a la vez profundizas más en la vida. Algunos la definen como "acción bien pensada", visión desde la fe, desde la realidad. El discipulado tiene su praxis, su práctica de vida, donde la fe ilumina y la vida también. Las Bienaventuranzas te dan una visión de la vida sobre la realidad humana. Felices los pobres...Esto te lleva a la acción. ¿Qué hacer? Ser solidarios con los pobres. En la medida que vives te solidarizas con los pobres, vas a entender mejor por qué son felices los pobres.

La visión del Padre sobre la verdad de la vida le lleva a Jesús a situarse en la vida junto a los pobres, no solo que Jesús quisiera solidarizarse con los pobres. Cuando lo descubres en tu vida, es cuando lo entiendes. El discipulado tiene su praxis: La praxis del discipulado consiste en un seguimiento radical de Jesús; en el interiorizar la verdad del Padre y las obras del Padre. La visión del Padre te lleva a las obras del Padre. Al hacer las obras del Padre entras de fondo en su Verdad, en su visión y eso te lleva a obrar más de fondo en las obras del Padre. La Teología de la liberación está basada en esto.

Este seguimiento se desarrolla de la siguiente manera:

El discípulo es invitado a mantenerse en el despojo inicial, “déjalo todo y sígueme” y a entrar en un proceso de convivencia con Jesús y su comunidad (Mc 10, 28-30). Tendrás una comunidad de los que aceptan la Buena Nueva y me siguen, tú convives con esos que me siguen. Esto es indispensable, ese despojo inicial se te va a ir, si no participas de la vida de comunidad con los seguidores de Jesús.

Esta convivencia lo llevará a situarse en eventos y contextos que muestran a Jesús en misión. Cuando entras en el obrar iluminado por la visión de fe, comienzas a entrar en esto. Hay que mantenerse en esa entrega primera. Jesús está en nuestro medio porque tenemos una comunidad donde se comparte la fe de Jesús; esta comunidad te lleva a esos eventos y contextos donde Jesús se muestra en misión unido a nosotros (Lc 5, 11; 7, 21-22). Los discípulos dejan todo y entran en convivencia con él y los que entran constituyen su comunidad.

Después Jesús entra en misión, hay que interpretar los signos: "Los ciegos ven, los sordos oyen, la Buena Nueva llega a los pobres " (Lc 7, 21-22). La misión que el Padre le revela se da a conocer a través de sus obras. Los discípulos no saben nada de lo que está pasando. Jesús quiere que experimenten cómo El se entrega a la misión del Padre; ellos han de entrar a través de esta experiencia. Jesús tiene la pedagogía de enseñar a través de la experiencia de la misión: “Feliz el que no se confunde cuando me ve en misión y no se escandaliza”.

Al Señor no le interesa que no le entiendan en el momento, a todos nos pasa que a veces, por seguir a Jesús, entramos en eventos que nos desconciertan. Pero si no te metes no tendrás material para la reflexión y la interiorización. No es una formación desde un monasterio sino desde la misión.

La gracia arrastra a un constante acoger lo mostrado (Lc 7, 23; Mc 4, 11; Jn 6, 65). Jesús los mete en esas situaciones para que la gracia opere, la gracia opera donde el Padre se revela, en la praxis del Hijo.

Acoger es asumir, integrar, hacerlo tuyo lo que Jesús vive. Hazlo tuyo. Esto no es fácil es conflictivo. No es sencillo interpretar a Jesús. Mc 4, 11.Ustedes están en el secreto del Reino de Dios. Convivencia con Jesús y te da a conocer al Padre, a través de eventos de la misión: “Ustedes están dentro del proceso de gracia porque están en seguimiento mío”.

Lo mostrado en el seguimiento de Jesús se acoge inicialmente como acciones y actitudes a repetir. Se acoge acríticamente, sin un buen juicio de lo que acontece, como un niño acoge lo que los padres hacen sin haberlo asumido de veras (Mc .9, 17-18; Jn 13,15-17; Jn l3, 7; Fil 3,17).

Los discípulos no pueden, ellos repiten. Comienzan así repitiendo pero no han entrado en ese sentir de Jesús. La verdad y la obra del Padre no había llegado a ellos en profundidad. Así comenzamos nosotros repitiendo lo que hace Jesús. Esto si te metes en un contexto de misión, si no es así, ni esto, porque no hay nada que repetir.

En un segundo momento del proceso de formación en el discipulado, lo mostrado se acoge como opciones de vida a asumir (Mt 5, 1-12). Este ya es el discípulo que ha caminado algo, es más profundo. Aquí pongo yo mi vida y hago mía esta opción de vida de manera consciente, en donde quiero yo poner mi vida.

Finalmente lo mostrado se acoge como Aquel que obra en nosotros: el Padre
Ø Jn 14, 10-12: "Las palabras que les he dicho no vienen de mi, el Padre hace sus obras en mí. El que cree en mi, hará cosas mayores."
Ø Si llegamos a acoger esto, acoger las obras del Padre en mí, haré lo mismo que Jesús porque he llegado a su fundamento.
Ø Mc 16, 15: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Nueva...”. Que muestren las obras del Padre a todo el mundo. Ya son apóstoles hechos y derechos.
Ø Lc 6, 40: Pues el discípulo si se deja guiar será como su Maestro, ya llegas al fundamento de Jesús, ya saliste de la formación.
Esto es una acogida más profunda no solo es opción de vida, es llegar a la roca de Jesús, al secreto de su vida. Acoger lo mostrado, cómo el Padre que obra en nosotros, pocos descubren esta Verdad. Este es el discípulo maduro el que llega ahí. Todo este proceso tiene una manera de inyectarle fuerza. En la misión cuanto he descubierto del actuar del Padre, al Padre se le descubre en el obrar, hay que ponerse en el contexto que el Padre quiere para ti, no en el que tú quieres.

Meta. Todos, unos más que otros, tenemos experiencias de andar en el seguimiento de Jesús moviéndote en el Padre. Esto incluye todo lo demás. Jesús hace desde el Padre sus opciones de vida porque el Padre le mueve. En nosotros se repiten las actitudes pero no acríticamente, sino desde el Padre, desde Dios y en Dios. Llegar a la meta exige una fe radical, entrega incondicional, docilidad radical.

Esta última vivencia concluye el discipulado, el proceso de formación del discípulo y desencadena el apostolado: la misión en dispersión (Mc 16, 15). En otras palabras, el discípulo ya se asemeja a su Maestro: es hora de que se independice (Lc 6, 40).


Reflexión sobre la praxis

VISION DE FE → OBRAR DEL PADRE

Ver la realidad a la luz de la fe

Pecado social: sin la luz de la fe, la misma realidad te parece lo normal de la vida. La verdad del Padre en lo positivo del Reino va a ser visto por la gente sin fe, como falsedad, mentira. El Padre opta por los pobres y estos son felices. Esto no se percibe como verdad en los que no tienen fe. Lo normal de la vida es que esto es mentira, por eso no me hago solidario con ellos.

Visión de fe Visión del Padre

Esta visión de fe va a canalizar nuestra vida y nos ha de llevar a la acción que no es un simple hacer cosas, sino ver la vida tal como la ve el Padre. Esto nos llevará a ser solidarios con los pobres. Hay mucha gente solidaria con los pobres, como los marxistas o los filántropos, pero no tienen esta misma captación desde la visión del Padre.

La visión de Jesús es la que impulsa y canaliza nuestra acción. Hacemos las obras del Padre en Jesús y éstas van a ser las obras del Padre en nosotros mediante Jesús. Si yo entro desde la visión de Jesús a las obras del Padre, esto me hará entender mejor la visión del Padre y éste a su vez me impulsará a hacer con más hondura las obras del Padre.

Si reflexionamos sobre estas cosas, hacemos teología. Jesús hacía teología en parábolas, así hablaba de las vivencias de fe. Esta praxis es formativa. Si quieres ser discípulo de Jesús, entra en la praxis divina.Una formación que no esté en contacto con esto es aérea. La acción hay que asumirla, acogerla, reflexionarla, orarla.

Despojo inicial y convivir con Jesús en comunidad. Hay que dejar lo que me da seguridad y lo que me da sentido y aceptar que ese despojo inicial interno es radical. Normalmente hay poca conciencia de la profundidad que esto implica. Para entrar en la praxis de Dios hay que comenzar por acá; no importa que este despojo no haya sido tan perfecto, tan pleno, si aceptas que en la convivencia con Jesús has de encontrar tu seguridad. Esto ya es un comienzo

Misión: intimidad con el Padre

Cada vez el Padre va hacer con más eficacia sus obras en ti. Unidas misión y entrega, unidas y en tensión. Es una tensión que me dinamiza, semejante a la que hay entre oración y acción.

¿Cómo podemos encajar todo esto en nuestra formación del presente?

Te metes en la comunidad de Jesús para situarte en la vida, te hace entrar en contextos, situaciones, a la larga en opciones y situarte como Jesús se sitúa. Quiénes son:
Ø sus amistades,
Ø situaciones,
Ø contextos,
Ø opciones de Jesús en misión.

Esto tiene una relación. Lo primero que vas a ver es el obrar del Padre; lo segundo, la visión del Padre.

Es más difícil para ti cambiar tus criterios que tus acciones. Para que yo vea la vida desde los criterios de Jesús, ha de haber en mi un cambio, una conversión. Puedo actuar como Jesús pero no desde Jesús. Esto es gracia: poder obrar desde Jesús y ver la vida como Jesús (la visión del Padre) y esta realidad exige una conversión más difícil en cuanto a los criterios.

No entro en el contexto donde se revela el secreto del Reino, el contexto de Jesús.
Ø Puedo tener un noviciado apartado del mundo.
Ø Puedo tenerlo enraizado en el mundo.

En los dos sitios ¿qué quiero? Situarme desde Jesús. El primero es más artificial, en el segundo lo hago más auténticamente. El situarnos nada más, no es la clave, es una condición necesaria, lo que te da al entrar en el secreto del Reino, gracia y conversión, tiene que ver mucho con el proceso de fe.
Ø ¿por qué hemos hecho Ejercicios Espirituales?
Ø ¿por qué situarnos entre los pobres?

Entrar en proceso de gracia y disposición de disposición que te lleva a donde está la revelación del Padre:
La misión: se puede vivir en lo fundamental y desde dentro sentir que crece y lo vives plenamente. Lo fundamental es vivir los designios del Padre que el Reino de Dios vaya creciendo.
Ø La obra principal por lo que se llega a esto es la conversión.
Ø Lo fundamental se puede vivir en cualquier contexto.
Ø Lo fundamental, la evangelización, tiene su modo de realizarse, la formación de comunidades cristianas es el medio más característico.
Lo secundario es importante, educar, atender enfermos, investigar, etc. todo esto es importante pero no es lo fundamental, es intento de que el Reino de Dios llegue a los hombres de forma más indirecta. Cualquier contexto no ayuda, las comunidades se han de formar en el contexto de la misión de Jesús.
La formación que estamos dando, ¿les va hacer asumir todo esto que tenemos? ¿Entiendo la vida desde Dios? ¿Me solidarizo con los pobres porque el Padre esta actuando en ellos?

El Padre obra en Jesús y se revela a los demás desde El. Dios entiende la vida comprometiéndose con el hombre. Evangelizar a los pobres es una obra del Padre en Jesús. El discípulo también es llevado a reconocer el obrar del Padre en el, nos lleva a co-obrar con Dios.

Esto se da en un proceso no de una vez. Esto se hace en el Espíritu y el que vive así vive en comunión con Dios, en oración. Esto es ser contemplativo en la acción. Todo esto es gracia (Jn 6, 65). Si el Padre te elige para esto, entras en la vivencia de un secreto, en el secreto del Reino (Mc 4, 11). Ustedes están en el secreto del Reino porque el Padre te lo tiene que revelar. Para el hombre es enigma el obrar desde Dios, es un misterio que El mismo te lo ha de revelar. El secreto no es algo específico, sino una manera de vida.

Si tienes tu propia visión de la vida, creerás que todo depende de tu propio esfuerzo. Nosotros estamos metidos en este secreto porque Dios nos lo ha querido revelar, no porque me guste a mí. Esto se descubre en Jesús. La gracia arrastra a un constante acoger lo mostrado (Mc 1, 11; Lc 7, 23). Jesús lo revela su persona a través de sus palabras y acciones. La gracia exige docilidad y al principio se resiste. Si el Padre libremente me ha elegido, sólo tengo que acogerla; pero cuando vienen las dificultades quiero manipular esa gracia.

Pablo lo experimenta "Ay de mi si no evangelizo"…No son criterios de elección, me guste o no, esto me ata, no me deja libre. No puedo decir sí o no. Dios me ha elegido y no me va a soltar. ¿Tengo claro que Dios me ha elegido para esto? Ahí va a estar mi fuerza, mi seguridad, es que Dios es fiel. ¿Te ha ido revelando esta gracia, el secreto del Reino? ¿Sientes que algo de esto ya es tuyo?

Tenemos que formarnos para vivir desde Dios. Si nuestro crecimiento en la fe no es desde el obrar del Padre en mí, la formación en lo fundamental se me está escapando. Es fundamental crecer en la fe que te lleva a una entrega radical y voy descubriendo cuáles son las obras de Dios. Voy siendo dócil para que el Padre vaya haciendo las palabras que a El le gusten, en mí. Moisés tiene dificultades para vivir esto, pero cuando opta por creer en Dios, entra en la visión de fe y continuamente tiene que morir a sí mismo. Va a Egipto dejando Madian y entra en el obrar del Padre.

Algunas cuestiones para orar
¿Has experimentado esto en tu vida?
¿Has experimentado la muerte en ti?
¿Has entrado- en este proceso de fe?
¿Sientes que has sido elegida para esto?
¿Lo experimento como gracia?

5- CRECIMIENTO

En la praxis del discipulado y acontece de tres maneras:

Primero, a través de la iluminación de lo vivido con Jesús para facilitar su acogida como vivencia personal y comunitaria (Mc 4, 34). Hay una iluminación de lo que Jesús hace, de lo que es estar en misión, si no, no captan, no pueden acoger que la verdad del Padre es lo que guía su vida. Es a través de compartir lo vivido con Jesús, que sus discípulos pueden captar y acoger la verdad
Ø sin iluminación de parte de Jesús (Mc 6, 30-31).
Ø con iluminación de parte de Jesús (Lc 10, 17-21).
A través de un cuestionamiento e iluminación de parte de Jesús con relación a lo vivido por los discípulos, pero a duras penas compartido (Mc 9, 33-37).

Explicación: Jesús explicaba en privado a los discípulos.
Ø Jesús escucha el compartir de los discípulos pero no les ilumina (Mc 6, 30-31).
Ø Otras veces le comparten y El les ilumina. Ellos se han entregado incondicionalmente al Padre: “Alégrense más bien porque sus nombres están escritos en el libro de la vida, porque están en la presencia del Padre”. Ellos han sido receptivos al mensaje del Padre, les está interpretando lo que pasó en su misión (Mc 9, 33-37).
Ø Otras veces no le cuentan a Jesús y El les cuestiona. Ser importante... el ser el más niño delante del Padre. Todo esto ayuda a crecer al discípulo que repita lo de su Maestro, pero no de manera acrítica.

Segundo: entrar en oración a la manera de Jesús, para intimar con el Padre y su Reinado. Esto quiere decir:
Ø En la oración Jesús se familiarizaba con su experiencia de fe vivida en la praxis del Reino (Mc 6, 42-46). Es una experiencia de fe de que el Padre obra para llevar adelante su obra. Ha acontecido algo que no es ordinario. Inmediatamente Jesús se fue al cerro a orar. Ahí ha pasado algo que El tiene que interiorizar, dejar que el Padre le ilumine lo que aconteció. Ahondar en lo que el Padre se traía entre manos. Esto exigía de Jesús la oración en libertad, era una exigencia que Jesús tenía siempre.
Ø En la oración Jesús discernía el designio de misión según el Espíritu del Padre:
- Con referencia a la elección (Lc 6, 12-13).
- Con referencia al destino (Mc 1, 35-38).
- Llamó a sus discípulos y escogió a doce como apóstoles. Para hacer esa elección desde el Padre, Jesús entra en oración (Lc 6, 12-13).
- Todos te buscan. ¿Me quedo o me voy? elige irse porque el Padre lo quiere (Mc 1, 35-38).
Sin praxis Jesús no se va a orar, la praxis le exige.
Ø En la oración Jesús expresaba sus vivencias fundantes:
- El Padre y su reinado (Lc 11, 2-4).
- Alabanza al Padre Mt (11, 25).
- Fidelidad del Padre en la crisis (Jn 17).
- Fidelidad del Padre en la liberación (Lc 23,34).
- Fidelidad del Padre en el perdón (Lc 23,34).

Vivencias fundantes: lo que está en la raíz del ser de Jesús es el Padre y su Reino. Lo resume en el Padre Nuestro: “Venga tu reino” (Lc 11, 2). Antes de enseñarlo a sus discípulos, el Padre Nuestro es oración de El. Esto no se descubre sin entrar en las obras del Padre.
Mt 11, 25: “Yo te alabo Padre...” es vivencia fundante que surge de la misión. Para Jesús no son cosas distintas lo que hace (la misión) y lo que le sostiene (la fidelidad del Padre). Es todo uno
Lc 22, 39. Getsemaní, en la crisis se dirige al Padre, el Padre rige en su vida, la crisis se resuelve recurriendo a su vivencia fundante, y es en la misión donde se experimenta la crisis y su apoyo en el Padre.
Jn 11, 4l: “Te doy gracias Padre porque siempre me escuchas”.
Lc 23, 34: “Padre perdónalos...”. El Padre es fiel en toda situación. Jesús tiene la vivencia de que el Padre obra perdonando al mundo.

Sin misión Jesús no hubiera tenido que orar, ya que esta oración no es simple petición. Es muy importante familiarizarme con las experiencias de fe que he vivido en la misión, expresar mi vivencia fundante. No se puede institucionalizar la acción del Espíritu en mí, y a través de mí. La misión revela al Padre, la oración profundiza lo que el Padre hizo en mí y a través de mí.


Jesús esperaba que la oración de los discípulos surgiera libremente, en la medida que radicalizaban su fe (Lc 11, 1). Jesús no quería que se formaran de fuera sino desde dentro. La misión no puede sino llevarte a la oración. La oración es exigida no por otro, sino por el Espíritu en mí. La petición de enseñar a orar viene de los discípulos, no de Jesús. Es más auténtico el proceso porque van a orar por la exigencia del Espíritu, no de la estructura.

Para los discípulos, la oración comunitaria era principalmente celebración de la vivencia de fe (Lc 22, 14-17).

La oración de discernimiento comunitario surge con el apostolado, no con el discipulado (He.15, 28). Jesús oraba poco comunitariamente, El celebra lo que vive: su fe en la praxis del Reino. Los discípulos no están abiertos al Espíritu, van a iniciar el discernimiento, El lo hacía solo y les enseña a ser dóciles y abrirse al Espíritu. Cuando el discípulo es apóstol, ya se puede porque no es pelea comunitaria. Si nosotros no estamos metidos en la praxis del Reino no haremos oración desde el Espíritu, sino desde la estructura.

Tercero: El crecimiento acontece por medio de pruebas en la fe:
Ø Crisis de Jesús y sus discípulos (Mc .10, 38-39; Jn 6, 66-67).
Ø Crisis con Pedro (Mc 8, 33).
Ø Crisis con los fariseos (Mc 8, 12).
Ø Crisis con el pueblo (Jn 6, 15).
Con relación a nosotros:
Ø el Padre poda nuestra fe (Jn l5, l-2)
Ø la comunidad acompaña o nos ayuda por medio de su discernimiento y su fe a acoger la corrección del Padre para nuestro crecimiento, santidad. (He12, 7-10).

Vienen pruebas en la fe debido a la praxis de la misión en que han entrado.
Ø La crisis de la crucifixión. Y nos hace crecer en la fe, "¿Pueden beber la copa que yo beberé?" (Mc 10, 38-39).
Ø Muchos de los setenta y dos se marchan, dejan de seguir a Jesús. La praxis del Reino lleva a una confrontación que lleva a unos a dejar y otros a seguir y en estos hay un crecimiento (Jn 6, 66-67).
Ø ¿Por qué esta gente pide una señal? No quieren entrar en la radicalidad de la exigencia del Padre (Mc, 8, 12).
Ø Detrás de mí Satanás. Se trata de un discernir completamente humano (Mc 8, 33).
Ø Iban a tomarlo por la fuerza. Jesús tiene ruptura con el pueblo pues no han entendido, no han entrado en ese proceso (Jn 6,15).

Para nosotros será lo mismo. El Padre se encargará de lo que pasa con Jesús nos pase también a nosotros y la comunidad. La comunidad nos va a acompañar, porque estamos ciegos; nos va a ayudar a ver que la poda del Padre es para crecimiento no para nuestra muerte (He. 12,7-10) ¿A qué hijo no lo corrige su padre? Sólo la comunidad nos lo puede decir porque nosotros no vemos nada.

PROCESO DE CRECIMIENTO EN SANTIDAD - 1ra parte

Esta ha sido la primera jornada de oración, reflexión y evaluación de la comunidad apostólica de Santa María, tuvo lugar en San Juan el 30 de Julio de 1989.


EL PROCESO DE CRECIMIENTO EN SANTIDAD. Los planes se nos trastocan porque Dios es el Dueño. Esto nos entra en la cabeza pero no en la vivencia. Dios me presenta algo nuevo, pero no entronca con facilidad en lo que tenía antes. Va a exigir que muera a algo en lo que me sentía a gusto. Huimos cuando nos damos cuenta de eso en la vida, en la persona, en la comunidad. Esto son las resistencias. Pero cuando he agarrado el hilo, el Señor vuelve y me sorprende con algo nuevo.

Haber escogido un proceso de crecimiento en santidad no es nada fácil porque siempre veremos que nuestros planes se nos vienen abajo. Nuestra tendencia natural es querer agarrarnos a lo seguro, así leo en la vida de Jesús. Las luces, la manera que teníamos es de la etapa anterior. Viene ahora una nueva; si estás en tu seguridad, te resistes, te aferras a las estructuras que tenías. Si no hay una fe fuerte buscas escapismos, huidas o aferrarte. Eso significa que la comunidad se está resistiendo al proceso de santidad. Si nos empeñamos en lo nuestro, vienen las discusiones, el encerrarnos, el escape.

¿Somos conscientes del proceso en que estamos?

Si sigues como antes entras en crisis. Las crisis personales se darán siempre y hay que saber como resolverlas para salir de ellas. Hay que hacer el esfuerzo de abrirte a la comunidad, no tenerlas solo, buscar ayuda; vas a morir a ti mismo.

Las estructuras encarnan los valores. Los valores son cosas que te atraen y te arrastran. Las maneras de aterrizar los valores son las estructuras; esto es momentáneo: la estructura está limitada por el tiempo. Pero si las estructuras se estabilizan, si no se cambian a tiempo, no ayudan a que se vivan los valores.

La formación como está estructurada ahora no está haciendo justicia a los valores que decía. No se está asumiendo como comunidad y, al no sentirnos responsables, la cosa no anda.

La praxis de la misión en la formación no se está dando: el que todos nos sintamos responsables de todos. No es cosa de los que saben… vengo a recibir... nadie tiene mucha experiencia de comunidad apostólica, todos vamos buscando. Todos tenemos vivencia y si no dialogamos, la cosa no anda. La cuestión de la pertenencia es un problema serio. Yo soy pertenencia de la comunidad y la comunidad es mía.

¿Yo vivo pendiente por qué no anda mi comunidad?

La misión es otra estructura. Como valor es hacer la obra del Padre. Esto tenemos que aterrizar y requiere distintas cosas según el querer del Padre; te va a cambiar y te va a dejar inseguro, lo cual es parte del proceso de santidad. Se te tiene que salir de las manos. Tú no puedes controlar la misión porque es de El. Si no vives en el Espíritu estás perdido. Si nuestra estructura está fija o te aferras a ella, no es del Espíritu.

Yo no hago diferencias entre fe y valores humanos. La fe implica crecer en todos los valores humanos. La persona que no crece en la fe tiende a encerrarse. Todo valor se vive si eres dócil al Espíritu, si no vives en el egoísmo. El que no se abre al Espíritu vuelve a vivir en su yo. El que entiende la pedagogía de Dios, crece en la fe y en valores humanos. Hay comunión de vida, bienes, visión; eso es consecuencia de la docilidad al Espíritu. No se puede crecer en lo humano si hay resistencia a la santificación.

¿Cuál es mi papel? Me siento responsable ante el Señor que la comunidad no se quede en lo suyo, cada persona en lo que le hace sentir a gusto. Si dejo que la comunidad esté a gusto, eso trae la muerte. Debemos entrar en el proceso de desadueñarnos de nuestro yo: de nuestras luces, trabajo, ideas...Si queremos un crecimiento radical no podemos tender a lo que nos hace estar a gusto; así el Espíritu se nos escapa. Es necesario, que la comunidad se haga responsable de su proceso de santificación. Esto implica morir continuamente y ayudar al hermano. Todo el mundo tiene algo que aportar, algo porque es desde la vivencia no desde el conocimiento, encontrarnos a mitad de camino, lo paraguayo y lo español... cada uno dando pasos para encontrarnos a mitad de camino.

No tengo gran claridad si soy el indicado para animarles como animador. Tiendo a crear dependencia, tal vez se necesite una persona con menos fuerza, menos experiencia para que la gente se sienta con más ganas de participar, para que se sienta que si no lo hacemos nosotros, no se hace.

He llegado a un límite que si la comunidad no toma conciencia de este proceso de santificación y asume esta pedagogía de Dios, yo no voy a poder seguir; depende de todos nosotros, porque no puedo dar luz, estirar, empujar, yo solo. Nuestros problemas son signos del proceso que estamos viviendo en este crecimiento.

Opción personal y comunitaria por el proceso de santidad.

Dios se adueña de mí, de nosotros. Ante la pedagogía de Dios "tus planes fracasan". Hay que tener una actitud muy de fondo que “como el grano de trigo que muere…" y dejarnos llevar por el Espíritu en la estructura, en lo personal, en el cambio de nuestra misión, de nuestras relaciones y criterios. Todo esto permite que el Padre haga su obra en nosotros. Esto es la misión.

Dios te cambia el plan: ¿te enojas o te pones apático? hay que tomar conciencia que "mi" plan va a fracasar: voy a morir a mi propia persona, mi manera de ser, de trabajar, de colaborar en la comunidad, de relacionarme con el hermano.

Santidad. Dios se adueña de mí y esto, en la práctica, es morir a lo mío para que salga lo de Dios. Dejarme guiar por el Espíritu en todo. Este es el proceso de santidad. Si entramos por él, el Padre hará su obra en mí. Como es difícil y duele mucho, cuando entramos en esto vienen los
Ø Escapismos
Ø Resistencias
Ø Falta de integración
Ø Falta de transparencia
Como vimos, han salido resistencias de todo lo que este proceso de santidad implica. Por ello tenemos que reflexionar sobre lo concreto.

PROCESO DE CRECIMIENTO EN SANTIDAD - 2da parte

Segunda jornada de oración, reflexión y evaluación de la Comunidad Apostólica de Santa María. Dado en San Juan el 10 de agosto de 1989.

PROCESO DE CRECIMIENTO EN LA SANTIDAD


Iluminación:

► Oración personal y comunitaria por el proceso de santidad. Dios se adueña de mí, de nosotros. ►Pedagogía de Dios: “tus planes fracasan”
►Actitud muy de fondo que hay que tener “el grano de trigo que muere”
► Dejarnos llevar por el Espíritu: a estructura, personal, cambio de nuestra misión, relaciones, criterios.
►Todo esto permite que el Padre haga su obra en nosotros “la misión”
►Dios te cambia el plan: ¿Te enojas o te pones apático? Hay que tomar conciencia que mi plan va a fracasar (voy a morir a mi propia persona, a mi manera de ser, de trabajar, de colaborar en la comunidad, de relacionarme con el hermano)

SANTIDAD: Dios se adueña de mí y en la práctica es morir a lo mío para que salga lo de Dios. Dejarme guiar por el Espíritu en todo. Este es el proceso de santidad. Si entramos por esto el Padre hace su obra en nosotros. Como es difícil y duele, cuando entramos en esto, vienen los:

►Escapismo
► Resistencia
►Falta de Integración
►Falta de transparencia

Han salido resistencias de todo lo que este proceso de santidad implica. Tenemos que reflexionar sobre lo concreto.

Evaluación: Jn. 12, 24.

¿Cuál es mi plan? ¿El de Dios para mí?
Oración personal y comunitaria por el proceso de santidad. Dios se adueña de ti, de nosotros.

►Transparencia
► Corresponsabilidad
►Aislamiento
► Tres comunidades
► Formación: ¿Para qué? ¿Quién es el responsable? Interiorización, praxis.
►Profundidad en nuestra vivencia y el compartirla.
►La misión( zonales, diocesana, interdiocesano)
►Crecimiento armónico (fe, valores humano, hermandad)
► Discernimiento como cuerpo
►Rol del animador: corresponsabilidad, apatía.

EL ITINERARIO DEL SEGUIDOR DE JESÚS LIBERADOR

No dice dónde fue, al margen de la 1ª pág. indica la fecha de septiembre 29 de 1989.

EL ITINERARIO DEL SEGUIDOR DE JESÚS LIBERADOR
(Proyecto de formación de la comunidad apostólica)

LA PROCLAMA Nos aproximamos al seguimiento de Jesús llenos de demonios (Lc 11, 24-26). Las exigencias del orden este, el mundo, habitan en nosotros enraizadas en lo profundo de nuestra persona e impulsan conductas, percepciones, juicios, y señalan valores determinantes de la supuesta felicidad hacia la que corremos (Lc 6, 24-26). El orden personal está desordenado. El orden social, matriz de la persona desordenada, está invertido; responde a dioses falsos, a las exigencias del mundo, garantes del sentido humano, pero vacías de Vida (Jn, 8,23-24).

El dinamismo de la Vida - El Espíritu - no ha llegado, no ha penetrado en las tinieblas donde habita el hombre (Jn 7,39). Mas en Jesús mora la luz de la Vida del Padre (Jn 8,12). La Luz se adentra en las tinieblas humanas, las acoge e irradia exigencias inversas que liberan a quien las hace suyas (Jn 1,5; 12,46; Lc 6, 20-23). El proceso de liberación es largo y costoso, pues el Señor vino a llamar a hombres ya formados por el mundo (Mt 9,13). El nos invita a seguirlo y a des - formarnos (Mt 9, 9). Las exigencias esclavizantes del orden este, dadoras de no vida, en gran parte nos forjaron. Urge ahora re- formarnos. Hay que ser moldeados, ser formados por las exigencias de vida del Maestro, que nos liberan de toda esclavitud.

La persona liberada, persona libre y responsable, comparte el dinamismo de Vida de Jesús: su Espíritu. Nace de Dios como hombre nuevo (Jn 1, 12) y vive en la comunidad del Espíritu (Jn 14, 16), comunidad en donde son otros los mandamientos que rigen solamente lo que el Padre propone (Jn l2, 49-50). Y así goza de la plena felicidad de hermanos en el Señor (Jn, 15,9-11). Paz, alegría, igualdad, amistad, solidaridad, ayuda mutua, afecto, perdón seguro, permanecen allí, donde el Padre es Rey (Gál 5,22-23).

La comunidad de hermanos en el Señor, a su vez, se constituye en luz para las tinieblas del mundo, en comunidad apostólica (Mt 5,14). Los elegidos serán liberados y se incorporarán a la alternativa social de Jesús (Jn 11, 45), los empedernidos aguardan con la cruz (Jn 11, 46. 53).

EL ENFOQUE. ¿Qué enfoque guiará la formación del seguidor de Jesús? ¿Otro que dar remate a la obra del Padre? (Jn 4,34). No. Lo que vale para el Maestro, vale para su discípulo (Jn 13,15-16). Jesús vino a dar vida al hombre, plenitud de vida, rebosante (Jn 10,10). Su vida se hará vida en nosotros (Jn l, 16). Es encargo del Padre que el dinamismo de Jesús dinamice al hombre (Jn l7, 22). El hombre que nace del Espíritu es designio del Padre (Jn 3, 5). El hombre nuevo convive en la sociedad nueva (Jn 15, 19-20ª). El Maestro congrega al hombre liberado o en proceso de liberación en la comunidad cristiana, comunidad del Espíritu, alternativa social de hermandad (Mt 9,10).

El seguidor se forma accediendo a su proceso de liberación trabajando, creciendo como hombre nuevo en la matriz donde está forjándose a semejanza de Jesús - la comunidad de hermanos en el Señor (Mc 4, 11,20). El Principio y fundamento de la misión consiste en comunicar lo vivido y vivir lo comunicable a los demás (Jn 5, 19; 16, 12-13). Hay que acrecentar la novedad del hombre de Espíritu y la novedad de la sociedad de hermanos regida y dinamizada por el amor fiel del Padre (Jn, l, 14).

Establecerse o retroceder, equivale a la irrupción paulatina de la muerte, destructora de toda posibilidad de irradiación de lo nuevo (Jn 6,66-68). No proponemos nada propio; es encargo del Padre lo que proponemos (Jn, 7,28). Somos enviados a que nuestra luz brille y las tinieblas en las que habita el mundo cedan a la Luz que mora en nosotros. Esto y no otra cosa es lo que vivenciamos; esto y no otra cosa es lo que comunicamos; esto y no otra cosa es, en fin, lo que misionamos (Mt 5,16). El enfoque de la formación es para la misión.

LA META: Lo alcanzado resta aún por completar (Fil. 3, l2). Lo vivido resta aun por primar (Jn 4,34). La carrera la comienza Jesús, toma la iniciativa y nos envía a que demos fruto que dure (Jn 15,16). El hombre nuevo balbucea como niño; la comunidad apostólica renguea, las rodillas débiles no soportan el peso de lo nuevo; no ha llegado al caracú la novedad del Señor Heb. (12,12-13). Todo es proceso (Heb.12, 1). La higuera tiene que ser visitada varias veces, la tierra removida, el abono echado espera por la lluvia (Lc 13,6-9), la vid tiene que ser podada (Jn 15, 2b), el Señor dará el crecimiento (l Cor. 3,7).

La formación para la espera, espera que paulatinamente torne en alimento el encargo del Padre (Jn 4,34-35). Cuando las exigencias del Señor completen nuestra felicidad y el gozo tome forma de paz que nadie pueda quitarnos, entonces la meta ya se vislumbra (Jn l4, 27). La meta es Jesús (Fil.3, 8). El es el mensaje del Padre al mundo (Jn l, 17). El es aquel en el que el Padre rige, completa es la adhesión del Hijo a su Dios (Mc14, 36). Jesús es el hombre comunitario que teje su matriz social con la solidaridad y la vida que da el Espíritu (Lc 4, 14-19). En la medida en que nosotros experimentamos al Padre como Dios, hemos apropiado el mensaje, hemos entrado en su reinado y la alternativa social de la comunidad del Espíritu se ha hecho realidad entre nosotros (Jn 14, 6ª-7).

La meta es Jesús, pero Jesús que vive en mí, en nosotros, dinamizándonos en su Espíritu con la vida del Padre (Gál.2, 20). Formación para la espera, sin impaciencia, para el proceso de conversión, divinizador, que nos hace semejantes al Señor y nos capacita para que lo alcanzado vaya completándose y lo vivido vaya primando (Mc 1, 15). Si lo vivido es lo comunicable, la meta es también misión.

EL COMIENZO. “Tú, sígueme…” (Jn 2l, 22). Invitación tajante. Inicio de crisis. Los ciegos verán (Jn 9, 39). No escuchar esa voz, no acceder a esa invitación, remite a otra voz: veo, no tengo necesidad de ser curado (Jn 9, 4l). Está en juego entrar en la vida o permanecer en la muerte, que irradie la luz o intentar vanamente ponerla bajo la olla y abrazar las tiniebla (Mt 5, 15). La adhesión a la persona de Jesús no permite medias tintas (Jn 8, 30-32). La sanación acontece cuando el Amo de Jesús prevalece sobre el otro; el otro por tanto deja ya de ser amo (Lc 16,13).

Las exigencias del orden este y las exigencias de Jesús no se compaginan, no puede haber arreglos mediocres. Los dioses falsos y el Dios de Jesús no hablan el mismo idioma, no conducen a la misma felicidad. Hay que elegir; tomar la decisión (Lc 9, 59-60). Elijo al Señor y su manera de vida en comunidad, o elijo al jefe del orden este y a su sociedad invertida (Lc 11, 23). Estoy entre la espada y la pared. No busque esta disyuntiva, fui elegido para ella (Jn 6, 65). El Señor vino en mi búsqueda, me encontró, y me llamó (Lc 15, 3-6). Me dice: Se hombre de fe radical (Mt 8, 26).

Pero yo me encuentro en medio de las tinieblas; entrar en la luz ocasionaría un desbloque y un sin -sentido inicial, un sufrimiento atroz (Mc 8,17). No estoy preparado para una entrega radical a la Luz. Nadie me enseño (Mc 6,34). Jesús: Déjalo todo, sígueme (Mc,10,21), pero, si me adhiero a su persona y a su mensaje, si su programa de vida define y matiza la vida de comunidad a la que estoy invitado y me entrego a todo esto sin titubeos, apartando de mi las vacilaciones, esta fe, entonces, me ha salvado (Lc 7,50).

Fe radical. Esta entrega total y confiada, parte del caracú de mi persona. Comienzo agarrado a su no temas la formación lenta y progresiva de discípulo suyo (Lc 5, 10-11).


LA PRAXIS. Mantenernos en la fe radical. El comienzo del seguimiento solo en parte libera. Los demonios persisten, el Señor insiste (Lc 6, 46). El encuentro con Jesús liberador desencadena el proceso formador que nos hace libres. Pero las tinieblas no se han disipado del todo (Jn 1,10). Es preciso que Jesús penetre a donde estamos viviendo (Jn 12, 35-36). Las tinieblas aguardan la llegada de la Luz, en ella se ocultan los demonios; no somos del todo conscientes de lo que nos rige. El exorcismo eficaz exige acampar en las tinieblas y dialogar con los demonios (Jn 4, la samaritana), (Jn 9, 5-7, Jesús da vista el ciego). A veces nosotros lo experimentamos como denuncia. El Señor acoge al endemoniado, devela la exigencia liberadora y espera su adhesión, no viene la adhesión como fruto de mi razonamiento (Jn .9, 35-38). Lo repite una y otra vez (Mt 16,15).

El proceso de liberación es largo, costoso; la fe radical, por los dolores del parto repetitivo, mengua (Rom.8, 22-23). Jesús viene a nuestro auxilio: no seas hombre de poca fe (Mt 8,26), mantente en la esperanza (Rom.8, 26). La comunidad del Espíritu provee el contexto acogedor, liberador; es importante que la comunidad tenga claridad de exigencia, que exija y tenga paciencia a la vez. La comunidad conoce la manera del Señor y aguarda con paciencia la liberación de los suyos (Rom.8, 24-25).

Situarnos con Jesús liberador en su misión. Si nos quedamos a vivir con el Señor (Jn l, 39) y sus exigencias comienzan a impulsar nuestra conducta, percepciones y juicios y a señalar valores del Reino garantes de plena felicidad, el choque con los demonios será inexorable (Lc 22, 28-32). Re-formarnos cuesta sangre (Heb. 12, 4). Hasta ahora hemos vivido en un engaño. Creyéndonos libres resulta que somos esclavos, aparentando buen juicio hemos sido fanáticos, buscando la felicidad nos sedujo la no vida. El orden este, nos tiene bajo su puño. Examinemos, nuestra esclavitud. En todas estas exigencias hay que estar aprendiendo. A la vez se da antes la adhesión a la persona de Jesús. Fe radical y vivencia de su mensaje, las van juntas, son procesos y obras de la gracia.

EL PODER. Primero la ideología de poder: “El que quiera seguirme reniegue de si mismo” (Mt 16, 24), “hágase como niño que sirve” (Mc 9,35-36), pues todos ustedes son hermanos (Mt 23, 8). Así habla Jesús. Sus exigencias de igualdad y servicio mutuo de hermanos confrontan la búsqueda de dominio sobre los otros. La tara aparece entre nosotros. Nos ha costado esfuerzo y perseverancia lograr un puesto en la vida. Luchamos para obtener un lugar en la sociedad y así realizarnos. El dominio que ejercemos sobre otros no lo consideramos opresor, lo vemos necesario para que nuestro rol se despliegue y poder llegar a ser quien nos propusimos ser. Los jóvenes han caminado poco por esta ruta. Los viejos ya saben de qué se trata. Jesús invierte la autorrealización.

No es feliz quien llega a ser quien se propone ser. Es feliz quien como un niño ante Dios no tiene propuesta propia y se realiza llegando a ser lo que el Padre propone (Jn 8, 28). El servicio mutuo de hermanos es la propuesta formadora dada por el Padre (Jn l3, 14) que invierte la propuesta de dominio en miras a la realización personal. La comunidad del Espíritu toma la corresponsabilidad en el servicio mutuo como norma de vida que acarrea la felicidad (l Cor.12, 7).

LA FAMA. La sed de honores, prestigio y apariencia, demonios todos, también se esconden en nuestra tiniebla. Se esconden: esto hay que recalcar. Nadie que haya ingresado en la comunidad del Espíritu supuestamente lo busca, pero buscar se busca (Mt 18,1). Ser tenido en cuenta, ser querido, ser considerado útil, provechoso y necesario para la misión de la comunidad, ser valorado como persona, ¿quien de nosotros no ha experimentado estos deseos? Nuestro yo peligra si no recibimos muestras de aprecio, afecto, consideración y valor. El Señor por tanto exige a su comunidad que viva bajo la exigencia del amor de unos por otros, tal como El nos ama (Jn 13, 34).

Es la exigencia clave, la clave de la formación, el único mandamiento para la comunidad del Espíritu. Cuando se da esta clase de amor en la comunidad forjadora de amigos en el Señor, estos demonios son exorcizados, pues la comunidad nos encumbra (Mt 23,12b), en la medida en que me abra al amor gratuito. También es posible que por mi experiencia pasada no pueda vivir esto. Cuando no se da esta clase de amor, se busca vanamente afuera lo que no se encuentra adentro. O dentro de mi comunidad puede ser que me aferre con algunos no más. Y los demonios persisten, pues nosotros mismos nos encumbramos (Mt 23, 12ª); más aun, al encumbrarnos intentamos cerrarnos a la Luz que mora en la comunidad. El Señor preguntó a sus discípulos lo que discutían por el camino. Ellos callaron; hablaban de quién entre ellos era el más importante (Mc 33-34). No habían sido liberados del todo.

No entendían que en Jesús encontrarían gratis todo el aprecio, afecto, consideración y valor que ellos mismos eran incapaces de darse. Por eso, el individuo liberado dejará de buscar lo que recibe gratis en la comunidad del Señor; dejará de ser impulsado por su propio interés; acá, habrá transparencia, no cerrazón, y la sed de honores, prestigio y apariencia dará lugar a la sed de vivir el Reino y cargar con la cruz que éste conlleva, ésta entonces será liviana (Mt 11,28-30). Soportar las malas miradas, la marginación y aún la condena de la sociedad es fruto del aprecio, afecto, consideración y valor que la comunidad formadora de amigos en el Señor otorga a los suyos. Es importante dejarse conocer para dejarse amar, dejar conocer tu persona, no sólo lo que haces.

LA RIQUEZA. La sociedad enseña que el retener y acumular dan felicidad; exige a los suyos que lo vivan. Es la base de la injusticia social. Si el que está por encima vale más y el dominio lo da la riqueza, entonces mientras más retengamos y acumulemos más valemos. La sed de riqueza, dios falso, tesoro que acapara el corazón del hombre, envenena a la comunidad solidaria (1 Tim. 6,9-10). El antídoto formador es elegir ser pobres. Dichosos los que eligen ser pobres, porque esos tienen a Dios por Rey (Mt 5,3). Elegir ser pobres. Elegir desprenderse, no retener; elegir ser generosos, no acumular; elegir renunciar a la ambición de riqueza, no basta ser pobre de hecho (Mt 6,19-22). No todo el que es pobre, ha elegido ser pobre.

¿Y nosotros, qué? ¿Hemos elegido ser pobres, o siendo pobres anhelamos retener y acumular?
Solidaridad con los pobres, eso sí. Generosidad con los pobres, eso también. Pero opción por la pobreza la hacen solo aquellos que experimentan la fidelidad de Dios, la solicitud de Dios por los que optan por renunciar a ser ricos; en fin, eligen ser pobres los que tienen a Dios por Rey y su tesoro es que reine la justicia del Reino (Mt 6, 33). La alternativa social de Jesús invierte y matiza la realidad social que nos rodea. La invierte, porque el depender del Padre y no del dinero garantiza la felicidad y la justicia.

La matiza, porque privación de bienes no es sinónimo de pobreza en la comunidad del Espíritu. Pobreza es solidaridad, desprendimiento, generosidad, ambicionar no ser rico, vivir pobremente seguros que donde reina el Padre nada falta (Lc 22, 35). La alternativa social de Jesús libera al pobre de su hambre, al oprimido de la injusticia y al opresor de su ídolo. La comunidad apostólica lo vivencia y lo misiona. (Lc 8, 3). Jesús mantiene en tensión su opción por ser pobre con la seguridad de recursos económicos a la que los pobres no tienen acceso.

EL NACIONALISMO EXCLUSIVISTA. Todo pueblo, comunidad nacional o grupo social, se constituye en entidad viva en base a su cultura y a sus expectativas que lo cohesionan y vitalizan. Israel vibraba con la expectativa del Mesías liberador que restauraría la antigua gloria y poder del reinado de David. Israel pasaría de ser pueblo oprimido a ser pueblo regente. El nacionalismo exclusivista articulaba las expectativas de los discípulos de Jesús y ellos soñaban con participar de la gloria y el poder del Mesías victorioso Mc (10,37). Los aires de nacionalismo exclusivista agriaban a la comunidad del Señor y era un demonio difícil de exorcizar.

Esto tiene su contrapartida en el pueblo oprimido: la revancha, que el otro pague por lo que me ha hecho sufrir (Lc 9, 54), que el otro sea excluido de lo que me vendrá por derecho (He. 1, 6). Pero en el reinado de Dios no hay lugar para nacionalismos exclusivistas; esta abierto a todos los que presten adhesión a la persona y mensaje de Jesús: judíos, samaritanos y griegos (Lc 5, 11; 10,1. Jn 12, 44-46). El alcance universalista del Reino crea crisis en los discípulos; la conversión es lenta He. 10,9-16. El Espíritu no obstante impulsa a la comunidad a vivir en hermandad con todos los que van viniendo (He 2, 41-42).

La comunidad apostólica forma para el universalismo del Reino. Nuestra mezcla de nacionalidades y culturas vitalizan la vida de hermandad en cuanto se acogen en mutuo respeto, en cuanto se rivalizan o menosprecian minan la unión de los hermanos e incapacitan para la misión.

EL PARTICULARISMO. “Te seguiré. Señor, pero permíteme despedirme primero de mi familia” (Lc 9, 61). La familia - cuna de seguridad, lugar de afecto, fuente de identidad personal - sostiene, liga y nutre. De repente llega el día de la llamada: “Ven, sígueme”. Si Señor, pero primero... Jesús aclara la opción: si uno quiere venirse conmigo y no me prefiere a su padre y a su madre, si no me prefiere por encima de sí mismo no puede ser discípulo mío (Lc, 14, 26). El tópico es la decisión; romper la ligadura. La adhesión a Jesús y al Reino que la comunidad misiona está por encima de la ligadura familiar y personal. La opción por Jesús y por la alternativa social que El propone rompe con todo particularismo.

No estamos preparados para una opción tan radical. Estamos acostumbrados a seguir a Jesús, a nuestra familia y a nuestra persona. De ahí la vehemencia de Jesús, porque la cruz aguarda a la comunidad que trabaja por la justicia del Reino (Lc 14, 27). Ante esta perspectiva surge la tentación de volverse atrás, volver a mi familia y salvar mi persona (Lc 9, 61). Por eso, Jesús contestó al discípulo: el que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios (Lc 9, 62). La decisión no sólo es radical, también es irreversible.

¿Cómo formar para tal decisión? De todas maneras seguimos necesitando seguridad, afecto e identidad. La comunidad del Espíritu forma; ella funge como familia de hermanos y hermanas, madres e hijos en el Señor (Mc 10.29-30). En ella estamos seguros, hay afecto y nuestra identificación con Jesús crece. Así perseveraremos en la decisión radical e irreversible de seguir a Jesús en comunidad apostólica.

SEXUALIDAD ININTEGRADA. “Simón el fariseo dijo para sus adentros: éste, si fuera profeta, sabría quien es la mujer que lo está tocando y qué clase de mujer es: una pecadora” (Lc 7, 39). Simón el fariseo miraba a la mujer y veía a una prostituta. Jesús miraba a la mujer prostituta y veía a una persona. Simón el fariseo era un hombre justo, no era adúltero como los demás hombres (Lc 18, 11). Pero su erotismo era incontrolable. Joachin Jeremías, el respetado exegeta, dijo que para los judíos del tiempo de Jesús era inconcebible que el hombre pudiera controlar su impulso sexual.

Los justos alardeaban de no cometer adulterio de hecho, aunque no siempre lo lograban (Rom.2, 22). Los pecadores no osaban atribuirse tal virtud (Lc 18, 13). Si el impulso sexual del varón era incontrolable, entonces era menester proteger a la mujer honesta. Esta no debería de andar con ningún hombre fuera de su esposo. Jesús no aceptaba ninguna de estas dos supuestas verdades. Es posible, que el hombre controle su erotismo, dice Jesús (Mt 5, 27-28); es posible que la mujer honesta ande con quien no sea su esposo sin temor a ser violada y la prueba está en que se da (Lc 8, 1-3).

¿Qué pasa con Simón el fariseo? ¿Qué pasa con la mujer prostituta antes de conocer a Jesús? En ellos acontecen las dos caras de un mismo proceso. El erotismo de Simón el fariseo - inaceptable pulsión para un justo - lo carga la mujer prostituta. Ella acepta su rol de seductora y, ante los hombres, exime de responsabilidad al justo seducido (Jn 8, 5 Dt. 22, 22). Servicio mutuo de hermanos confrontan la búsqueda de dominio sobre los otros.¿donde está el varón? Ninguno de los dos ha integrado su sexualidad. Simón el fariseo no ha reconocido su erotismo como don de Dios, para él su pulsión erótica es semilla de muerte que inexorablemente lo llevará a violar la ley (Rom.7, 5).

La mujer prostituta vive su erotismo en función del deseo del varón; no es suyo; no lo controla; responde a las expectativas que el varón le ha proyectado, Jesús sin embargo, reconoce su erotismo como hechura del Padre (Lc 2, 52; Mt 19, 4). lo acoge desde el Padre y lo torna controlable (Jn 7, 18); El Señor es capaz de expresarlo, más decide sublimarlo por causa del Reino y no reprimirlo (Mt 19,11-12).

La mujer prostituta suplica ser liberada. Para esto necesita adueñarse de lo suyo. Su sexualidad no debe estar en función del erotismo del varón, debe estar en función de su ser de mujer. Jesús no proyecta su erotismo sobre ella; la mira y ve a la mujer prostituta que en lo profundo es hija de Abraham, es persona. Nunca ningún hombre la había mirado así. Se siente liberada de una carga que la sociedad le había impuesto. Recupera su dignidad. No tiene miedo de tocar a Jesús (Lc 7, 38); no va a ser utilizada, ni violada. Se siente liberada y agradecida.

Nuestra comunidad apostólica está constituida por varones y mujeres no del todo liberados. Los roles sexuales que el mundo nos ha propuesto no se ajustan al plan del Creador. Dios no creo al hombre erótico para el descontrol, sino para el dominio de sí mismo (He 24, 24-25). No obstante, no hay dominio de si mismo sin previa aceptación gozosa de nuestro ser sexuado con sus pulsiones eróticas.

En la medida en que retomamos nuestras proyecciones eróticas y las acogemos como hechura del Padre en sus criaturas, nuestra sexualidad se irá integrando y nos iremos transformando a semejanza de Jesús casto. Formación para la sexualidad integrada es exigencia del Maestro para su comunidad apostólica formada de varones y mujeres llamados a la castidad.

SEXUALIDAD INCOMPLEMENTADA. Al comenzar a seguir a Jesús, Juan era un hombre macho. Sus actitudes se asemejaban a las de un joven que para demostrar que es macho reacciona desmesuradamente a la ofensa recibida (Lc 9, 54). María Magdalena, antes de encontrarse con Jesús, era una gran coqueta. ¿Qué prostituta puede ganarse la vida a no ser que domine el arte de la seducción del varón (Lc 8, 2?) Juan era macho; María Magdalena, coqueta. Los dos habían afirmado su identidad sexual tal como el orden este lo exige: que el varón sea claramente varón, mientras más macho mejor, y la mujer sea sin lugar a dudas, mujer, coqueta lo más posible. Ellos habían afirmado su identidad sexual, la habían polarizado, pero según las exigencias del mundo y además sin preocuparse por complementarla.

Sin embargo con el tiempo y la convivencia con Jesús (Jn 12, 26; 13, 35), Juan, sin dejar de ser varonil, se feminizará mostrando sentimientos delicados (Jn 13, 25) y María Magdalena, sin dejar de ser femenina, se masculinizará llegando a ser líder de hombres (Jn 20, 18). Jesús los libera a ambos para que lleguen a ser un verdadero varón y una verdadera mujer respectivamente. Cuando el varón es capaz de admitir sus rasgos femeninos y la mujer sus rasgos masculinos,1a sexualidad de ambos entra en un proceso de complementación. Esta es tarea del varón y de la mujer seguros de su identidad sexual. Podríamos decir que es tarea de la segunda mitad de la vida. Tarea imprescindible para los miembros mayores de la comunidad apostólica.

Varones, ya maduros en años, caprichosos y con afectos vehementes y mujeres mayores con opiniones tenaces que descansan sobre presupuestos inconscientes son fruto de una sexualidad en gran parte incomplementada. Los dos en parte han complementado su sexualidad; es verdad, pero de un modo inconsciente, sin quererlo y sin controlar el proceso. Estos varones no han querido acoger sus sentimientos, lo creativo y delicado que hay en ellos. Al igual que esas mujeres rechazaron crecer en inteligencia crítica y someterse a exigencias costosas.

La comunidad del Espíritu, nuestra comunidad, forma a sus miembros en identidad sexual y en sexualidad complementada, todo a la manera de Jesús y no del mundo. Primero, ella provee el contexto para que los jóvenes, varones y mujeres, tengan modelos de hermanos y hermanas del mismo sexo que ya han afirmado su identidad sexual. Supuestamente estos hermanos mayores ofrecen un modelo varonil sin machismo y las hermanas mayores reflejan un modelo femenino sin coquetería ni matriarquismo. Segundo, la comunidad apostólica presenta modelos del sexo opuesto a sus miembros más maduros para que complementen su identidad sexual y crezcan paulatinamente en ternura y firmeza, flexibilidad y fortaleza, ambigüedad y precisión, conocimiento difuso y pensamiento enfocado, cobijar y guiar, recibir y dar.

LA COMUNIDAD DEL ESPÍRITU

Sólo sabemos que se dio en setiembre de 1989.

LA COMUNIDAD DEL ESPÍRITU, FORJADORA DE HOMBRES NUEVOS.


EXPERIENCIA DE LA NUEVA REALIDAD. Existe al menos una manera en que los demonios ceden: cuando nuestra percepción y actuar sobre la realidad, que experimentamos con Jesús liberador en su misión, han sido coherentes con la fe de Jesús que profesamos. Entonces la nueva realidad que surge es la comunidad del Espíritu forjadora de hombres nuevos, coherentes con las exigencias del Señor (Rom 8,19-21; Jn 14,16).

FUTURO DE LA NUEVA REALIDAD. La nueva realidad toca el pasado de coherencia e intuye el futuro de nuevas exigencias (Rom 8,28-30). El futuro pertenece al Espíritu (Jn 3, 8). No es un futuro arbitrario sino que va dando plenitud a la obra del Padre (Jn 4, 34). El Espíritu toma de la vivencia de Jesús y la da a conocer a la comunidad del Espíritu en la medida de su coherencia pasada (Mt 25, 29) para una coherencia futura con exigencias aún mayores enmarcadas en la fe de Jesús que la comunidad del Espíritu asume y profundiza desde su praxis de seguimiento radical a Jesús en misión (Jn 16,12-15).

AJUSTE DE LA NUEVA REALIDAD. La nueva realidad en su pasado de coherencia y su futuro de docilidad al Espíritu se ajusta como experiencia asumida desde la vivencia de la felicidad plena que Jesús promete a sus auténticos seguidores (Jn 15,8-11) o no se ajusta del todo. La comunidad del Espíritu en la alegría que experimenta al percibir el obrar de Dios en ella acoge la nueva realidad como la meta a la que tiende y en donde ha encontrado la perfección que buscaba (Jn 17.23). Cuando en la nueva realidad -la comunidad del Espíritu- obra de Dios en nosotros no se experimenta la felicidad plena de Jesús, el futuro del Espíritu se tiende a resistir y la coherencia pasada tiende a ser rechazada. Entra en marcha, por supuesto, otro proceso más o menos consciente de búsqueda de la felicidad.

FIDELIDAD A LA NUEVA REALIDAD. Mantener presente la nueva realidad exige fidelidad al Padre. Lo que mantiene en vida a la comunidad del Espíritu y forja hombres nuevos, nacidos de Dios es la coherencia con la exigencia de fe desde el seguimiento de Jesús, la apertura al obrar del Espíritu en nuevas exigencias liberadoras, y el asumir la alegría de Jesús al dar cumplimiento a las exigencias del Padre. Vivir así, en fidelidad al Padre, cuesta. El entorno personal y social del orden este del que salimos al entrar en el seguimiento radical a Jesús vuelve a nuestro encuentro a medida que el camino se hace más angosto. La cruz nos espera. Morir a lo que el orden este nos presenta como camino, liberación y felicidad constituye la cruz que la fidelidad al Padre trae como consecuencia (Jn 12, 23-28). Sin camino de cruz no hay fidelidad a la comunidad del Espíritu, no hay fidelidad al Padre y se desvanece el hombre nuevo – seguidor radical de Jesús.

PROCESO DE EVALUACIÓN – TRANSFORMACIÓN

Fue el tercer encuentro de oración, reflexión y evaluación de la Comunidad Apostólica de Santa María. Dado en San Juan el 21 de Septiembre 1989.

PROCESO DE EVALUACIÓN – TRANSFORMACIÓN DE NUESTRA COMUNIDAD APOSTÓLICA, NUESTRA COMUNIDAD ZONAL Y NUESTRA PERSONA

MC 4, 11: ¿Cómo entramos en el Secreto del Reino? El secreto comprende una estructura social de fe: la comunidad de discípulos. Ahí se entiende y se apropia el Secreto del Reino: el obrar de Dios en Jesús.
Si nuestra formación o nuestra pastoral las hacemos solo con palabras, no le damos la estructura donde se puede hacer real. No nos podemos formar sólo dándonos consejo.
- Normas: las reglas de vida que la sociedad acepta.
- Valores: cosas importantes que le dan sentido a la vida y hacia lo que nos movemos.
Es necesario interiorizar estas cosas. La persona tiene que hacerlas suyas, si no, es cosa de fuera que se te propone, no anda. Jesús nos propone: “Ama a tu prójimo”. Así no más no sirve, has de hacerla tuya. ¿Como se logra esto? Estas cosas, normas y valores, se vuelven operantes a través de patrones de comportamiento y costumbres, moldes sociales, a través de los cuales operan los valores.

Las normas y valores son las exigencias operantes en el Reino: reglas de vida del Reino que están operantes a través de las maneras de actuar de Jesús. Las maneras de actuar de Jesús son reglas de vida, exigencias para nosotros. Estos son los patrones de comportamiento para nosotros. Este conjunto de normas, valores y patrones caracterizan un rol. En el Evangelio hay roles. Cuando las exigencias operantes se encarnan en las maneras de actuar de Jesús también hay un rol: el de seguidor. En la comunidad de discípulos roles e identidad personal desde la fe deben ir de la mano, aunque sólo en Jesús esta integración logra su perfección.

Jesús tenía su rol: ser Hijo del Padre. Tenía unas normas que se convertían en exigencias. Nadie se va a formar por palabras, por iluminación sino cuando entres en este rol de seguidor de Jesús. El conjunto de roles que se complementan forman la sociedad. A nivel del Reino hay también una estructura social; la comunidad apostólica donde hay una complementariedad de carismas. Ese ser seguidor de Jesús según los carismas tiene matices.

Cuando se da el estancamiento, se da el proceso de cambio (cambio de gobierno). Cuando algo no anda en la comunidad apostólica, también se da un proceso de cambio, de “conversión”. Si yo quiero saber cómo se es, para formarme tengo que tener patrones de comportamiento, entendiendo los valores que determinan esto y van siendo valores en mí.

En la comunidad apostólica yo tengo que tener maneras de actuar de Jesús claras; para poder ser seguidor de Jesús, debo ver esas exigencias reflejadas en modelos donde se viva la hermandad; imito pero se hace mío a través de la exigencia que también se hace propia. Hay sanciones cuando los roles no se llevan a delante. En el Reino no hay esas cosas y la sanción es la evaluación comunitaria donde se confronta, y la comunidad toma responsabilidad por esto y hace que este rol se viva. Tenemos maneras evangélicas para exigir que se viva como auténtico seguidor de Jesús. La comunidad me va a confrontar.

La hermandad exige complementariedad de roles, entonces hay una estructura social del Reino, hay toda una manera de vida. Sin ella todo se me queda en parábolas y nada se capta, no hay maneras de actuar que tú hagas tuyas. Estas fuera del secreto del Reino, fuera de la comunidad apostólica. Cuando llegamos a la comunidad apostólica traemos los patrones de la sociedad y tengo que hacer mías otras exigencias: las del Reino.

Esto se puede dar donde hay comunidad apostólica, donde me voy a formar y donde puedo hacer mío todo esto. Podré entrar en el secreto del Reino. La iluminación vendrá después de esto, apropiándome de los comportamientos y modo de vida de Jesús. Dentro de la comunidad apostólica será que podemos ser seguidores de Jesús y vivir mi rol. Si no formamos comunidades cristianas donde se vivan esas actitudes de Jesús, de balde hablaremos del Reino.

Cuando se siente que no anda la comunidad apostólica, ha de entrar en proceso de evaluación.

¿CÓMO EVALUAR NUESTRA COMUNIDAD APOSTÓLICA?

1ª- ¿Cuáles son las exigencias operantes en la comunidad apostólica? ¿Los valores que de veras están operando la manera de actual de la comunidad apostólica? ¿Qué nos mueve? Tenemos que tomar conciencia de ello y esto se descubre a través de la manera de actuar de Jesús, “el árbol se conoce por sus frutos.”

2ª- ¿Cuáles son las maneras de actuar en nuestra comunidad apostólica, los patrones de comportamiento?
A lo mejor hay que cambiar porque no es a la manera de Jesús y esto hay que verlo a nivel comunitario. Vamos a ver que hay detrás de todo esta manera de actuar de la comunidad apostólica.
-Una exigencia de Jesús?
-Una exigencia del mundo?

Necesitamos conversión: Fijarnos en las exigencias que deberían ser y en la manera de actuar que debería, esto es puro deseo. Se hace realidad si esto se vuelve entre nosotros ordinario, de cada día. El rol del seguidor de Jesús se va perfilando. No nos convertimos si vemos, sino si vivimos a la manera de Jesús. Para la conversión de cada persona necesita la conversión de la comunidad, porque es responsabilidad de la comunidad vivir las exigencias de Jesús. Socialización, cuando hago mío, apropio esta manera de actuar de Jesús, es decir: me estoy formando.

La iluminación clarifica pero ésta solamente, no. La vida se da y se clarifica: es lo que llamamos reflexión sobre la praxis.

Jesús decía, no tienen el contexto formativo los de fuera, por eso no entran en el secreto del Reino. El obrar viene primero y la iluminación, después, ambos se complementan. Para comenzar, no hablamos de hermandad sino meterte en contexto de hermandad. Hay que tener decisión de meterte en esto, si no, no te vas a formar. Decisión de vivir estas exigencias y esto que se haga evaluable. Hay que cuestionar ahora la comunidad apostólica. Ver las exigencias que a nivel comunidad apostólica se han apropiado, las conductas de la comunidad. Vamos a elegir las que son vitales, para que la comunidad apostólica sea radical en su proceso de seguimiento a Jesús.

Evaluación de la comunidad apostólica:

- A la luz de las exigencias, como proceso: ¿Dónde estamos?
- Mirar la manera de actuar de la comunidad Apostólica.
- Transformación: ¿Por dónde debemos ir?
- Exigencias vitales que deberían determinar la conducta de la comunidad apostólica, para que sea una comunidad en seguimiento de Jesús.
- ¿Qué conducta tiene que desprender de eso?

1. Leer las exigencias

2. A la luz de esas exigencias, examinar la conducta, el obrar del Reino, del mundo de nuestra comunidad apostólica para, así, descubrir las exigencias operantes (del Reino - del mundo) entre nosotros.
3. Decidir cuáles serían las exigencias vitales del Reino que deberían determinar la conducta (el obrar) de nuestra comunidad apostólica.
4. Clarificar qué conducta (obrar) de nuestra comunidad, concretaría, encarnaría esas exigencias vitales.
5. Puesta en común.

ORACIÓN SOBRE EL PROYECTO DE FORMACIÓN

4º Encuentro de oración, reflexión y evaluación de la Comunidad Apostólica de Santa María, se dio en Santa María el 16 de Octubre de 1989. (Continuación de la reflexión de los puntos que quedaron a partir del punto 5 Praxis del folleto EL ITINERARIO DEL SEGUIDOR DE JESÚS LIBERADOR: La Fama, esquema a seguir para el trabajo).

Objetivo: Poder ver la vida desde la Óptica de Dios.

1 - Iluminación dialogada.

2 - Oración personal:
Informal, mociones del Espíritu (mi vida, nuestra vida) la Palabra.
► Formular exigencias del discipulado.

3 - Compartir en grupos:
► Compartes las exigencias vitales del discipulado que el Señor te ha hecho ver.
► Compartes las mociones del Espíritu que te llevaron a ver y a acoger esas exigencias.
► Se llega a un consenso grupal sobre las exigencias.

4 - Plenario:
► Se comparte el consenso grupal de las exigencias
► Cada uno según lo desee, comparte las mociones del Espíritu sobre las que se basan las exigencias.
► Se aceptan, se modifican o se rechazan las exigencias.

5 - Eucaristía:
► Compartes lo que el Espíritu te mueva sobre lo tratado en el día.

EXIGENCIAS RETOMADAS DESPUÉS DE LOS EJERCICIOS ESPIRIRTUALES DE MES DE LA CAF

Estas reflexiones se dieron en tres momentos (interiorizaciones de los lunes en las siguientes fechas: 20 de mayo, 10 de junio y 24 de junio de 1991).
EXIGENCIAS RETOMADAS DESPUÉS DE LOS EJERCICIOS ESPIRIRTUALES DE MES DE LA CAF


Objetivo: tomar conciencia de cómo apropiarnos de estas exigencias para vivir con fuerza nueva después de los EE.EE.

¿Cómo sentimos la CAF después de la experiencia de EE.EE y desde la vivencia de la misión?
■ La CAF es pertenencia del Señor como comunidad.
■ Vivir la corresponsabilidad como comunidad en la santidad de todos y en todos los otros aspectos.
■ Confianza y sinceridad de compartir en la CAF.
■ Cuestionarnos comunitariamente, transparencia.
■ Amor gratuito.
■ Integración entre todos.
■ Clarificar y concretar lo que es estar unidos por el vinculo del amor con los matices de:
- Vivir como hermanos
- Cuidado de uno por los otros
- Disponibilidad y servicio
- Amistad profunda en el Señor
■ Cuidar las disposiciones para el discernimiento:
-Docilidad
-Indiferencia
-Disponibilidad
-Intimidad con el Señor

Medios de la CAF para vivir las exigencias
■ Profundización semanal o al menos dos veces al mes en clima de discernimiento.
■ Cuidar los tiempos que permitan ahondar y compartir la fe:
- Oración personal
- Oración de la mañana
- Oración compartida
- Eucaristía
■ Profundizar bien los temas
■ Retomar el objetivo de los días de convivencia
■ Mantenernos atentos a la presencia de Dios en el día: examen de conciencia

Exigencias y medios para la misión
Exigencias:

■ Formar más comunidad con los animadores para que se integren más
■ Dejarnos evangelizar por aquellos que evangelizamos
■ Crecer en amistad y hermandad can los animadores, de tal forma que pueda surgir el cuestionamiento mutuo
■ Toma de conciencia de que la CAF es en sí misión
Medios:
■ Acompañamiento personal a los animadores
■ Reflexión sobre la praxis constante como zonal y como CA
■ Buscar tiempos para que las comunidades cristianas oren y reflexionen sobre los diferentes servicios
■ Ver servicio de liturgia
■ Preparación de los encuentros de formación para los diferentes servicios
■ Retiro a las comunidades cristianas
■ Retiros de los diferentes servicios: formar a los animadores para darlos ellos mismos a sus comunidades
■ Acompañamiento a parejas dentro de la comunidad
■ Revitalizar zonales. Proyecto zonal
■ Armonizar la presencia en las zonales y nuestra presencia en los encuentros de formación
■ Presencia nuestra en las comunidades cristianas en los grupos de jóvenes.
■ Rescatar presencia zonal
■ Explicar el tema de forma no rutinaria
■ Hacer el tema con ellos

Criterios más importantes a tener en cuenta para la formación de equipos de capacitación:

1. En clima de discernimiento (personal, zonal, CA), decidir quién va a los equipos según carisma, formación, experiencia de vida, donde pueda servir mejor. Esto con cierta continuidad. Los que no tienen descubierto su carisma que participe en los equipos para ir viendo.
2. Representatividad zonal.
3. Equipo que se complemente; en donde haya variedad de dones.
4. Disponibilidad para cualquier servicio donde se nos necesite.
5. Armonizar preparación y encuentros con la zonal.
6. Que sean responsables las zonales de acompañar los servicios en las comunidades cristianas.
7. Preparación y encuentros abiertos teniendo en cuenta los que participan de las comunidades cristianas.
8. Todo servicio sea tomado en corresponsabilidad desde las comunidades cristianas.
9. La integración de nuevos miembros a los diferentes servicios, será discernida por el equipo que acompaña ese servicio.

Elementos que no deben faltar:

1. Reflexión desde la Palabra de Dios.
2. Capacitación teórica y metodológica.
3. Formación integral.
4. Tener en cuenta la realidad de cada servicio.
5. Retomar el encuentro anterior y la tarea realizada.
6. Entregar materiales.

Metodología

1. Transmitir vivencia.
2. Que sea activa, participativa, sugerente, unificada y progresiva.
3. Retomar lo anterior.

Cómo la CAF puede conocer los diferentes servicios

1. Por el interés que ponga cada uno
2. Que el responsable de cada zonal comparta con su zonal.
3. Reflexión de la CAF sobre los diferentes servicios dentro de nuestro trabajo.

EXIGENCIAS VITALES DEL SEGUIDOR DE JESUS LIBERADOR

Tuvo lugar en San Juan desde el 24 al 31de julio de 1990.

EXIGENCIAS VITALES DEL SEGUIDOR DE JESUS LIBERADOR
Proyecto de Formación de la Comunidad Apostólica.

Esquema a seguir para el trabajo.

1. Iluminación dialogada
2. Oración personal:
- Informal: mociones del Espíritu. (mi vida – nuestra vida, la Palabra)
- Formular exigencias del discipulado.
3. Compartir en grupos
1- Compartes las exigencias vitales del discipulado que el Señor te ha hecho ver.
2- Compartes las mociones del Espíritu que te llevaron a ver y a acoger esas
exigencias.
3- Se llega a un consenso grupal sobre las exigencias.
4. Plenario
1- Se comparte el consenso grupal de las exigencias.
2- Cada uno según lo desee, comparte las mociones del Espíritu sobre las que se
basan las exigencias.
3- Se aceptan, se modifican o se rechazan exigencias.
5. Eucaristía: compartir lo que el Espíritu te mueva sobre lo tratado en el día.


EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: PROCLAMA

1. Reconocer nuestro ser de pecador: nuestra procedencia del orden de este mundo,
formados por sus exigencias.
2. Estar atentos a nuestro mundo interior para detectar y nombrar los mecanismos del
orden este.
3. Estar atentos a nuestra formación recibida en las exigencias del mundo.
Desprenderse de ellas y, a la vez, ser formados por Jesús nuestro Maestro.
4. Dejarse alcanzar por Jesús en aquello que nos esclaviza. Acoger el don de Dios
para que su gracia nos libere.
5. Abandono en el Señor y vivir su seguimiento dejándolo todo.
6. Aceptar que nuestra liberación se dará poco a poco y a gran costo en la medida en
que asumamos y vivamos las exigencias que el Señor nos enseña.
7. Mantenernos atentos y constantes en el proceso de liberación, conscientes de que
la fidelidad de Dios, su Palabra y la apertura al cuestionamiento de los
hermanos, nos hace vivir en verdad este proceso.
8. Dejarse guiar por el Espíritu.
9. Creer firmemente que ya es posible empezar a vivir la utopía del Reino a la que
Jesús invita a sus seguidores y así llevar esa luz a nuestros hermanos.
10. Vivir en una comunidad de hermanos regida por el Espíritu del Padre. Aceptar en
libertad y responsabilidad todas las exigencias que vengan de ese vivir la
hermandad en el Señor; esto hará posible el trasmitir lo que vivimos.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: ENFOQUE

1. Estar convencidos que la misión es del Padre y no apropiarnos como nuestro el
designio de El para Jesús.
2. Esta obra del Padre nos llama a la responsabilidad, a dar signos de vida, de
servicio en la misión.
3. Dejar que sea el Padre el que haga su obra en nosotros y entregar esta vivencia a
los hermanos a través de la comunidad.
4. Desarrollar la obra del Padre en medio de sus predilectos: los pobres.
5. Buscar la voluntad de Dios, de su designio concreto para cada momento.
6. Ser coherentes:
a) Comunicar a Jesús que va siendo en nosotros vivencia.
b) Asimilar y vivenciar el mensaje que queremos trasmitir.
7. Permitir ser cuestionados por la comunidad y cuestionar a la comunidad en todo lo
que detectamos como incoherencia en nuestro seguimiento radical a Jesús.
8. Obediencia al Espíritu en la formación para la espera.
9. Cambiar nuestros esquemas antiguos de formación. No caer en la formación en la
tentación de mantenernos en el esquema viejo, renovando con elementos nuevos.
10. Abrirnos a la plenitud de vida que nos trae Jesús y colaborar con El dejándonos
hacer hombres nuevos.
11. Crecer en la hermandad poniendo en práctica las exigencias de Jesús.
12. Recibir con alegría esta nueva vida que el Señor nos ofrece. Vivirla en
profundidad con lo hermanos de la comunidad y comunicar esta vida a los demás.
13. Tomar en serio la comunicación de nuestra vivencia, aunque seamos conscientes de
que ésta va a ser siempre fragmentaria. Que esto no nos paralice.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: META

1. Saber esperar, aceptar con paciencia, pero en continua colaboración con la gracia,
nuestro proceso como seguidores de Jesús.
2. Vivir este proceso en discernimiento personal y comunitario para la búsqueda de
la voluntad del Padre.
3. Ser constantes en la carrera de dejarse alcanzar y alcanzar a Jesús. Ser
conscientes que esto es gracia que exige nuestra colaboración.
4. Que el ser semejante a Jesús que vive en nosotros, sea para lo que trabajemos y
lo comuniquemos.
5. Vivenciar con los hermanos, que nuestra meta es Jesús y la vida que nos trae: El
Padre.
6. Creer firmemente que el Señor está con nosotros en esta carrera y que vamos a ser
felices.
7. Que la experiencia del Señor la tomemos en serio y sea lo principal en cada
momento.
8. Primar la experiencia del Padre como Jesús lo hizo.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: COMIENZO

1. El llamado a la fe radical nos exige una decisión al inicio: o nos metemos de
lleno o nos vamos. A la mitad de la carrera, lo mismo: o nos metemos de lleno o
vamos a la muerte.
2. Creer en la radicalidad del llamado, en el: “Tú, sígueme”; y, entonces: dejarlo
todo y seguir sin nada.
3. Acoger como gracia la invitación de Jesús a vivir en fe radical y a mantenernos
en ella con una adhesión plena y definitiva, conscientes que es un proceso de
liberación.
4. Aceptar que no fuimos preparados para vivir en fe radical.
5. Asumir y acoger todas las consecuencias de la respuesta al llamado del Señor,
incluso las crisis: morir a nosotros mismos para no tener dos amos.
6. Descubrir nuestra mediocridad y dejar a Jesús entrar ahí.
7. Tomar conciencia de que creer en Jesús es adherimos a determinados valores que
son contrarios a muchos de los que hemos vivido en el mundo. Ser conscientes que
esto nos trae dolor, sufrimiento y muerte.
8. Que la entrega radical dinamice, comunique novedad a la monotonía de nuestro
vivir diario.
9. Aceptar que el llamado del Señor nos lleva a caminar en su Verdad y nos hace
experimentar que somos realmente libres.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: PRAXIS

1. Mantenernos en la fe radical: seguir apoyados en ella y cuidar su frescura.
2. Comenzar en comunidad de seguidores a apropiarnos las exigencias liberadoras de
Jesús.
3. Ser conscientes de la lucha personal y comunitaria que esto conlleva debido al
pecado que habita en nosotros.
4. No dejar que esa lucha nos eche para atrás en nuestra fe radical a Jesús.
5. Mantenernos en la esperanza de que Jesús viene y vendrá en nuestro auxilio para
liberarnos de nuestras tinieblas.
6. Aceptar perder el rumbo de nuestro propio caminar hasta el punto de asumir
exigencias que nuestra sensibilidad rechaza.
7. Vigilar para no pactar con la tentación de la mediocridad o con la mentira por
miedo al sufrimiento o al desprestigio, en lo que sentimos que es de Dios
respecto de la misión.
8. Vivir en transparencia en una comunidad de hermanos que nos acoge y nos cuestiona
con paciencia.
9. Examinar nuestras esclavitudes.
10. Permanecer con Jesús en medio de su lucha contra el orden de este mundo.
11. Ser fieles en las pruebas hasta la situación límite en la que está amenazado
nuestro sentido de la vida.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: PODER

1. Vivir en servicio y corresponsabilidad dentro de la comunidad apostólica.
2. Vivir actitudes y maneras de actuar fraternas con todos.
3. Aceptar que seremos felices si vivimos la propuesta del Padre de servirnos
mutuamente como hermanos.
4. Humildad, ser pequeño, coherencia.
5. Negarse a sí mismo.
6. Despojo de todo lo nuestro.
7. Dejarte guiar por el Padre.
8. Servicio mutuo.
9. Corresponsabilidad.
10. Amor gratuito.
11. Prioridad de la voluntad de Dios: que ese sea nuestro criterio.
12. Todos responsables de la misión del Padre.
13. Fidelidad a la escucha del Espíritu.
14. Acoger todas las consecuencias del llamado de Jesús.
15. Descentrarnos, estar a la escucha profunda del hermano.
16. Desarraigo radical.
17. No tener propuesta propia.
18. Actitud de búsqueda y de desenmascarar todo lo que impida vivir la hermandad.
19. Acoger el proyecto del Padre.
20. Desprenderse más y más del propio proyecto.
21. Convencimiento de que lo que se nos ha dado es del Padre.
22. Vivir la hermandad a la manera de Jesús.

Nuevas exigencias sobre el poder:

1. Atentos al Espíritu que nos viene por cualquiera de los hermanos de la comunidad.
2. Dialogo con los hermanos que no nos entienden.
3. No hacer nada por cuenta propia sino desde el Señor.
4. Tener más visión de comunidad, descubrir nuestros dones y carismas para poder así
complementarnos.
5. Ir vivenciando lo que descubrimos en la comunidad.
6. El proyecto se presenta con más cruz.
7. Revitalizarnos en el día a día.
8. Buscar equilibrio entre lo personal y lo comunitario.
9. Mantenernos en actitud de ser niño.
10. Atención a no instalarnos.
11. Fuerte llamado a la humildad.
12. Acoger más de fondo y amar lo que el hermano es.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: FAMA

1. Dar y recibir amor a la manera de Jesús.
2. Aceptar nuestra realidad profunda ante Dios y los demás.
3. Ser fieles al amor de Dios.
4. Corresponsabilidad como comunidad formadora (ser celosos por el Reino de Dios)
5. Descentralizarnos, no crear dependencias.
6. Dar amor que libere.
7. Dejarnos amar por el Señor y tenerlo como Absoluto.
8. Vivir en verdad y transparencia.
9. Humildad a la manera de Jesús. Lo que tenemos es don.
10. Acoger el amor gratuito del Padre y entregar esta vivencia a los demás en la
misión.
11. Abrirnos al amor de los hermanos dándonos a conocer con transparencia.
12. Acoger el perdón y amor del Dios.
13. Fortalecer nuestra amistad con Jesús.
14. Tener al otro por el más importante.
15. Ser libres y humildes.
16. Reconocer nuestro ser de pecadores y que el Señor nos ha salvado.
17. Vivir comunitariamente esta conversión
18. Comunicar el amor de Dios que se nos dio por pura misericordia.
19. Tomar yo la iniciativa y no esperar que la comunidad haga.
20. Valorar a cada persona por lo que es y no por lo que haga.

Nuevas exigencias que el Señor nos ha mostrado en este punto (fama):

1. Corresponsabilidad como comunidad formadora.
2. Dejarnos enseñar por Jesús en el amor.
3. Confiar en el Padre que nos forma como una comunidad santa.
4. Humildad profunda ante las críticas.
5. Colaborar todos a compartir más a nivel comunitario para mayor apoyo y
crecimiento.
6. Ayudarnos a crecer en el amor gratuito.
7. Que el Espíritu nos libere de nuestros propios intereses.
8. Crecer en la valoración del otro.
9. Potenciar los dones del otro de cara a la misión.
10. Ser paciente con el caminar del otro.
11. Descubrir que somos cuerpo, como vivencia.
12. Poner a Jesús y su Reino como lo primero.
13. Fortalecer las exigencias comunitarias de permanecer en el señor.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: RIQUEZA

1. Invitación a la confianza plena en el Señor. Sólo Dios basta.
2. Que nos haga vivir con autenticidad.
3. Exponer y pedir lo que necesito con sencillez.
4. Acogida a toda nuestra pobreza.
5. Confianza y abandono en el Padre.
6. Seguridad de que en El lo tenemos todo y nos hace auténticamente felices.
7. Abrirnos a que Dios nos quite las seguridades que nos impiden que El sea nuestro
Dueño.
8. Vivenciar el proyecto del Padre entre los pobres a la manera de Jesús,
compartiendo nuestra vida pobre y sencilla con ellos.
9. Poseer las cosas sin poseerlas.
10. Renunciar a todo lo que nos impide un despojo de fe.
11. Elegir ser pobres, solidarios, compartir con los pobres.
12. Ser pobre a la manera de Jesús en misión.
13. Dejarnos regir por Jesús para ser auténticos seguidores.
14. Que Dios Padre, nuestra experiencia de El y conocimiento personal sea nuestra mayor riqueza.
15. Estar atentos y vigilantes en nuestro estilo de vida sencillo.
16. Estimularnos en la generosidad y esplendidez.
17. Empeño en mantener y crear la civilización del compartir. Serlo nosotros y cara
a las comunidades que acompañamos.
18. Crear riqueza compartiendo nuestra pobreza.
19. Ser pobres desde la opción por Jesús.
20. Mantenernos sencillos y pobres poniendo todo en común.
21. Optar por ser pobres de hecho.
22. Vivir la hermandad como alternativa que ofrece Jesús, compartiendo.
23. Abrirnos para acoger la felicidad que Dios nos da con otra escala de valores que
los "del orden este"
24. Elegir ser pobres y mantenernos en la pobreza.

¿Qué nuevas exigencias el Señor nos ha mostrado en este punto? (Riqueza)

1. Ser administradores y solidarios con los bienes de nuestro pueblo.
2. Asumir ser pobres a la manera de Jesús.
3. Mantenerse en vela para que no nos agarren nuestros criterios: ni los pobres o el
mundo, sino el Padre.
4. Seguir buscando nuestra verdadera riqueza en el Padre.
5. Llevar esta vivencia a los pobres como respuesta a la situación de pecado que
viven.
6. Ir descubriendo la opción por el Padre.
7. No perder nuestro contexto social pobre.
8. Autogestión responsable.
9. Mantenernos atentos a nuestra opción de pobreza.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: NACIONALISMO EXCLUSIVISTA

1. Acogida y respeto a toda persona que presta adhesión a Jesús y su mensaje.
2. Liberación de la influencia de expectativas y valores culturales no discernidos
desde el Espíritu.
3. Que nuestra fe y adhesión a Jesús y su Reino en comunidad sea la base que defina
nuestras relaciones con los demás y sea el lazo de unión en la comunidad.
4. Que nuestros criterios sean en todo a la manera de Jesús.
5. Mantener una actitud abierta que relativice y cuestione nuestra propia cultura y
nos de respeto y comprensión a los demás.
6. Acoger, respetar e integrar y valorar los valores de las diferentes naciones y
culturas que integran nuestra comunidad para la misión.
7. Dar gratuita y responsablemente lo mejor de nosotros y acoger al hermano en lo
que tiene de diferente, seguros de que formamos un cuerpo enriquecido y
complementado por todos.
8. Que nuestra identidad de hijos de Dios nos una y podamos vivir como hermanos en
cualquier parte del mundo.
9. Enriquecernos mutuamente, compartiendo nuestros valores culturales que puedan
potenciar la comunidad del Espíritu.
10. Renunciar a toda ideología política o social que nos aparte de la alternativa
social que Jesús nos ofrece.
11. Sentirnos familia en la comunidad: que nuestros lazos sean la fe de Jesús.
12. Estar siempre atentos al Espíritu, que nada ni nadie nos mueva del camino que
Jesús nos muestra.
13. El Padre nos hace apropiar de la vida de Jesús. El se dio por todos sin ser
exclusivista.
14. Acogida y adhesión al proyecto del Padre en seguimiento radical de Jesús.
Aceptar que "esto" es para pocos.
15. Hacer de Jesús y su mensaje el centro de nuestra vida.
16. Que la adhesión a El sea lo que nos haga sentirnos familia.
17. Vivir la universalidad del Reino como comunidad apostólica.
18. Disposición, radicalidad, capacidad de encaje, respeto, receptividad, integrar
lo diferente. Relativizar lo propio.
19. Enriquecimiento personal y comunitario de todos los valores de la cultura
paraguaya sin absolutizar.
20. Apertura a relativizar lo propio de la cultura y que lo fuerte sea el hecho de
ser hijos de Dios y seguir a Jesús que nos ha llamado.

¿Qué nuevas exigencias el Señor nos ha mostrado en este punto? (Nacionalismo
exclusivista)

1. Crecer en ser cuerpo.
2. Escucharnos, descubrir como complementarnos, crecer en la unión con Jesús.
3. Compartir con otros hermanos gratuitamente lo que recibimos.
4. Conocer mejor al pueblo que estamos evangelizando.
5. Acoger a la manera de Jesús las diferentes culturas.
6. Colaborar como comunidad en todo, para sentirnos como un cuerpo.
7. Inculturarnos en aquello que es indispensable para el anuncio del Reino.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: PARTICULARISMO

1. Adhesión a Jesús y su mensaje por encima de todo: familia o criterio propio.
2. Que la comunidad del Espíritu sea una familia en el Señor.
3. Acoger cada día el don de la llamada y vivir en fidelidad vigilante nuestra
respuesta al Señor.
4. Vivir corresponsablemente la hermandad, para hacer posible esa familia de
hermanos que nos ayude en el seguimiento de Jesús.
5. Mantenernos en el despojo continuo de lo propio nuestro.
6. Intimidad con Jesús para que El sea el centro de nuestra vida.
7. Mantenernos siempre en este estar discerniendo nuestra opción.
8. Optar por Jesús y el Reino por encima de todo: familia y de nosotros mismos.
9. La comunidad ayuda y apoya a todos para que asuman cada vez más el
seguimiento radical a Jesús.
10. Dar a cada hermano, hermana de la comunidad todo lo bueno que uno tiene y
recibir todo lo del otro/a.

EXIGENCIAS VITALES PARA LA CAF: TRANSFORMACIÓN DE SEXUALIDAD ININTEGRADA E INCOMPLEMENTADA

1. Hacer de Jesús y el Reino el centro de nuestra vida de tal forma que encontremos
sentido a nuestra renuncia y a expresar nuestra sexualidad.
2. Amar a la manera de Jesús.
3. Dejarnos agarrar por la persona de Jesús y poner todas nuestras energías y
capacidades en la causa del Reino.
4. Aceptar gozosamente nuestro ser de mujer o varón y acogerlo como don del Padre.
Vivirnos desde ahí nuestras relaciones con el otro sexo con sencillez, como
personas consagradas.
5. Vivir la hermandad, la fraternidad, transparencia, servicio mutuo, la valoración
del otro como clima donde se irá dando la complementariedad.
6. Sublimar nuestro erotismo por la causa del Reino a la manera de Jesús (Mt 5, 27).
a) acogida gozosa de nuestro erotismo como obra del Padre en nosotros (Mt 19,4-5).
b) una apropiación de toda nuestra persona por Jesús y su Evangelio de modo que el
Espíritu pueda obrar la sublimación sexual en nosotros (Gál. 2, 20).
7. Afirmar y complementar nuestra identidad sexual a la manera de Jesús. El amor del
Padre obrando en Jesús te afirma en lo que El te hizo como mujer o varón, expresiones ambas de quien es Dios (Jn 15. 9)
a) Proveer modelos sexuales de varones y mujeres hechos y derechos que ayuden a
afirmar nuestra identidad sexual (Lc 2, 52).
b) Propiciar relaciones de hermana/o para complementar conscientemente la respectiva identidad sexual a lo largo de su proceso de maduración en sus características masculinas y femeninas más típicas. (Lc 8, l-3).
8. Aceptar y acoger desde el Padre nuestra sexualidad como don.
9. Aprender de Jesús como vivir la castidad.
10. Crear en nuestra comunidad un ambiente de confianza donde podamos trasparentar y
ayudarnos a formarnos varones y mujeres integrados.
11. Interiorizar actitudes profundas de Jesús ante un hermano en proceso de liberación sexual.
12. Aceptar nuestro ser de hombre o mujer como don de Dios que caracteriza nuestra persona valorada y amada por El.
13. Vivir desde lo más profundo de nosotros mismos, desde donde está el Espíritu.
14. Ser honestos con nosotros mismos delante de Dios con lo que vivimos.
15. En nuestras relaciones en la comunidad apostólica, que lo que nos una sea el amor de Jesús y su Reino.
16. Relación de hermandad como compañeros de camino, mirando hacia el mismo punto que nos ayude a complementarnos como hombres y mujeres, con nuestras distintas capacidades.
17. Vivir esto así en la comunidad, trae la maduración para sí como Dios lo quiere.
18. Centrarnos en Jesús de tal modo que toda nuestra persona esté orientada al servicio del Reino.
19. Aceptar desde lo profundo nuestra sexualidad como don de Dios.
20. Llamado a vivir con normalidad que somos seres sexuados hacia dentro y fuera de
la comunidad.
21. El gozo de vivirme ante el varón y la mujer como ante mi mismo, como templo sagrado de Dios.
22. Tomar la decisión de seguir radicalmente a Jesús desde toda mi persona asumiendo todas las consecuencias.
23. Asumir en fe que la sexualidad vivida a la manera de Jesús me plenifica y es gozosa.
24. Asumir que soy una totalidad en crecimiento.
25. Transparencia en la comunidad.
26. Vivir aceptándonos como somos varones y mujeres, que encauzamos nuestro erotismo a la manera de Jesús, dejándonos guiar por el Espíritu.
27. Dejarnos enseñar por el Espíritu de Jesús. Dejarnos sentir nuestra sexualidad a la manera de Jesús.
28. Acoger nuestro ser sexuado de varones y mujeres como don de Dios y que nuestro ser se realice por una total entrega por Jesús y su Reino.
29. Humildad y transparencia para compartir lo que vivimos a nivel sexual.
30. Crear ambiente desde una apertura y acogida dentro de la comunidad para que nos podamos expresar más en esta dimensión.
31. Que sea Jesús el centro de nuestra vida.
32. Reconocer personalmente cada uno nuestro ser sexuado como algo integral en nuestra persona.
33. Frente a nuestro erotismo saber acogerlo nombrando y encauzando progresivamente y por etapas.
34. Ahondar en el llamado que Jesús nos hace para vivir en la castidad. Esta nadie nos la impone sino que es un don que Jesús nos ofrece.
35. Tomar muy en serio nuestra madurez afectiva La sexualidad y afectividad están muy ligadas; si no llegamos a una libertad interior muy grande para vivir el amor gratuito, mendigamos afectos y no vamos a lograr una madurez sexual.
36. Transparencia en este campo: buscar quien nos pueda acompañar para crecer en todo esto.
37. Sacar todo el lastre de machismo: que de veras se nos reconozca hermanos y hermanas con esa dignidad de hijos de Dios, que haga posible que nos mantengamos en un ambiente de respeto y confianza, donde podamos expresar nuestras luchas y dificultades en todo lo afectivo y sexual. A la vez, con mucho respeto, no sacarlo de contexto y no hacer bromas de algo que es íntimo.
38. Estar vigilantes, ser conscientes de que con una sexualidad no integrada podemos engañarnos y vivir en nuestro corazón una doble vida. Necesitamos honestidad y mucha intimidad con Jesús en los momentos de pruebas.
39. Transparentar nuestra afectividad con la libertad de los hijos de Dios, comprometidos con el Reino.
40. Tomar conciencia constantemente de nuestra vida de entrega teniendo como centro a Jesús y vivir desde ahí.

¿Qué nuevas exigencias nos ha mostrado el Señor en este punto? (sexualidad)

1. Crecer en transparencia y hablar lo referente a este tema para enriquecernos e iluminarnos.
2. Todas estas exigencias las veo como nuevas porque antes no las habíamos expresado en la comunidad.
3. Seguir este proceso de crecimiento como hombres nuevos.
4. Complementarnos más en nuestra relación de hermanos en nuestra misión.
5. Interiorizar y crecer en las exigencias ya dichas.
6. Encontrar equilibrio entre el proceso personal y una comunidad que quiere vivirse en hermandad.
7. Jesús nos pide una entrega en fidelidad en la castidad y Jesús es nuestro Maestro.
8. Ir creando un ambiente de naturalidad en relacionarnos con varones o mujeres, dejar los miedos.

NOTA: En todo el itinerario del seguidor de Jesús de los apartados que hemos visto, el consenso general de la comunidad es la vivencia profunda de las exigencias anteriormente expresadas. No aparecen más exigencias nuevas porque hay en ha comunidad un consenso de que las exigencias ya expresadas se vivan con mayor profundidad.