jueves, 24 de julio de 2008

VERIFICACIÓN DE LA HISTORIA DE FE DE LA CAF

VERIFICACIÓN DE LA HISTORIA DE FE DE LA CAF CON LAS DIMENCIONES VIVENCIALES DE LA ESCUELA DE FORMACIÓN ESCATOLÓGICA

(Dado en el Centro Diocesano de San Juan Bautista Misiones desde el 6 al 11 de Marzo de 1992)

Tercera etapa: Características vivenciales - visión de futuro

FORMACIÓN ESCATOLÓGICA
Nivel interno. Vemos en esta tercera etapa de nuestra historia de fe que sí, hay una intencionalidad, con un claro enfoque para la formación escatológica como comunidad. El objetivo de nuestra formación es vivenciar al Padre. Algunos ejemplos indicadores de esto son:
- vivencia de los Ejercicios Espirituales que ayudaron a seguir potenciando esta formación
- las cartas de petición al sacerdocio de Carlos y Oscar muestran claramente este aspecto
- también la intuición de nuestra escuela de formación

Nivel parroquial. Esta formación escatológica ha estado muy presente en nuestra tarea pastoral. Hay una clara intencionalidad de vivenciar al Padre
- Ejercicios Espirituales de animadores
- Comunidades cristianas
- Acompañamientos a animadores
- Servicios …
El Padre tiene que regir todas las manifestaciones de la vida humana. Por ejemplo, la solidaridad y el apoyo al taller de Hermandad en una circunstancia en la que queríamos mostrar que el Padre quiere que vivamos como verdaderos hijos suyos y verdaderos hermanos unos de otros.

Nivel diocesano. De nuestra parte ha habido una intencionalidad por mantenernos fieles al proyecto de vivenciar al Padre, a pesar de las dificultades compartiendo nuestra vivencia en los diferentes encuentros de la diócesis.

Características vivenciales fundamentales de la CAF. Todas estas características recogen muy explícitamente que el Padre rige todo cuanto vivimos.

Visión de futuro. La visión de futuro recoge implícita o explícitamente nuestra intencionalidad de que el Padre rija nuestra vida y nuestra pastoral.

1. MAESTRO DE FORMACIÓN


Nivel interno. Esta tercera etapa de nuestra historia de fe es el momento en que la CAF nombra y hace explícito que nuestro Maestro de Formación es el Espíritu. Verificamos que hay una toma de conciencia de que el Espíritu nos conduce. Desde la CAF hay docilidad en proceso, que experimentamos en momentos de oscuridad, desconcierto, resistencias, bloqueos, etc.

Nivel parroquial. Verificamos que el Espíritu trabaja fuertemente e impulsa nuestra pastoral. Lo que nos mueve y motiva en este trabajo no es el signo de la eficacia, sino la mirada atenta a cómo el Espíritu va actuando. Algunos ejemplos son:
-el caminar de las comunidades cristianas
- el caminar de los animadores
- los acompañamientos personales
- la atención al Espíritu desde los diferentes dones para los servicios

A nivel diocesano. Tanto en el momento de acogida como en el que se nos dijo que no íbamos a animar más estos encuentros, hubo de nuestra parte una actitud de docilidad y un mantenernos en lo que el Espíritu nos mostraba.

Características vivenciales fundamentales de la CAF. Todas estas características muestran que el Maestro de Formación es el Espíritu.

Visión de futuro. A medida que avanzamos en nuestra historia de fe, tomamos conciencia de que el Maestro de Formación para nosotros es el ESPÍRITU y se nos clarifica en la misma secuencia de nuestro trabajo que el Espíritu de Jesús va ocupando mayor espacio.

2. VERTIENTE PROFÉTICA
Nivel interno: Vivenciar al Padre. Hemos crecido en tomar conciencia de esta misión que es anunciar al Padre y su designio.
Irrupción del Espíritu y captar su movimiento en nuestra comunidad. Sentimos que hemos crecido en esto y lo verificamos en momento de estructurar mejor los servicios, el buscar instrumentos que nos ayuden a mejorar nuestras relaciones interpersonales y conocernos mejor (PRH, los EE.EE de mes, etc.).

Nivel parroquial. Se vive como CAF esta dimensión profética; signos de ello podemos citar los servicios nacidos desde la necesidad de vivir la hermandad dando a conocer al Padre. También, aunque sea empezando, somos profetas escatológicos en cuanto a ofrecer una alternativa campesina diferente más radicalmente evangélica donde la vida del hombre dé a conocer la vida del Padre.

Nivel diocesano. Nos mantuvimos firmes y fieles a pesar de las dificultades y rechazos, y un cuestionamiento a la nueva formación.

Características vivenciales. Verificamos que en nuestras características se da esta vertiente profética.

Visión de Futuro. Verificamos que está explícita la vertiente profética.

3. DEVELAMENTO DEL ESPÍRITU

Nivel interno. Sentimos que hay crecimiento en nuestra actitud de escucha al Espíritu. Tenemos que crecer en captar la verdad de Dios, en las diferentes situaciones para poder vislumbrar el camino que se nos abre.

Nivel parroquial. En los animadores la experiencia de los Ejercicios Espirituales de cinco días es un momento fuerte de develamiento del Espíritu. También la opción por la pobreza evangélica, así como la puesta en marcha de los diferentes servicios descubriendo los carismas de cada uno. Hay una toma de conciencia desde las comunidades cristianas de su llamado a crecer corresponsablemente como verdaderos seguidores de Jesús viviendo la hermandad.

Nivel diocesano. Hay algunos signos de develamiento del Espíritu en la Diócesis, por ejemplo la decisión del traslado del seminario menor a San Miguel con el consenso de la diócesis.

Características vivenciales. En nuestras características verificamos que hay develamiento del Espíritu.

Visión de futuro. Nuestra visión de futuro es ya de suyo un signo de develamiento del Espíritu. Sentimos que el Espíritu nos impulsa y acogemos que queremos caminar por ahí.
4. CONVERSIÓN

Nivel interno. Como comunidad apostólica estamos de lleno metidos en un proceso de conversión, cuya meta es Jesús. Y lo verificamos en que hay más docilidad al Espíritu y menos resistencias comunitarias a la acción de Dios. Tenemos que crecer en nuestro proceso cristocéntrico de tal manera que todas nuestras obras procedan de Jesús como centro de nuestra vida y en este aspecto estamos muy al comienzo.

Nivel parroquial. Estamos también en un proceso serio, tanto a nivel de animadores como de comunidades cristianas. Se da en ellos la conversión moral, pero falta llegar a la conversión escatológica. Se nota un caminar más incipiente y necesitamos poner más medios para que se dé la conversión escatológica.

Nivel diocesano. Iniciamos a la diócesis en este proceso de conversión escatológica pero no se acogió sino por algunas personas y algunas parroquias.
Características vivenciales. Verificarnos que se da en nuestras características vivenciales.

Visión de futuro. No hay nada explícito pero asumimos que nuestro caminar tiene que acoger este proceso de conversión escatológica.
5- INCULTURACION

Nivel interno. Tomamos más conciencia de los valores de la cultura de la pobreza evangélica. Hemos hecho una opción y tenemos un estilo de vida que responde a ese elegir ser pobre. Estamos creando una cultura evangélica, nuestras reflexiones son un aporte para crear la cultura de la pobreza que dé sentido a todo lo que vivimos. Es en definitiva la cultura del Pueblo Santo, que puede llamarse cultura del seguidor de Jesús, que da sentido a nuestra opción de vida. En todo esto estamos en un comienzo. Nuestra gente está en ese vivir pobre, pero no tiene una manera de dar sentido a eso que vive. Estamos creando esa cultura que justifica y encauza el estilo de vida, esto no entra por el hombre viejo sino por el seguidor de Jesús mediante una conversión escatológica.

Nivel parroquial. Todavía falta mayor desarrollo en las comunidades cristianas para nosotros asumir esos valores. Los animadores desde el retiro de cinco días están dando pasos. También los últimos temas sobre la pobreza evangélica están aportando elementos que están ayudando a las comunidades cristianas. El proceso es todavía muy incipiente. La cultura de la pobreza evangélica es la cultura del Pueblo Santo. Va mas allá de justificar la pobreza, pero la pobreza es necesaria para poder desarrollar esa cultura. Se necesitan esos valores evangélicos que ayudan a revitalizar y justificar esa manera de vivir pobre. Ejemplo, el compartir no empobrece y es preciso amar como Jesús ama.

Nivel diócesis. En la diócesis no se ha dado una opción por la pobreza aunque ha habido algunos intentos de vivir más coherentemente la opción por los pobres.

Características generales. Verificamos también que nuestra intención como CAF es vivir en seguimiento radical de Jesús en comunidad; esto conduce a una opción e inculturación entre los pobres llamados a vivir los valores de Pueblo Santo.

Visión de futuro. La intuición de formar una escuela de formación escatológica, no sólo paro nosotros sino también para nuestra gente, es signo de este caminar en esta dimensión.

6. COMUNIDAD APOSTÓLICA

Nivel interno: Pertenencia. Hay mayor crecimiento y apropiación en cuanto a ir asumiendo la exigencia de la CAF.
Corresponsabilidad. Tomamos conciencia de que somos Pueblo Santo y esta misma vivencia es trasmitida a los animadores.
Integración de los nuevos miembros. Hubo acogida respeto y acompañamiento a los procesos de cada uno; se nota en la CAF una capacidad de integrar y fortalecer a los que van llegando sin violentar su momento.
Participación. Falta crecimiento a la hora de opinar.
Vertiente comunitaria. La vivencia de la misma CAF hace que podamos apropiarnos de las vivencias fundantes que nos dan identidad propia. Nos faltaría tiempo para profundizar los carismas fundantes.
Vertientes ascendientes y descendientes. Crecimiento en cuanto a la apropiación de estas. Notamos que nuestras vivencias se hacen fundantes en las comunidades cristianas.

Nivel parroquial. Es muy incipiente el ser comunidad apostólica a nivel de animadores. En las comunidades cristianas van dando pasos aunque tienen que crecer en confianza, transparencia etc.
Compartir más la vida. Tenemos que crecer más en la integración de nosotros con los animadores. Lo que falta en realidad es crecer en la conversión.

Nivel diocesano. De nuestra parte se da como iluminación pero no se acogió excepto en algunas parroquias: San Miguel y San Francisco. Seguimos abiertos para acompañar lo que ellos pidan.

Características vivenciales. Sentimos que es el contexto básico para formarnos en el seguimiento radical a Jesús.

Visión de futuro. En la visión de futuro está muy metida la vivencia de ser CA y ayudar a otros a ser lo mismo. Como intuición la dispersión como CAF es una verificación de que estamos en esto.

7. DISCERNIMIENTO

Nivel Interno. Vamos creciendo en actitudes que facilitan el discernimiento, docilidad, apertura y dejar que el Padre rija. El método de hacerlo lo tenemos que mejorar. Hay momentos que tendríamos que discernir y no lo hocemos. Hemos llegado a tomar conciencia de las claves falsas de discernimiento, pero en la práctica nos dejamos llevar de esas claves falsas. Eso se supera cuando se dejan las idolatrías.

Nivel parroquial. Falta mucho a nivel de animadores y de comunidades cristianas, aunque hay algunos pasos. Hay una clara conciencia de que se manejan con los criterios del camino ancho y hay grandes deseos de caminar por el camino angosto, aunque esto no se da de un momento para otro. Están en proceso, a veces no saben como discernir bien, va muy unido a la conversión y les cuesta soltar las idolatrías.

Nivel diocesano. Desde nosotros se aporta con la misma intensidad que las otras dimensiones pero la respuesta es desde los criterios de ellos. Hay algunos signos, por ejemplo el traslado del seminario menor a San Miguel y también las comunidades cristianas de S. Miguel y S. Francisco.

Características vivenciales. Verificamos que nuestro caminar está impregnado de esta manera de proceder.

Visión de futuro. Como CAF sentimos que es la única manera de seguir caminando en la búsqueda continua de la voluntad de Dios.

8. SEGUIMIENTO RADICAL DE JESÚS

Nivel interno. Como CAF y como persona sentimos que optamos por el Jesús pobre y esta vivencia la llevamos a la comunidad cristiana. Nos falta muchísimo por no saber caminar en el Espíritu. Por reflexión después de los hechos tomamos conciencia de lo que pasó. Las idolatrías están aun muy fuertes. La opción por Jesús está hecha, pero falta crecer más. Lo de caminar en el Espíritu es gracia; hemos de ver si la tenemos como CA y como potenciarla.

Nivel, parroquial. En las comunidades cristianas se va cimentando lo fundamental de la opción. La vivencia y la pastoral están centradas en Jesús.

Nivel diocesano. Se mostró pero no hubo acogida en general y quedó ahí la cosa, más asumida por algunos.

Características vivenciales. Están todas referidas a este seguimiento radical a Jesús.

Visión de futuro. Está muy explícito y cueste lo que cueste, vamos adelante.
9. REFLEXION SOBRE LA PRAXIS
Nivel interno. En esta tercera etapa de nuestra historia de fe ha surgido más explícitamente nombrado este método de reflexión sobre la praxis. La CAF, tiene mayor conocimiento de la metodología de La reflexión sobre la praxis. Falta apropiarnos más el método, ser más dinámicos en el proceso.

Nivel parroquial. Hemos vivido el método a través de las circunstancias, ejemplo taller, temas, retiros, etc.

Nivel diocesano. El método reflexión sobre la praxis se dio pero no se aceptó.

Visión de futuro: Se asumía como metodología de la escuela da formación.

Potenciar, rectificar e instrumentalizar los diferentes aspectos de las dimensiones escatológicas a partir de la verificación de la historia de fe para nuestra formación escatológica.
FORMACIÓN ESCATOLÓGICA

Aspecto a potenciar: Intencionalidad. Vivenciar y explicitar al Padre en todas las dimensiones humanas con estas características escatológicas tomando conciencia de nuestra realidad vivencial incipiente de Pueblo Santo.

Proceso formativo, instrumentalización:

Nivel interno:

  • Ejercicios Espirituales.
  • Oración personal y comunitaria; compartir la fe desde el proceso de crecimiento de este vivenciar al Padre.
  • Eucaristía, siendo creativos en expresar nuestra fe (signos)
  • Preparar 1a liturgia en equipo.
  • Zonales vivas que muestren esta dimensión.
  • Reflexión sobre la praxis.
  • Espacios de interiorización (lunes y semanas)
  • Examen de conciencia desde lo que es en tu vida vivenciar al Padre.
  • Escribir algo de lo que vamos viviendo en esta dimensión.
  • RPH, T. IP para crecer en desinhibirnos, expresividad, en conocimiento de nosotros mismos y quitar obstáculos.
  • Leer experiencias ya elaboradas en teología para saber dar nombre a lo que vivimos.
  • Estudiar para saber expresar lo que vivimos, sobre dar ejercicios espirituales.

    Nivel parroquial:
  • Ejercicios Espirituales a animadores, CC y servidores.Ejercicios Espirituales personalizados a algunos animadores.
  • Reunión semanal con animadores y la CC.
  • Más participación de su vida de fe en la Eucaristía.
  • Capacitación para los servicios con esta intencionalidad.
  • Crear centro de educar en valores para todos los servicios en especial a jóvenes y niños
  • Acompañamiento personalizado a los animadores.
  • Reflexión sobre la praxis en las C.C.
  • Acompañar al taller con la intencionalidad de vivenciar al Padre.
  • Jornadas de capacitación semejante a la de los servicios.
  • En cuanto a los servicios, capacitarnos mediante una reflexión sistemática, seria, profunda para cada uno de 1os servicios, que ya están y otros que puedan aparecer experimentando y escribiendo todo lo que estamos viviendo.
  • Compartir procesos de los distintos servicios a la CA.
  • Tomar conciencia y compartir la experiencia de fe personal.
  • Tomar conciencia, escribir y compartir la historia de fe comunitaria.

    Nivel diocesano:
  • Acompañamiento a las parroquias.
  • EE.EE. personalizados a aquellas personas que lo soliciten.

DIMENSIÓN FORMACIÓN ESCATOLOGICA

Intencionalidad y proceso formativo

Todos nosotros en la CAF estamos convencidos de que nuestra vida adquiere sentido, autenticidad y solidez en la medida que vivenciamos al Padre. Esta es la meta y camino de nuestra formación por ser definitiva, la llamamos formación escatológica. Para ser coherentes con este nuestro sentir, hemos verificado nuestra historia de fe comunitaria contrastándola con la fe de Jesús, de tal modo que podamos descubrir en que medida vivenciamos al Padre. Hemos verificado que esta intencionalidad de vivenciar al Padre ha ido en aumento a lo largo de nuestra historia de fe.

También verificamos que hemos dado pasos concretos para que nuestro proceso formativo exprese más auténticamente esta vivencia del Padre, por ejemplo, la presente Escuela de Formación Escatológica. Sin embargo, no basta verificar que estamos creciendo en esta vivencia, a la misma vez es necesario descubrir qué aspectos de ella debemos potenciar e instrumentalizar. Esto último ya lo hemos hecho también en San Juan. Ahora resta entender un poco mejor el aspecto de intencionalidad y de proceso formativo para mejor asumir las exigencias que el Señor nos presenta en esta dimensión escatológica.

1- Intencionalidad

Vale la pena hacer memoria de los diversos tipos de intencionalidad con relación a la vivencia del Padre que hemos experimentado a lo largo de la historia de fe de nuestra CAF. Al principio, en el año 1986, nuestra intencionalidad de vivenciar al Padre estaba implícita en el seguimiento de Jesús desde los pobres, No era una intencionalidad explícita, es decir, nombrada y asumida como tal. Pero en la medida que fuimos avanzando en la fe radical, gracias a los Ejercicios Espirituales y a las exigencias comunitarias, vivenciar al Padre fue tomando cuerpo y llegó a nombrarse explícitamente (ver verificación de 2º etapa de Historia de fe).

Comienza a sentirse como una exigencia personal y comunitaria. Pero debido a nuestros momentos de estancamiento y a nuestra poca experiencia en vivenciar al Padre explícitamente, esta exigencia muchas veces, permaneció más como un deseo, que como una opción de vida. El deseo, es algo que nos gustaría realizar. Una opción de vida es algo que vamos a realizar a lo largo de nuestras vidas. Ahora, con el comienzo de la formación escatológica podemos decir, llegado a vivenciar al Padre e nivel subjetivo dando cumplimiento, que hemos hecho una clara opción de vida por la formación escatológica.

Todavía, tenemos que avanzar en cuanto a nuestra intencionalidad. Nos falta poder decir con sinceridad junto con Jesús: "Mi alimento es hacer la Voluntad del que me envió y llevar a cabo su Obra” (Jn.4, 34). Aquí Jesús no dice que cumplir el designio del Padre es opción de vida. Dice más que eso. El Señor dice que cumplir el designio del Padre es su propia vida. Esta intencionalidad de Jesús le da vida, es alimento para El, pues le da gozo, paz, crecimiento, sentido a su vida. Fuera de esta intencionalidad Jesús no encuentra vida.

Vivenciar al Padre cumpliendo su designio para nosotros es la intencionalidad más costosa, pero a la vez la que nos hace más semejantes a Jesús. Es costosa, porque incluye no solo las obras de amor y justicia que el Padre realiza en nosotros, sino también la fidelidad y perseverancia que el Padre a su vez, obra en nosotros cuando su designio requiere pasar por la cruz. El Padre y su designio, son una sola cosa ya que el Padre es el que lleva su designio en nosotros, cuando tenemos fe radical.

Una vez que hayamos asumido que cumplir el designio del Padre es la mejor manera de vivenciarlo, una vez que le hayamos agarrado gusto vital - mi alimento - a hacer la Voluntad de Dios, entonces estamos capacitados para que nuestra intencionalidad de vivenciar al Padre, se manifieste en sus múltiples dimensiones humanas. Mientras no hayamos llegado a este punto, siempre le vamos a regatear a Dios para que lo vivenciemos en lo que nos da gusto, por ejemplo, en un dialogo íntimo con un amigo en el Señor, pero no en lo que nos cuesta, por ejemplo una vida corresponsable de CAF Zonal, o una preparación seria para el servicio en el que nos hemos comprometido.

Hay otro aspecto con relación a la intencionalidad de vivenciar al Padre que mencionaremos. Se trata de la intencionalidad estructural de las obras. Hasta ahora hemos hablado de lo más básico y más asequible a nosotros: la intencionalidad subjetiva. Esta depende de nuestra libre colaboración con la gracia de Dios. La intencionalidad estructural es más compleja, ya que una estructura está en servicio de un número de personas y su intencionalidad no responde directamente a nuestra libre decisión. Para abordar el tema de la intencionalidad estructural con ciertas perspectivas de éxito, hace falta que hayamos llegado a vivenciar al Padre a nivel subjetivo, dando cumplimiento a su designio en las diversas dimensiones de nuestra vida.

Puesto que las estructuras están en función de valores que tienen que ver con múltiples dimensiones humanas, solamente las personas que han captado a Dios en todas las cosas de sus vidas pueden con facilidad captar a Dios en las múltiples obras o estructuras que el Pueblo Santo necesita para expresar la vitalidad, profundidad y extensión de esa vida de Pueblo de Dios.

A este nivel estructural, viene al caso clarificar los objetivos de la obra. Estos deben especificarse en términos de valores, que estén en coherencia con la fe de Jesús, la fe definitiva, por medio de la cual el hombre se topa con el Padre. En la dimensión: “Conversión” hemos dicho algo parecido: toda obra debe tener su origen y su meta en Jesús, toda obra o estructura escatológica está llamada a ser cristocéntrica. El cristocentrismo de la obra, no se limita a una coherencia de valores con la fe de Jesús. Además de eso, los mismos procesos estructurales deben vivenciar al Padre en cuanto expresan la regencia de Dios sobre esa dimensión humana.

Es decir, los procesos o mecanismos por medio de los cuales la estructura tiende a lograr los objetivos que le dan su sentido de ser, deben ser procesos que nos aproximan a la manera de proceder de Jesús en sus rasgos fundamentales. Por ejemplo, una organización popular de artesanía apoyada en la CC debe tener objetivos que respondan a valores en coherencia con la fe de Jesús, como son, la dignidad del trabajador, el compartir trabajo, el compartir la ganancia. Además, los procesos estructurales, la integración del trabajador en el taller, la corrección fraterna, la selección del trabajo, la producción, el mantenimiento de la mística de la organización, deben aproximarnos en su realización a la manera de Jesús: un proceder justo, personalizado, amoroso, profético, plenificante en Dios.

Por ultimo, en cuanto a este nivel de intencionalidad estructural, queremos mencionar que de una manera parecida a la que hemos visto en el nivel subjetivo de intencionalidad, la intencionalidad estructural de vivenciar al Padre puede quedarse a un nivel implícito o tomar cuerpo y ser explicitada en una reflexión sobre la praxis de la obra. Sin embargo una vez que la intencionalidad de vivenciar al Padre se explícita, ésta puede quedarse en un mero deseo o, tal vez, en una opción de vida o puede llegar a ser la propia vida de la organización. Sólo cuando hay un gusto vital consensuado en la organización con respecto a llevar adelante el designio de Dios para nosotros, cueste lo que cueste, podemos decir que vivenciar al Padre se ha convertido en la propia vida de la organización. Nuestro taller de artesanía, por ejemplo, está llamado por el Señor a ser esa clase de obra cristocéntrica.

2- Proceso formativo

Al comienzo dijimos que nuestro proceso formativo ya tiene una orientación clara hacia la vivencia del Padre, por ejemplo: la escuela de formación escatológica. Conviene aclarar más en qué consiste un proceso formativo que nos lleve a vivenciar al Padre en todo. Tal como un alfarero moldea el barro para sacar de él un cántaro de determinada forma, consistencia y brillo, así también el Espíritu del Padre nos moldea para sacar de nosotros hijos en el Hijo. Aunque Dios puede sacar hijos de Abraham de las piedras como dijo Juan Bautista, usualmente los hijos de Abraham nacen de un contexto formativo en lo escatológico. Describamos ahora las características de este contexto formativo en vivenciar al Padre. No necesitamos inventar ni teorizar, tan solo con recoger las características del proceso formativo que conlleva un seguimiento radical de Jesús como Pueblo Santo, descubriremos lo que buscamos

1. Elegir ser pobre a la manera de Jesús. Fuera de esta opción por la pobreza evangélica y la inculturación entre los pobres, no hay contexto para el develamiento radical del Espíritu. El Padre se vivencia en su Espíritu.

2. Asumir la fe radical, fe del Resto de Israel, fe de Jesús.
La fe radical nos abre la puerta para iniciarnos en la comunión con el Padre en su Hijo. Es la fe de un pueblo humilde y pobre que busca refugio sólo en Dios (Sof. 3,12).

3. Tiempo de intimidad con el Padre. En la soledad frente a nuestro Creador y Señor, se logra por gracia de Dios, familiaridad con la fuente de la vida definitiva: nuestro Papá.

4. Vida en una comunidad apostólica formadora. Vivir en una CAF es vivir en misión. La misión consiste en reconocer a Jesús presente en nuestra comunidad y llevar a los pobres el conocimiento del Padre que Jesús nos da a vivenciar.

5. Reflexión sobre nuestra praxis de misión. La vida definitiva fluye en la misión. Al recoger el paso del Espíritu sobre nuestra CAF reconocemos lo que hay que rectificar, potenciar e instrumentalizar. De ahora en más el Espíritu es nuestro Maestro de Formación. Aun así conviene que digamos algunas cosas más, un poco más concretas que el Señor nos hizo ver en la Casa Diocesana en San Juan. Ya conocemos la metodología básica de la reflexión sobre la praxis (fe- realidad, actuar- reflexión) y sus diversas variantes, por ejemplo, la metodología de la Escuela de formación (toma de conciencia del paso del Espíritu - verificación con la fe de Jesús, rectificación o potencialización, instrumentalización, puesta por obra). Pero algunos detalles sobre la reflexión de nuestra praxis de misión, nos quedan por ordenar.

  • Damos nombre a lo vivido y verificamos su autenticidad. Este es nuestro principio pedagógico fundamental. Asegura que nuestra vida esté siempre bajo escrutinio. La vida, después de todo, es el origen de todo conocimiento vivencial del Padre. No queremos perder el tiempo con teorías sin referencias vivenciales. Y verificamos la autenticidad de nuestra vida al contrastarla con la fe de Jesús, la fe escatológica.
  • Rectificamos y potencializamos lo vivido según las dimensiones escatológicas. Como una ayuda para la captación de nuestra realidad vivencial, usamos conceptos extraídos de nuestra vida de misión como CAF (Dimensiones escatológicas) para mejor nombrar la realidad definitiva, escatológica, que fluye en nuestra misión. La rectificación y potencialización siempre deben ser desde la vida de misión, para la vida de misión, cada vez con más autenticidad y profundidad.
  • Seguimos el paso del Espíritu al instrumentalizar lo que hay que rectificar o potencializar. El Espíritu muestra por dónde debe ir la instrumentalización hacia una mayor eficacia evangélica en los servicios que surgen en la CAF. La instrumentalización debe prepararnos para ser mejores auxiliares del Señor en los servicios que brotan en la vida de misión de la CAF. La instrumentalización desde los servicios incluye, por supuesto, otra instrumentalización más básica que necesitamos a nivel interno para mantenernos y crecer en la fe y vida de Jesús.
  • Nuestro carisma personal encauza la instrumentalización personal. Cada miembro de la CAF debe buscar con la ayuda de sus hermanos los instrumentos necesarios para mejor desarrollarse en la vida de misión. Estos instrumentos pueden vislumbrarse al descubrir cada uno de nosotros su carisma fundante y servicial en la vida de misión de la CAF. En algunos aspectos habrá semejanza entre nosotros, en otros, habrá variaciones. Tenemos que descubrir nuestros carismas y potenciarlos.
  • Los estudios están en función de nuestro carisma personal: La CAF propondrá a sus miembros estudios serios, sistemáticos, que fluyen de las exigencias de la vida de misión de la CAF y confluyen en una mayor eficacia evangélica en la misión. Estos estudios deben personalizarse de manera que el carisma personal de cada uno sea potenciado. Vale recordar que los estudios serios y sistemáticos se acogen con gusto vital desde la intencionalidad de vivenciar al Padre dando cumplimiento a su designio para nosotros; este designio del Padre en gran parte se expresa en nuestro carisma personal. Hasta aquí el desarrollo de la reflexión sobre nuestra Praxis de misión. Para terminar esta dimensión, caigamos en la cuenta que el contexto formativo de Pueblo Santo que hemos descrito con anterioridad en cinco puntos contiene lo fundamental para crecer en vivenciar al Padre. Ese proceso formativo en lo escatológico, no es algo que nosotros ideamos. Más bien es algo que nos es dado al asemejar nuestras vidas a la de Jesús. Formarnos en lo escatológico exige un entrar de lleno en esas cinco vivencias o procesos formativos y purificar nuestra intencionalidad según la de Jesús. Nuestra CAF va a buen paso, Dios mediante.

martes, 22 de julio de 2008

FALSAS CLAVES DE INTERPRETACIÓN PARA UN DISCERNIMIENTO



FALSAS CLAVES DE INTERPRETACIÓN PARA UN DISCERNIMIENTO
(Expuesto el 12 de febrero de 1992)


IDOLATRÍAS INDIRECTAS – RESISTENCIAS

1 - Rebeldía contra la fe.
Resistencias
: Si no veo, no camino.

No quiero vivir en oscuridad (actitud del corazón). Tú tienes que ver lo que se presenta.
Lo pasas por este colador. Si no veo no camino, pero por más discernimiento que hagas no vas a encontrar el querer de Dios. Es clave incorrecta porque pasa por la idolatría y no nos deja ver lo que Dios quiere. Así no puede haber discernimiento. Esto nos pasa en algunos momentos en la comunidad; hay que estar conscientes de estas cosas para poder ver la falsa clave de discernimiento que estamos utilizando.

2- Autodeterminación.
Resistencias:
Si no controlo, no camino.

Autodeterminación del sentido de mi vida. No quiero que nadie me lo dé, yo controlo mi vida. Una realidad que no puedo controlar, tiende a pararme. Si lo miras, ves claramente que es idolatría, aquí no hay fachada de fe. Para personas que ya tienen recorrido y captan la exigencia de Dios en la peregrinación, esto no es bueno, paraliza la acción de Dios.

3- Lejanía de Dios.
Resistencias: Como no lo conozco, me reservo mi corazón y mi libertad.

Poca intimidad con Dios. Tengo un sentir interior que yo no soy íntimo de Dios. Él me es lejano. Puede afectar mi vida. Cómo le voy a dar a alguien, que no conozco, que me es lejano, mi corazón y mi libertad. Tú no estás abierto a lo que Dios dice sobre su cercanía a vos. Estás cerrado a Dios. Nosotros hemos pasado por esto.

4- Idiosincrasias personales.
Resistencias:
Como soy especial, marco mi propio camino.

Mi laya, lo personal de cada uno. Algunos la tenemos muy marcada. Te resistes al Espíritu  cuando Dios te presenta algo que sale de tu forma de ser; fuerzas a Dios a que se encasille en lo tuyo. Nadie tiene un camino propio. Por acá hemos pasado.

5- Temor al Fracaso.
Resistencias
: Busco mi seguridad, no me arriesgo, porque mi estima personal depende del sentir de los demás y poco del sentir de Dios hacia mí.

No me gusta el fracaso, por dentro temo, y si huelo que puedo fracasar me resisto porque no quiero que me pase eso. Entonces busco mi seguridad, no me arriesgo porque está en juego mi estima personal. Actúo con cautela, no quiero meter la pata, porque si fracaso, ¿qué va a decir la gente? Pero lo que Dios piensa de vos está por dentro, no está a flor de piel, y no lo usas para sostenerte. Si el parecer de Dios sobre ti no es tu roca y la fuente de tu autoestima, siempre vas a temer arriesgarte. No puedes permitir que el temor al fracaso te trabaje por dentro.

6-Tendencias afectivas desordenadas.
Resistencias:
Intento meter el querer de Dios por donde va mi querer para satisfacer mi afectividad desordenada.

Tendencias afectivas desordenadas. Todos sabemos qué es esto. Yo tengo apegos afectivos porque necesito sentir que se me valora, que se me quiere, y esta persona me lo da, dependo mucho de esta persona. Mas sólo Dios me puede mantener en pie y no las personas. Acá, mi afectividad desordenada es lo que marca mi querer. Es el segundo binario: intento hacer que Dios se meta en lo que yo quiero; para el discernimiento, es una clave desordenada y sobre todo en nuestra comunidad, que hay mucha intimidad, puede ser una gran traba en mi peregrinación en la fe. Buscar quien te compense afectivamente no tiene nada de amor gratuito.

7- Interpretación selectiva (experiencia limitada).
Resistencias: Intento dar sentido al acontecer desde mi experiencia limitada y por ahí quiero meter a Dios.

Tiene mucho que ver con mi experiencia. Si tengo poco recorrido en el camino de seguir a Jesús, tendré poca gama de interpretación de la realidad. Un niño no puede captar cosas complejas porque su gama de experiencias es pequeña todavía (por ejemplo: puede deducir que su padre y su madre no se quieren porque los ve discutir en alguna ocasión). Igual nos pasa en el seguimiento de Jesús: te puede faltar experiencia para entender. Por ejemplo, Dios no me quiere porque permite que sufra en la vida. Sí, Dios te quiere a pesar de eso. Personalmente somos limitados, sin embargo en la comunidad hay suficiente riqueza para captar la gama de exigencias de Dios. Pero no me fío de la comunidad y hago una interpretación relativa desde mi corta experiencia. Concluyo: esto es lo que Dios nos quiere decir; no, eso es lo que vos ves.

IDOLATRÍAS SUTILES, RESISTENCIAS

Estas son más difíciles de detectar. Se meten sin uno darse cuenta. Las idolatrías siguen dando resistencias al querer de Dios.

            1- Utopías: Las veo como criterio de verificación. Pero no son válidas para captar la aporía divina. Aporía = sin salida. El Reino es una utopía divina. Hay otras utopías, que siendo buenas, no proceden del Evangelio, pero queremos que Dios pase por ellas. Como las utopías son atractivas y seductoras resulta difícil decir que esto no es de Dios si de alguna manera encaja en ellas. Toda utopía es peligrosa si la usas como criterio de verificación.
Aporía: Dios es especialista en esto: “Abraham, sacrifícame a tu hijo”. En la aporía no hay salida desde la lógica humana; la aporía es un sin-sentido.
Resolver un sin-salida, un sin-sentido desde mí, es idolatría, no entiendo, por lo tanto rechazo la aporía como camino de fe. El martirio es otra aporía. Hay cosas que no tienen salida desde nosotros. Nosotros tenemos espíritu, y en verdad somos incapaces de entender todo lo que acontece en lo más íntimo de nuestro espíritu. Jesús y la cruz: “Padre, no entiendo pero me fío”. La fe resuelve las aporías. La utopía limita a Dios. Desde tu razón pones la utopía: la comunidad cristiana debe ser una comunidad de hermanos y hermanas. Por lo tanto, si no capto la fraternidad en la comunidad me retiro pues no vale la pena perder mi tiempo en lo que no veo futuro. La comunidad fraterna es una utopía desde Jesús; no vivimos en su plenitud la hermandad en el Señor, pero seguimos en la carrera para alcanzar la meta.

2-Racionalidad. La lógica como criterio de verificación. No camino desde lo ilógico o lo poco entendible. Pero Dios sí camina por ahí. Yo quiero que las cosas pasen por lo razonable. Un cristianismo racional no vale para nada. No podemos poner todo en su lugar desde nuestra razón.

3- Sentido común. Mi caminar va coloreado por aquello que tiene sentido común: es obvio que tiene que ser así. No capto lo que en el actuar de Dios salta el sentir común humano. Mantengo que la voluntad de Dios debe de estar coloreada por el sentido común. Segundo binario, forzando a Dios. Pero Dios se salta el sentido común y actúa a su manera. Es una idolatría sutil.
  •   Para vivir en pobreza evangélica, vive de tu trabajo, no de la dependencia radical en la providencia del Padre.
  •   Las comunidades religiosas de diferentes sexos no pueden formar una Comunidad Apostólica Formadora.
La experiencia humana dice lo que es bueno, lo que anda; esto ayuda, pero a veces Dios se puede saltar eso…. No siempre el querer de Dios va por ahí. No puedes encasillarlo, si lo haces puedes que te cierres a lo que Dios quiere.

4- Prudencia. Mi camino está salpicado de "peros” y “cuidados” que frenan a Dios. No absolutices la prudencia. Pecado de los superiores: muchas veces quieren actuar como si todo el peso de la institución lo llevaran encima. No siempre Dios te va a pedir lo que está marcadito, a veces te pedirá cosas con "peros" y "cuidados”.

5- Emotividad.
  •  Mis sentimientos nobles encauzan mi actuar. Esto no encauza el querer de Dios necesariamente. Sentimientos nobles, compasión. Pongo la emotividad como algo por donde Dios tiene que pasar, por mi emotividad. Dicen algunos, ¿cómo voy a abandonar a esta gente que piden los sacramentos? Mi compasión no me permite hacer eso. No salen de su pastoral sacramentalista. La compasión se ha vuelto idólatra, desde ella juzgo el querer de Dios. Para trabajar en CEB´s, tienes que saltar la compasión desde el hombre, tienes que trabajar para un futuro dejando a la gente que no sigue esto. Jesús no era compasivo a la manera humana, sino a la manera del Padre. No puedes meter a Dios por tus sentimientos nobles, no los absolutices como la última palabra. 
  • Tampoco absolutices tu sensibilidad como criterio de aquello por lo que vale la pena jugarse la vida. Si vives así, vivirás en un sube y baja de tu compromiso con tu Señor. Por tanto, en la consolación así como en la desolación tiene que prevalecer tu entrega incondicional a la persona y al seguimiento de Jesús. Si esto no acontece tu discernimiento no es fruto de la escucha al Espíritu, es fruto de una sensibilidad no sometida a la fe – idolatría solapada.


6- Adueñamiento del campo de la responsabilidad personal. Trae como consecuencia preocupación, miedo, falta de libertad interior para mi actuar (la responsabilidad siempre excede mi capacidad). Yo soy responsable por mi comunidad y si ella está mal, yo estoy por los suelos. Dios, siempre, siempre, te da una responsabilidad que excede tu capacidad para que necesites de Él y vivas colgado de Él por la fe. Hay que entregarle a Dios la tarea; suya es; nosotros solamente colaboramos con el Señor en su obrar en y con nosotros.

FE RADICAL – CONSECUENCIAS.

Fe radical:
1-Acojo la posibilidad de un descalabro de:
  • esquemas adquiridos
  • proyectos discernidos
  • criterios probados
  • estructuras establecidas
  • procesos vividos
  • y acoges la posibilidad de su constante evolución.
Consecuencias:
1- Un único proyecto: Jesús, en cuanto vive y actúa por su Espíritu en nosotros y el mundo.

Fe radical:
2- Acojo esquemas, proyectos, criterios, estructuras, procesos como auxiliares en el seguimiento de Jesús, mas nunca como absolutos. Todo eso me puede ayudar a caminar como seguidor de Jesús. El hombre no puede vivir sin ellos, pero no los absolutices. Si me aferro a ellos, me atranco y no dejo que actúe el Espíritu; pueden cambiar, venirse abajo sin que yo desfallezca en el seguimiento de mi Señor.

Consecuencias:
2- Hay que captar el develamiento del Espíritu del Señor para recrear al mismo Jesús en nosotros.

Fe radical:
3-Único Absoluto y la única persona de mi adhesión incondicional: Jesús. Él no cambia, no evoluciona, no se viene abajo. Mi meta: la persona a la que sigo, Jesús. Todo lo demás se transforma en idolatría si se absolutiza.

Consecuencias:
3- Exige una apertura al designio de Dios, sabio, amoroso, insondable; el caminar es en fe radical. Por lo tanto, nuestras seguridades son desmontadas.


¿Cual es el criterio para juzgar la realidad?

Jesús no es criterio, es persona, no se halla en ningún libro; lo encuentro en mi vida, vive en mí y yo en Él.

Consecuencias: La vivencia de Jesús es la que tiene que ir en crecimiento.

Proyecto: Ser semejante a Jesús, que Jesús viva en mí, me rija y rija este mundo en todas sus particularidades. A la gente no le gusta este proyecto porque no se puede tocar. Para los sabios y entendidos es locura. Para hacer esto hay que captar el develamiento del Espíritu del Señor. Hay que estar muy atento a esto. Es la clave para caminar en este proyecto; si no entiendo y necesito entender para caminar con este proyecto, dejo pasar la iniciativa de Dios, se te escapó el soplo del Espíritu y perdiste tu momento de crecimiento.

¿Qué actuar procede de la fe radical?

Si acogemos en nuestro interior los caminos del Señor y no nos sorprendemos cuando ocurren, eso es fe radical. Actuar: fruto de un discernimiento correcto – que Jesús sea y viva y se exprese cada vez más en nosotros, en este mundo. Esto se hace en el Espíritu del Señor, con sensibilidad espiritual a los signos; el Padre recrea a Jesús en nosotros para que vivamos lo que Jesús vivía, optemos por lo que Jesús optó, todo esto tiene su centro en el corazón, en lo más íntimo nuestro. El designio de Dios es amoroso, insondable, no lo voy a entender, lo acojo en "fe radical” porque me rebasa.

domingo, 20 de julio de 2008

REFLEXIÓN SOBRE LA PRAXIS

REFLEXIÓN SOBRE LA PRAXIS: Proceso Formativo ODN.
Santa María. 1976- 1991

(Encuentro de Formadoras, desde el 13 al 19 de enero de 1992)

1- Camino de Emaús: Lc. 24,13-35

PRAXIS

  • Comunidad Apostólica Formadora: Los dos discípulos de Emaús vivían en una CAF siguiendo a Jesús, el camino al Padre. El Espíritu de Jesús es el que les forma.
  • Fe: La fe de los discípulos es floja. Tambalea en la crisis, ante la muerte de Jesús, se desaniman y deciden dar marcha atrás en el seguimiento radical de Jesús.
  • Realidad: Les pide que expongan lo acontecido: crucifixión y muerte de Jesús.
    La fe de los discípulos no es capaz de dar sentido a la muerte de Jesús. Cuentan al Señor su decepción: “Nosotros esperábamos creyendo que El era el que nos iba a liberar… pero
  • Actuar: Escapar de la cruz. El seguimiento radical es muy duro, no se entiende y vuelven a Emaús.

REFLEXIÓN DE JESÚS CON SUS DISCÍPULOS

Verifica si su praxis es autentica al confrontar su fe con la de Jesús. Les dice: “¿No anunciaron los profetas…?”. Acogen esa confrontación.
Rectifica la poca fe de ellos por medio de un estudio bíblico, histórico, y cristológico, que les lleva a profundizar y crecer en la fe autentica, la que da sentido al designio definitivo de Dios para la salvación del hombre.
Pero no sólo ha de recibir iluminación el hombre para su conversión, necesita que sea vivencial; Jesús tiene una comida fraterna con ellos como signo de acogida y perdón. Ellos son dóciles, despiertan y renuevan su opción definitiva. El Señor los rehabilitó.

2. Camino de Santa María:


PRAXIS

  • Comunidad en dispersión: ‘76-‘86. Asunción-Sta. María.
  • Fe: Seguimiento a Jesús pobre.
  • Realidad: Responder a las necesidades de nuestros hermanos pobres y a las jóvenes que se nos acercan.
  • Actuar: A los 10 años, ni nuestro caminar ni nuestro proceso de formación nos satisfacía. La misión no integrada desde una comunidad apostólica no ayudaba a cuajar a las vocaciones a pesar de que poníamos el énfasis en las tres dimensiones que marca la ODN. - persona, comunidad, misión.
  • REFLEXIÓN
    (‘86-‘87) Comienza un proceso de búsqueda con discernimiento, acompañado por nuestros superiores (Equipo General, Provincial de los SJ, y Obispo de la diócesis) Sintiendo un empujón interior muy fuerte que nos lleva a un sentir común en el Señor como comunidad.

NUEVO ACTUAR

PRAXIS

  • Comunidad Apostólica: Todas en Santa María.
  • Fe: Seguimiento radical a Jesús, un discernimiento desde una conversión personal y comunitaria desde una inculturación en CA (5 puntos de este proyecto)
  • Realidad: Vamos intuyendo una comunidad apostólica como el contexto idóneo que forma desde una metodología concreta "transmitir vivencia" y donde la joven va vivenciando lo que es ser ODN y su carisma, integrando persona- comunidad- misión. Con espacios de interiorización, EE. EE., evaluaciones, reflexiones donde se nombra y explícita lo específico ODN. El intentar vivir este nuevo modelo cuestionaba en lo profundo las estructuras tradicionales de formación y ante la propuesta de un noviciado aparte, sentimos la necesidad de una nueva búsqueda desde el Señor. Esta realidad nos lleva a un Nuevo actuar.
  • Actuar: Desintegrador: "Vino nuevo en odres viejos".

REFLEXIÓN: (88-90)
Verificación:
Contrastando con la fe de Jesús sentimos la exigencia de una mayor coherencia en la vivencia de los 5 puntos.
Rectificación: Por medio de la iluminación vivencial a través de
semanas de interiorización

  • EE.EE
  • Evaluaciones
  • Encuentros ODN periódicos etc.
    Vamos descubriendo la exigencia de una mayor corresponsabilidad en la formación poniendo el énfasis en el proceso formativo personalizado desde la CAF. Esto nos lleva a un nuevo actuar.

NUEVO ACTUAR (1990-1991)
Nuestra comunidad apostólica es formadora en sí desde un proceso integrador con una metodología en constante reflexión sobre la praxis.

La relectura de nuestra historia de fe personal y comunitaria nos define con estas características vivenciales:

  • Nuestra intencionalidad de vivir en seguimiento radical de Jesús en comunidad que conlleva una opción e inculturación entre los pobres y un asumir el rechazo y humillación por la fidelidad a lo que el Espíritu nos muestra.
  • Llamado a la santidad como persona y como pueblo. Dios nos conduce como persona, como CAF y como comunidad cristiana. Somos pertenencia suya.
  • Mantenernos en un proceso de conversión personal y comunitaria a la fe radical, teniendo los Ejercicios Espirituales como centro de este proceso.
  • Vivimos la misión desde la fe radical. La oscuridad que acompaña nuestro caminar, nuestro único apoyo es la fe en el Señor que es fiel y no nos abandona.
  • Vivimos en espíritu de discernimiento constante personal y comunitario asumiendo que Dios se muestra y nos da su luz cuando y como El quiere.
  • Vivencia de la justicia y la hermandad en la CAF y su proyección en las comunidades cristianas.
  • Nuestra misión es generar y transmitir vivencias en el Señor. Esto se realiza hacia dentro y hacia fuera de la CAF. Formamos y acompañamos en su crecimiento a comunidades apostólicas laicales multiplicadoras de su vivencia.
  • Primero vivimos, después damos nombre a nuestras vivencias, creando así maneras de vida religiosa más autenticas y abrimos caminos en la formación.
  • Caminamos juntos con nuestros superiores.
  • La CAF es el contexto básico para formarnos en el seguimiento radical de Jesús.
  • Experimentamos admiración y gratitud al recordar las maravillas que Dios obra en nosotros, miembros de su Pueblo Santo.
  • Todo este proceso nos lleva a sentir la necesidad de una Escuela de Formación que nos potencie y capacite en el seguimiento radical de Jesús desde la vivencia de los 5 puntos de nuestro proyecto.


jueves, 17 de julio de 2008

VERIFICAR LA HISTORIA DE FE DE LA CAF...

VERIFICAR LA HISTORIA DE FE DE LA CAF CON LAS DIMENSIONES
VIVENCIALES DE LA ESCUELA ESCATOLOGICA

(No figura el lugar dónde se ha dado, fue entre el 1 y 2 de Noviembre de 1991)

HISTORIA DE FE CAF
Primera Etapa: de mayo de 1986 a febrero de 1988

Formación Escatológica.
Todavía no hay toma de conciencia, pero la semilla sí se dio. Etapa de compartir la fe que se tenía en un proceso de clarificación. Se acogió el envío del Padre a pesar de las luces y sombras de la CAF. Un empezar el proceso de capacitarnos para acoger, vivenciar, lo definitivo.

Maestro de Formación.
El Espíritu trabaja en lo oculto. Replantear el sentido de misión. Se trata de algo nuevo. Trabajar a pesar de dificultades donde se acentúa el aspecto de resistencia. Se experimenta una conversión a base de crisis fuertes. Estamos ahora comenzando a ser dóciles al Señor.

Profetismo Escatológico.
Al principio la CA no lo tenía. Es necesario madurar para ser profeta escatológico. Al principio la vivencia se da por objetivación. Por ejemplo, que Dios me ama; después viene la experiencia del Espíritu sin objetivaciones. No es hacer las cosas que le agradan al Padre (1ª Etapa) es dejar que el Padre haga en mí.

Desvelamiento del Espíritu.
Lo hubo a los 10 años de la fundación 0DN. Se da a retazos, a rachas, no es algo constante. No se asumía de lleno y fácilmente. Hubo develamiento pero no con las características de madurez.

Conversión Escatológica.
Hubo experiencia de conversión en donde lo fundamental se dio en Ejercicios Espirituales; dejar lo viejo. Conversión en proceso.
Conversión: nacer de nuevo.
  • en el inicio: hacerse semejante a Jesús
  • en la madurez: que Jesús viva en mí

Inculturación.
La comunidad va asumiendo los valores del pobre optando por el campesinado. Se elige el contexto de pobreza evangélica: la cultura campesina (transformar valores no evangélicos) En cuanto a la construcción de la cultura escatológica, no se da, pero si se pone el cimiento que es el Pueblo Santo en marcha que elige ser pobre en seguimiento de Jesús. Es el mismo Pueblo Santo - las Comunidades Cristianas que deben crear la cultura escatológica.

Comunidad Aposstólica.
Al principio costó la integración: Jesuitas y Compañía de María porque era nuevo el trabajo parroquial. El paso de equipo a CA fue progresivo, el decidir y compartir vida. Hasta llegar a una corresponsabilidad.

Discernimiento.
Hubo. La comunidad interesada, a la escucha. Se ponía medios para encontrar la voluntad de Dios. El sufrimiento provocaba búsqueda en el proceso. Proceso expuesto a muchos engaños por falta de fe radical, se recurre a la lógica y esto nos engaña sutilmente.

Seguimiento Radical de Jesús.
Es el motor, el paso para vivir el proyecto. El seguimiento de Jesús se dio viviendo el proyecto. La radicalidad es progresiva.

Reflexión sobre la Praxis.
Había un análisis social coloreado de reflexión teológica. No había praxis comunitaria, las cosas se hablaban. Era el germen de La reflexión sobre la praxis.

HISTORIA DE FE CAF
Segunda etapa: de febrero de 1988 a enero de 1991.

Formación Escatológica.
Hay más conciencia de que nuestra formación es desde la misión. Está más explícita la vivencia del Padre y el anuncio a los demás. Una apropiación de la exigencia de transmitir vivencia. Hubo estancamiento, crisis, que ayuda a acoger con mayor profundidad el proyecto del Padre. No se vivía plenamente pero hubo pasos en la fe radical.

Maestro de Formación.
Altibajos en el dejarse conducir, resistencias; lo que a nivel personal se ha vivido se proyecta a nivel comunitario. Tiempo de aprendizaje para la comunidad de que el Espíritu sea el protagonista.

Profetismo Escatológico.
Toma de conciencia de la necesidad de asumir comunitariamente las exigencias del Espíritu y de que el Padre actúe en nosotros, vivenciar al Padre, esa es la misión encomendada a la CA. Alegría de poder nombrar la experiencia incipiente de la irrupción del Espíritu (1988, crisis; 1989, decaimiento y en el 1990, superamos).

Desvelamiento del Espíritu.
En esta etapa hubo muchos momentos de captar y asumir el develamiento del Espíritu, momento de lanzamiento de las comunidades cristianas; los momentos de interiorización en San Juan dan crecimiento al profundizar la formación. Mucha resistencia en acoger lo que el Espíritu iba mostrando por falta de escucha y docilidad. Prevalecen mucho las razones y criterios propios.

Conversión Escatológica.
Es una etapa fuerte de la vivencia del proceso de conversión personal y comunitaria marcada por los EE.EE. del año 1988. Hay un deseo consciente de que Jesús sea el centro de nuestra vida comunitaria, por eso es que nuestras vidas en muchos aspectos era incoherente; muchas crisis y resistencias aunque la opción estaba clara; faltaba conversión. Muchas de nuestras acciones salían de nosotros mismos, hacia falta un renacer de nuevo. En las estructuras se da un proceso claro de conversión para que vayan siendo cada vez más estructuras escatológicas.

Inculturación.
Está implícita la cultura evangélica, está en germen. El Pueblo Santo está en camino. No hay conciencia clara explícita, pero se da en el proceso de crecimiento. Hay una opción de pobreza como comunidad apostólica y como pequeño rebaño (C.C.) Empezamos a evangelizar la cultura desde la vivencia de las C.C.

Comunidad Apostólica.
Crecimiento con crisis, Pertenencia progresiva, lenta, larga y dolorosa. La espiritualidad ignaciana es más explicitada; se potencian los miembros a través de los Ejercicios Espirituales en comunidad. Se asumen exigencias comunes en la CAF y en las CAF zonales. En cuanto a los carismas fundantes de las dos congregaciones se ahondan a través de los Ejercicios Espirituales de Ignacio.

Discernimiento.
Tiempo de prepararnos, ensayo no autentico de discernimiento como CAF, libertad espiritual, indiferencia, oración comunitaria se hallaban en proceso. Deseos de escuchar al Espíritu. Falta conversión a la docilidad al Espíritu. Las claves falsas llegan al extremo: gustos, razonamientos, no traían nada constructivo. La clave de la fe radical se asumía. Acompañamiento de la diócesis en constante discernimiento.

Seguimiento Radical de Jesús.
Progresiva clarificación y asumir la CA lo que es el seguimiento radical de Jesús y dárselo a las comunidades cristianas a través de la conversión; mostrar el amor del Padre y no el nuestro. Nuestra misión va siendo cada vez más a la manera de Jesús y un mayor conocimiento de la persona del Señor.

Reflexión sobre la Praxis.
Iniciados en el proceso de reflexión sobre la praxis no desde mi fe, sino desde la fe de Jesús. Empezamos a caminar con esta metodología tanto en la CA como en las comunidades cristianas sin agarrar su ritmo en cuanto a la hondura de esta metodología.