martes, 22 de julio de 2008

FALSAS CLAVES DE INTERPRETACIÓN PARA UN DISCERNIMIENTO



FALSAS CLAVES DE INTERPRETACIÓN PARA UN DISCERNIMIENTO
(Expuesto el 12 de febrero de 1992)


IDOLATRÍAS INDIRECTAS – RESISTENCIAS

1 - Rebeldía contra la fe.
Resistencias
: Si no veo, no camino.

No quiero vivir en oscuridad (actitud del corazón). Tú tienes que ver lo que se presenta.
Lo pasas por este colador. Si no veo no camino, pero por más discernimiento que hagas no vas a encontrar el querer de Dios. Es clave incorrecta porque pasa por la idolatría y no nos deja ver lo que Dios quiere. Así no puede haber discernimiento. Esto nos pasa en algunos momentos en la comunidad; hay que estar conscientes de estas cosas para poder ver la falsa clave de discernimiento que estamos utilizando.

2- Autodeterminación.
Resistencias:
Si no controlo, no camino.

Autodeterminación del sentido de mi vida. No quiero que nadie me lo dé, yo controlo mi vida. Una realidad que no puedo controlar, tiende a pararme. Si lo miras, ves claramente que es idolatría, aquí no hay fachada de fe. Para personas que ya tienen recorrido y captan la exigencia de Dios en la peregrinación, esto no es bueno, paraliza la acción de Dios.

3- Lejanía de Dios.
Resistencias: Como no lo conozco, me reservo mi corazón y mi libertad.

Poca intimidad con Dios. Tengo un sentir interior que yo no soy íntimo de Dios. Él me es lejano. Puede afectar mi vida. Cómo le voy a dar a alguien, que no conozco, que me es lejano, mi corazón y mi libertad. Tú no estás abierto a lo que Dios dice sobre su cercanía a vos. Estás cerrado a Dios. Nosotros hemos pasado por esto.

4- Idiosincrasias personales.
Resistencias:
Como soy especial, marco mi propio camino.

Mi laya, lo personal de cada uno. Algunos la tenemos muy marcada. Te resistes al Espíritu  cuando Dios te presenta algo que sale de tu forma de ser; fuerzas a Dios a que se encasille en lo tuyo. Nadie tiene un camino propio. Por acá hemos pasado.

5- Temor al Fracaso.
Resistencias
: Busco mi seguridad, no me arriesgo, porque mi estima personal depende del sentir de los demás y poco del sentir de Dios hacia mí.

No me gusta el fracaso, por dentro temo, y si huelo que puedo fracasar me resisto porque no quiero que me pase eso. Entonces busco mi seguridad, no me arriesgo porque está en juego mi estima personal. Actúo con cautela, no quiero meter la pata, porque si fracaso, ¿qué va a decir la gente? Pero lo que Dios piensa de vos está por dentro, no está a flor de piel, y no lo usas para sostenerte. Si el parecer de Dios sobre ti no es tu roca y la fuente de tu autoestima, siempre vas a temer arriesgarte. No puedes permitir que el temor al fracaso te trabaje por dentro.

6-Tendencias afectivas desordenadas.
Resistencias:
Intento meter el querer de Dios por donde va mi querer para satisfacer mi afectividad desordenada.

Tendencias afectivas desordenadas. Todos sabemos qué es esto. Yo tengo apegos afectivos porque necesito sentir que se me valora, que se me quiere, y esta persona me lo da, dependo mucho de esta persona. Mas sólo Dios me puede mantener en pie y no las personas. Acá, mi afectividad desordenada es lo que marca mi querer. Es el segundo binario: intento hacer que Dios se meta en lo que yo quiero; para el discernimiento, es una clave desordenada y sobre todo en nuestra comunidad, que hay mucha intimidad, puede ser una gran traba en mi peregrinación en la fe. Buscar quien te compense afectivamente no tiene nada de amor gratuito.

7- Interpretación selectiva (experiencia limitada).
Resistencias: Intento dar sentido al acontecer desde mi experiencia limitada y por ahí quiero meter a Dios.

Tiene mucho que ver con mi experiencia. Si tengo poco recorrido en el camino de seguir a Jesús, tendré poca gama de interpretación de la realidad. Un niño no puede captar cosas complejas porque su gama de experiencias es pequeña todavía (por ejemplo: puede deducir que su padre y su madre no se quieren porque los ve discutir en alguna ocasión). Igual nos pasa en el seguimiento de Jesús: te puede faltar experiencia para entender. Por ejemplo, Dios no me quiere porque permite que sufra en la vida. Sí, Dios te quiere a pesar de eso. Personalmente somos limitados, sin embargo en la comunidad hay suficiente riqueza para captar la gama de exigencias de Dios. Pero no me fío de la comunidad y hago una interpretación relativa desde mi corta experiencia. Concluyo: esto es lo que Dios nos quiere decir; no, eso es lo que vos ves.

IDOLATRÍAS SUTILES, RESISTENCIAS

Estas son más difíciles de detectar. Se meten sin uno darse cuenta. Las idolatrías siguen dando resistencias al querer de Dios.

            1- Utopías: Las veo como criterio de verificación. Pero no son válidas para captar la aporía divina. Aporía = sin salida. El Reino es una utopía divina. Hay otras utopías, que siendo buenas, no proceden del Evangelio, pero queremos que Dios pase por ellas. Como las utopías son atractivas y seductoras resulta difícil decir que esto no es de Dios si de alguna manera encaja en ellas. Toda utopía es peligrosa si la usas como criterio de verificación.
Aporía: Dios es especialista en esto: “Abraham, sacrifícame a tu hijo”. En la aporía no hay salida desde la lógica humana; la aporía es un sin-sentido.
Resolver un sin-salida, un sin-sentido desde mí, es idolatría, no entiendo, por lo tanto rechazo la aporía como camino de fe. El martirio es otra aporía. Hay cosas que no tienen salida desde nosotros. Nosotros tenemos espíritu, y en verdad somos incapaces de entender todo lo que acontece en lo más íntimo de nuestro espíritu. Jesús y la cruz: “Padre, no entiendo pero me fío”. La fe resuelve las aporías. La utopía limita a Dios. Desde tu razón pones la utopía: la comunidad cristiana debe ser una comunidad de hermanos y hermanas. Por lo tanto, si no capto la fraternidad en la comunidad me retiro pues no vale la pena perder mi tiempo en lo que no veo futuro. La comunidad fraterna es una utopía desde Jesús; no vivimos en su plenitud la hermandad en el Señor, pero seguimos en la carrera para alcanzar la meta.

2-Racionalidad. La lógica como criterio de verificación. No camino desde lo ilógico o lo poco entendible. Pero Dios sí camina por ahí. Yo quiero que las cosas pasen por lo razonable. Un cristianismo racional no vale para nada. No podemos poner todo en su lugar desde nuestra razón.

3- Sentido común. Mi caminar va coloreado por aquello que tiene sentido común: es obvio que tiene que ser así. No capto lo que en el actuar de Dios salta el sentir común humano. Mantengo que la voluntad de Dios debe de estar coloreada por el sentido común. Segundo binario, forzando a Dios. Pero Dios se salta el sentido común y actúa a su manera. Es una idolatría sutil.
  •   Para vivir en pobreza evangélica, vive de tu trabajo, no de la dependencia radical en la providencia del Padre.
  •   Las comunidades religiosas de diferentes sexos no pueden formar una Comunidad Apostólica Formadora.
La experiencia humana dice lo que es bueno, lo que anda; esto ayuda, pero a veces Dios se puede saltar eso…. No siempre el querer de Dios va por ahí. No puedes encasillarlo, si lo haces puedes que te cierres a lo que Dios quiere.

4- Prudencia. Mi camino está salpicado de "peros” y “cuidados” que frenan a Dios. No absolutices la prudencia. Pecado de los superiores: muchas veces quieren actuar como si todo el peso de la institución lo llevaran encima. No siempre Dios te va a pedir lo que está marcadito, a veces te pedirá cosas con "peros" y "cuidados”.

5- Emotividad.
  •  Mis sentimientos nobles encauzan mi actuar. Esto no encauza el querer de Dios necesariamente. Sentimientos nobles, compasión. Pongo la emotividad como algo por donde Dios tiene que pasar, por mi emotividad. Dicen algunos, ¿cómo voy a abandonar a esta gente que piden los sacramentos? Mi compasión no me permite hacer eso. No salen de su pastoral sacramentalista. La compasión se ha vuelto idólatra, desde ella juzgo el querer de Dios. Para trabajar en CEB´s, tienes que saltar la compasión desde el hombre, tienes que trabajar para un futuro dejando a la gente que no sigue esto. Jesús no era compasivo a la manera humana, sino a la manera del Padre. No puedes meter a Dios por tus sentimientos nobles, no los absolutices como la última palabra. 
  • Tampoco absolutices tu sensibilidad como criterio de aquello por lo que vale la pena jugarse la vida. Si vives así, vivirás en un sube y baja de tu compromiso con tu Señor. Por tanto, en la consolación así como en la desolación tiene que prevalecer tu entrega incondicional a la persona y al seguimiento de Jesús. Si esto no acontece tu discernimiento no es fruto de la escucha al Espíritu, es fruto de una sensibilidad no sometida a la fe – idolatría solapada.


6- Adueñamiento del campo de la responsabilidad personal. Trae como consecuencia preocupación, miedo, falta de libertad interior para mi actuar (la responsabilidad siempre excede mi capacidad). Yo soy responsable por mi comunidad y si ella está mal, yo estoy por los suelos. Dios, siempre, siempre, te da una responsabilidad que excede tu capacidad para que necesites de Él y vivas colgado de Él por la fe. Hay que entregarle a Dios la tarea; suya es; nosotros solamente colaboramos con el Señor en su obrar en y con nosotros.

FE RADICAL – CONSECUENCIAS.

Fe radical:
1-Acojo la posibilidad de un descalabro de:
  • esquemas adquiridos
  • proyectos discernidos
  • criterios probados
  • estructuras establecidas
  • procesos vividos
  • y acoges la posibilidad de su constante evolución.
Consecuencias:
1- Un único proyecto: Jesús, en cuanto vive y actúa por su Espíritu en nosotros y el mundo.

Fe radical:
2- Acojo esquemas, proyectos, criterios, estructuras, procesos como auxiliares en el seguimiento de Jesús, mas nunca como absolutos. Todo eso me puede ayudar a caminar como seguidor de Jesús. El hombre no puede vivir sin ellos, pero no los absolutices. Si me aferro a ellos, me atranco y no dejo que actúe el Espíritu; pueden cambiar, venirse abajo sin que yo desfallezca en el seguimiento de mi Señor.

Consecuencias:
2- Hay que captar el develamiento del Espíritu del Señor para recrear al mismo Jesús en nosotros.

Fe radical:
3-Único Absoluto y la única persona de mi adhesión incondicional: Jesús. Él no cambia, no evoluciona, no se viene abajo. Mi meta: la persona a la que sigo, Jesús. Todo lo demás se transforma en idolatría si se absolutiza.

Consecuencias:
3- Exige una apertura al designio de Dios, sabio, amoroso, insondable; el caminar es en fe radical. Por lo tanto, nuestras seguridades son desmontadas.


¿Cual es el criterio para juzgar la realidad?

Jesús no es criterio, es persona, no se halla en ningún libro; lo encuentro en mi vida, vive en mí y yo en Él.

Consecuencias: La vivencia de Jesús es la que tiene que ir en crecimiento.

Proyecto: Ser semejante a Jesús, que Jesús viva en mí, me rija y rija este mundo en todas sus particularidades. A la gente no le gusta este proyecto porque no se puede tocar. Para los sabios y entendidos es locura. Para hacer esto hay que captar el develamiento del Espíritu del Señor. Hay que estar muy atento a esto. Es la clave para caminar en este proyecto; si no entiendo y necesito entender para caminar con este proyecto, dejo pasar la iniciativa de Dios, se te escapó el soplo del Espíritu y perdiste tu momento de crecimiento.

¿Qué actuar procede de la fe radical?

Si acogemos en nuestro interior los caminos del Señor y no nos sorprendemos cuando ocurren, eso es fe radical. Actuar: fruto de un discernimiento correcto – que Jesús sea y viva y se exprese cada vez más en nosotros, en este mundo. Esto se hace en el Espíritu del Señor, con sensibilidad espiritual a los signos; el Padre recrea a Jesús en nosotros para que vivamos lo que Jesús vivía, optemos por lo que Jesús optó, todo esto tiene su centro en el corazón, en lo más íntimo nuestro. El designio de Dios es amoroso, insondable, no lo voy a entender, lo acojo en "fe radical” porque me rebasa.

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