martes, 5 de agosto de 2008

PROCESO DE FORMACIÓN ESCATOLÓGICA

PROCESO DE FORMACIÓN ESCATOLÓGICA
DIMENSIÓN: MAESTRO DE FORMACIÓN
RASGOS PERSONALES DEFINITIVOS
(Dado en Santa María de fe el 15 de Junio de 1992)
Estos rasgos están presentes en el principio, medio y fin del proceso de formación escatológico; quedan a cargo del Maestro de Formación.

La realidad humana del presente va adquiriendo, más y más, los rasgos que la caracterizarán definitivamente. Esta obra va a cargo del Espíritu "Los rasgos que la caracterizan definitivamente… La unidad de análisis es la persona, no la comunidad, ni el mundo. Soy yo y lo que el Espíritu va realizando en mí. Esa característica no cambia en mí, sino que se hace más fuerte y la asumo con mayor conciencia. Esto es fruto del Espíritu no de mi esfuerzo. No es voluntarismo, es fruto de la docilidad al Espíritu.

Mucho de esto se consigue en los EE.EE. Tú sales así, el Espíritu te va dando esto. Pero hace falta ese clima de docilidad, escucha, ponerte en ese contexto privilegiado. Para esto los EE.EE, pero también se da en el día a día aunque en los EE.EE se da con mucha mayor fuerza por eso o chocas o te plenificas.

1. El Padre da Gloria a su Nombre en nosotros, es decir, el Padre manifiesta su presencia activa en nosotros (Jn 21,19). Todo tiende a esto como a su fin plenificante.
Dar gloria a su Nombre: vivenciar al Padre. Es el Padre que hace que su presencia sea activa en nosotros. Toda acción del Maestro de Formación tiende a potenciar esto, que el Padre pueda dar mayor gloria a su Nombre.

Mayor gloria de Dios es que el Padre se de a conocer en nosotros más fuerte, más auténtica y más profundamente. Cuando El se da así, estamos dando mayor gloria a Dios. Esto es muy evangélico porque es la finalidad de Jesús y de sus amigos más cercanos (Jn. 21,19).

Dar gloria a su Nombre. Que el Padre muestre su presencia activa en Pedro, que Pedro vivencie al Padre. Esto está muy relacionado con la cruz. La vivencia del Padre no se logra en esa manera más plena hasta que no acojamos de lleno la cruz de Jesús. Ahí da gloria a su Nombre.

Está muy relacionado con la muerte que Pedro iba a tener. ¿Sientes que el Espíritu tiende a llevarte por aquí? ¿Has sido consciente de esta intencionalidad del Espíritu?
¿Sientes esto? Esto es fundamental, el rasgo más fundamental, al que el Espíritu tiende con más fuerza.

2. La presencia activa del Padre en nosotros no descansa hasta lograr en sus hijos una intencionalidad semejante a la de Jesús, donde el designio manifiesto del Padre llega a ser nuestra propia vida llenándonos de gusto vital (Jn.12, 27-28).

Esta presencia activa del Padre busca que nuestra intencionalidad sea semejante a la de Jesús, era su propia vida, cumplir la voluntad del Padre. Estas dos cosas van muy unidas: el dar gloria a su Nombre va unido a ese gusto vital. El Padre no fuerza nada. Hasta que no sientas ese gusto estás frenando el proceso. Tiene que haber un proceso de conversión para que llegues a ese gusto: que el Padre haga en mí. Da plenificación profunda en que esto se logre aunque lo que implique sea cruz; la cruz no impide tu paz. El Padre va a expresarse plenamente en ti. La falta de docilidad y resistencias es lo que te quita la paz.

Jn12, 27-28: El actuar del Padre en Jesús es mostrar su presencia activa en el Hijo. El, sin eso, se muere. El que el Padre cumpla su designio en esta situación histórica es doloroso para Jesús. El pasa turbación porque su naturaleza se resiente, pero en lo profundo siente un gusto vital que le plenifica. Nadie pide algo que no le plenifique. Pide la cruz porque ahí el Padre se manifiesta. Es en la cruz donde en mayor grado tú das expresión de la fidelidad del Padre en ti. El Padre es fiel en ti si cumples su designio.

Ignacio pide humillaciones. No es eso, sino: “Que tú, Padre, des gloria a tu Nombre”. “Padre, dame la cruz porque ahí está tu Gloria”. Tenemos que reconocer que el gusto vital no está relacionado con las emociones. Es algo que el seguidor radical de Jesús puede hacer, el inmaduro, no. El Espíritu te lleva para que esto se vaya dando en ti. Es importante que vivenciar al Padre sea lo vital para ti, aunque sea la cruz. Pide la cruz para que El sea plenamente en ti. La cruz hay que verla en su aspecto positivo no negativo. Recibes cruz porque muestras la voluntad del Padre. Amor fiel a costa de todos los obstáculos. Dejar que el Padre se exprese realmente quien El es en medio de este mundo pecador.

Que por aquí vaya tu felicidad, tu gusto vital. Que el Padre de gloria a su Nombre, que llegue a ser nuestra intencionalidad, que enfoquemos todo por aquí.

3. La presencia activa del Padre en nosotros logra mayor expresión a mayor vivencia de fe radical (Jn.21, l8). Lo que se intenta decir es que logra mayor expresión en la medida de que nos dejamos conducir por el Espíritu, por lo que el Padre se expresa. Esa docilidad que te da la fe radical es un vivenciar al Padre. Mayor fe radical, mayor la expresión del Padre en ti.
Jn.21, 18: “Cuando eras joven..." cero en fe radical, te conduces, te expresas a ti mismo. Sin fe radical es imposible que el Padre se exprese. Esa es la característica de los apóstoles al comienzo. Cuando maduro, el Espíritu del Padre me va a llevar donde El quiera aunque no te guste; no te opones, no dificultas que el Padre se exprese en ti aunque llegue el momento de muerte, el momento crucial.

La relación de vivenciar al Padre y la fe radical: La fe radical es una capacidad tuya que te capacita, te hace completamente receptivo. No estás lleno de nada, estás vacío. Lo único que te llena es el querer del Padre. Si estás lleno de tus gustos, caprichos, si eso te conduce, el Padre no te puede conducir en tu persona. ¿Sienten que ustedes tienen esta fe radical? ¿Que sin ella el Padre no se puede expresar en ustedes? Todo esto se da como gracia en los EE.EE.

4. La fe radical adquiere profundidad en nosotros en la medida en que la cruz ("donde no quieres"), llega a ser parte de nuestra vivencia e intencionalidad (Jn 21, 18-19). Continúa la relación, fe radical, presencia activa del Padre, pero relacionada con otra vivencia: la cruz.

¿Como crecer en fe radical? Si a más fe radical, más expresión del Padre en nosotros, es asunto nuestro crecer en fe radical. No se da si no pasas por la vivencia de cruz. En la cruz has de negarte a ti mismo, decirte no a lo que te presentas o te presenta el mundo como salida de felicidad. Pero no, es la del Padre la única plenificante.

Es la locura de Ignacio. Si el Señor no nos da humillaciones, menosprecios, no crecemos en fe radical y sin fe radical, el Padre no se puede expresar en mí. Eso es algo que Pedro no entendía pero que entendió al final. La cruz es válida como poda y como seguimiento radical a Jesús. En ambos casos te lleva a un crecimiento en tu fe radical.

“Pero cuando llegues a viejo, otro te amarrará la cintura...” (Jn 21,18-19. Ahí Jesús relaciona la gloria del Padre con dejarse conducir por el Padre y la cruz. Las tres están relacionadas. Eso no se da hasta que llegas a viejo. Ya sé por dónde va la felicidad, va por la cruz. Es una percepción de felicidad que sólo el viejo tiene, el joven lo busca en la gratificación la felicidad. Eso pasa en los retiros, el Señor cambia tu sentido de felicidad, te lo pone en la cruz. Déjate conducir por el Padre, el único que conoce tu felicidad. Vivencia madura que el Señor suele dar en la experiencia del mes de EE.EE.

5. La identificación afectiva con Jesús pobre y humillado queda a cargo del Espíritu que gime en nuestro interior pidiendo por nosotros pobreza y humillaciones (Rom 8,26 y EE.EE. Nº 147). Sin esta identificación afectiva con el Maestro sufriente, la cruz se rechaza (Jn. l3, 38). Si te tienes que identificar, tu afectividad debes centrarla en Jesús pobre y humillado, ser uno con Jesús. La máxima expresión del Padre es Jesús pobre y humillado. Es mi esposo. Esto queda a cargo del Espíritu, el Espíritu pide esta identificación, quiero ser uno con Jesús pobre. Esto es importantísimo. Donde está tu identificación afectiva, está tu felicidad. Esto le pasó a Pedro: “Estás dispuesto a dar tu vida por mi...? le pregunta Jesús.

Tú no me lavarás los pies le dice Pedro,... otra vez le dice: “No Señor, pasarte a ti eso, jamás...”. “Tú sufrir eso, no...”. Tú no estás en mí pobre y humillado, Pedro. Pedro tiene su corazón en Jesús victorioso, afamado y poderoso y cuando no resultó eso, se viene abajo el pobre hombre. Eso nos pasa a nosotros cuando no hemos centrado el corazón en Jesús pobre y humillado, nos venimos abajo cuando llega la cruz. Esto es gracia. Es un revolcón fuerte. Hacia eso tiende el Espíritu como Maestro de Formación.

Rom.8, 26. Esto tiene que ver mucho con la misión: ¿Qué Jesús presentamos nosotros? Los animadores tienen que entrar por aquí. Ellos ahora están en mantenerse cueste lo que cueste.

6. La identificación afectiva con Jesús pobre y humillado en su misión es el cimiento de la fe radical que posibilita su crecimiento (Jn. 21,15-17).

Este es el vino mejor que llena la vasija vacía (Jn 2, 10). Es la identificación afectiva con Jesús, la identificación de amor. Mi amado es este Jesús pobre y humillado. Cuando tu amado es este Jesús pobre y humillado, tienes un cimiento firme para la fe radical. La lógica del amor te lleva a elegir lo que El elige, querer lo que El quiere. La fe ahí despega, ya no hay más resistencias.

Jn. 21,15-17 “¿Me amas más que éstos? Tu sabes que te quiero”. Aquí hay una relación de amor entre Jesús y Pedro, hay una relación estrecha entre el amor y la fe radical. El Jesús que le habla a Pedro, es el Jesús muerto y resucitado, es el mismo a quien él negó y ahora Pedro sabe qué es el amor. Tenemos que entender a Jesús, nosotros también. El les exige amor desde esta cruz que es la mayor expresión del amor del Padre. Y ahí te manda en misión. La identificación con el Jesús humillado y pobre es como el vino mejor con el que se llena la vasija de las bodas.

¿Como se sienten con esto? Este es el desposorio, el matrimonio. Podrás decir que estás desposada cuando digas sí a esta identificación con Jesús pobre y humillado.

7. El vaciamiento de idolatrías y la ordenación de la afectividad desordenada es también el cimiento de la fe radical, en este caso la condición necesaria para su posibilidad. Esta es la poda que el Padre promete a los suyos. (Jn, l5, 2). En los principiantes en el seguimiento radical de Jesús esto es cruz (Mt.26, 69-75). En los seguidores maduros del Señor la cruz causa gusto vital (Gal.6, 14).

¿No existe ya lo que impedía que la fe radical crezca. El agua gratifica tu afectividad, ese pozo tiene un dueño, se convierte en tu marido, tu idolatría es casarte con el. Tu dueño puedes ser tú mismo, otra persona, el último dueño eres tú mismo. Recibir honores del mundo, eso gratifica mi afectividad. ¿Con quien estoy casado? Con el mundo, tengo que actuar a su manera, el mundo me controla, dejo que sea así porque no puedo vivir sin esa agua, estoy a su servicio, mis valores son los del mundo, sin ellos no tengo honores que es lo que me llenas.
  • Te vacías de idolatrías, de los dueños que tienes, de la afectividad desordenada.
  • No beberé más agua de esa, ese pozo tiene un dueño que me va a esclavizar.
  • Tengo que ordenar mi afectividad, centrarla en Jesús pobre y humillado.

    ¿Qué me hace feliz? el agua que me da Jesús.
    ¿Quién es el dueño? Jesús pobre y humillado.
  • Vaciamiento de idolatrías.
  • Afectividad desordenada.

    Está en juego la regencia del corazón y quien manda en tu vida. Nuestra propia comunidad te ayuda en su proceso de vivenciar todo esto, el punto de arranque son los EE.EE.

Hay dos momentos de vivenciar esto toda la vida. Al principio la cruz para ti es el vaciamiento, la poda dolorosa. En la medida en que creces en el Espíritu, le tomas gusto a la poda. Tu gloria es la cruz como Pablo: "Estoy crucificado con Cristo...”. Le agarro gusto vital a la poda como a la cruz. El Padre no te violenta, no va en contra de tu libertad. Has de pedírselo. Al principiante se presenta la poda y la cruz como sufrimiento. Para el maduro seguidor, la poda y fidelidad al Padre se experimentan como gusto vital. Tienes que pedirlas, si no, no se te da. Pídele que vacíe tus idolatrías, que ordene tu afectividad. Como Maestro de Formación nos está tironeando por acá.

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